Cuba pierde población equivalente a una provincia, según cifras de migración de EEUU

En medio de una de las peores crisis económicas y políticas desde que Fidel Castro convirtió a Cuba en un país comunista hace más de 60 años, la isla ha perdido el 4% de su población en los últimos dos años.

Estos cubanos están ahora en Estados Unidos.

Casi 425,000 cubanos llegaron en los últimos dos años fiscales, según las cifras más recientes de la agencia de fronteras de Estados Unidos. Es una crisis migratoria de proporciones históricas que subraya los desafíos que enfrenta la administración de Joe Biden ante el éxodo impulsado por los gobiernos autoritarios y las crisis políticas en el hemisferio occidental.

La cifra de migrantes es tan grande que es como si todos los habitantes de la central provincia de Cienfuegos hicieran las maletas y abandonaran la isla.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) reportó 200,287 encuentros con cubanos en todas las fronteras en el año fiscal 2023, que finalizó en septiembre. En el año fiscal 2022, CBP procesó a otros 224,607 cubanos en las fronteras.

Más de un millón de personas migran de tres países

Mientras el número de inmigrantes cubanos se ha disparado a niveles sólo comparables con el éxodo tras la revolución liderada por Castro en 1959, la emigración de Venezuela, Nicaragua y Haití también alcanzó niveles récord. En los últimos dos años fiscales, poco más de un millón de personas de esos tres países (1,048,140) también llegaron a las fronteras estadounidenses y la mayoría pudo quedarse.

Un devastador terremoto, el asesinato del presidente Jovenel Moïse, la violencia de las pandillas y una ola de secuestros han deteriorado las condiciones de vida en Haití. En Cuba y Venezuela, la falta de atención médica, la escasez de alimentos, los apagones y los gobiernos represivos han provocado un éxodo masivo. Estas naciones también han sufrido los efectos de la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias económicas y sanitarias.

En particular, Venezuela es la fuente del mayor desplazamiento de personas en la historia del hemisferio occidental. Más de siete millones de personas han huido de la crisis humanitaria, según las Naciones Unidas.

Los datos de CBP sobre la frontera también incluyen a personas que llegaron legalmente a través de un nuevo programa de parole creado por el gobierno de Biden. El programa permite que ciudadanos de los cuatro países vengan a Estados Unidos por dos años si pasan chequeos de salud y de antecedentes, entre otros requisitos. Más de 241,000 personas llegaron a Estados Unidos en el último año fiscal utilizando este programa, incluidos más de 50,000 cubanos, más de 85,000 haitianos, más de 38,000 nicaragüenses y más de 66,000 venezolanos.

La mayoría llega a Estados Unidos a través del aeropuerto de Miami, según muestran los datos federales.

Pero los que llegan a través de ese programa de parole representan sólo una fracción del total de inmigrantes procedentes de esos cuatro países.

Las cifras también muestran que las duras políticas adoptadas por la administración de Biden, por ejemplo, la reanudación de las deportaciones a algunos de estos países en crisis, aún no han tenido un impacto significativo.

En respuesta a una demanda federal que impugna el nuevo programa de parole, el Departamento de Seguridad Nacional argumentó que el “aumento significativo” de migrantes de estos cuatro países ha “en ocasiones puesto a prueba la capacidad operativa del DHS” en la frontera suroeste durante los últimos dos años.

“Este aumento ha sido especialmente desafiante porque al DHS le resulta difícil expulsarlos a sus países de origen”, dijo la agencia.

El Departamento de Seguridad Nacional defendió el nuevo programa de parole como una forma de lograr que México acepte a nacionales retornados de estos cuatro países. La agencia advirtió que si un juez pone fin al programa, “es muy probable” que México dejaría de aceptarlos. En su intento por frenar la migración irregular, Seguridad Nacional tomó otras medidas que han resultado controversiales, como reanudar los vuelos de deportación directa a Cuba y Venezuela.

“Por primera vez, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos puede repatriar a ciudadanos venezolanos que no tienen una base legal para permanecer en Estados Unidos de regreso a su país de origen ”, dijo el subdirector y alto funcionario de ICE, Patrick J. Lechleitner, el martes. “Este es un tremendo paso adelante en la capacidad de la agencia para endurecer las consecuencias para los migrantes que cruzan nuestra frontera ilegalmente”.

EEUU trata de abordar las causas de la migración

La administración de Biden también busca abordar las causas primordiales de la ola migratoria a través de las vías diplomáticas.

Funcionarios estadounidenses llevaron a cabo negociaciones secretas que resultaron recientemente en un acuerdo para que Estados Unidos levante parcialmente sus sanciones a Venezuela a cambio de que el gobierno de Nicolás Maduro se comprometa a organizar elecciones libres y justas en Venezuela.

El gobierno de Estados Unidos también logró la aprobación en las Naciones Unidas de una resolución para autorizar la llegada de una fuerza armada multinacional en Haití, con la esperanza de controlar la espiral de violencia desatada por las pandillas que está empeorando la crisis humanitaria en la nación caribeña.

Los funcionarios del gobierno de Estados Unidos también se reunirán con el gobierno cubano en La Habana el 14 de noviembre para discutir la implementación de los acuerdos migratorios entre ambos países, una serie de acuerdos bilaterales que se remontan a 1984, dijo una portavoz del Departamento de Estado.

Estas conversaciones, que se dan dos veces al año, “son consistentes con nuestro interés de fomentar la reunificación familiar y promover un mayor respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba”, afirmó la portavoz.

“Garantizar una migración segura, ordenada, humana y regular entre Cuba y Estados Unidos sigue siendo un objetivo primordial de Estados Unidos”, dijo la funcionaria.

En una reciente reunión de líderes latinoamericanos y caribeños en México organizada por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, el líder cubano Miguel Díaz-Canel culpó a las sanciones estadounidenses por la crisis migratoria, aunque los expertos apuntan a las fallidas políticas económicas del país y el aumento de la represión de los disidentes como factores fundamentales.

Los países que asistieron a la reunión, entre ellos Haití, Venezuela y Honduras, emitieron una declaración conjunta que, entre otras cosas, propuso un diálogo entre Cuba y Estados Unidos lo antes posible.

Biden también será el anfitrión de una reunión de países de todo el hemisferio occidental a principios del próximo mes en Washington D.C.. Los países discutirán cómo erradicar las causas fundamentales de la migración y fomentar el desarrollo económico en la región.

La Organización Internacional para las Migraciones dijo el mes pasado que la “acción regional” es “esencial” ya que un número sin precedentes de migrantes se está moviendo a través de México y Centroamérica.

“Los desafíos de la migración son demasiado vastos para que cualquier nación de las Américas pueda abordarlos por sí solo”, afirmó Marcelo Pisani, director regional de la OIM para Sudamérica.