Copa Ryder: Patrick Cantlay le dio vida a Estados Unidos cuando parecía que Europa se hacía más inalcanzable en otro día de gritos y acusaciones

Rory McIlroy encara al caddie Joe LaCava, mientras algunos se interponen y Shane Lowry lo sujeta, en el clubhouse; un final caliente de la segunda jornada de la Copa Ryder, en Roma.
Rory McIlroy encara al caddie Joe LaCava, mientras algunos se interponen y Shane Lowry lo sujeta, en el clubhouse; un final caliente de la segunda jornada de la Copa Ryder, en Roma. - Créditos: @Captura de

Patrick Cantlay le dio vida al equipo de Estados Unidos frente al de Europa cuando parecía irremontable la diferencia en la Copa Ryder de cara al desenlace en los campos italianos del Marco Simone Golf Club, en las afuera de Roma. Todavía hay un abismo (y mucha tensión) entre ellos, pero... Dos birdies del californiano en los dos últimos hoyos, cuando junto a Wyndham Clark estaban un golpe abajo en el cuarto y último de los fourballs, le sirvieron para dar vuelta ese duelo, ganarle el partido al norirlandés Rory McIlroy y al inglés Matthew Fitzpatrick y seguir a cinco puntos de los anfitriones, que dominan el torneo por 10,5 a 5,5 al cierre de la segunda jornada. En ese contexto y en medio de acusaciones por los festejos, este domingo Europa necesita de cuatro victorias en los 12 individuales para quedarse con el título.

Parecía que los europeos cerrarían el sábado con una ventaja de siete, algo que hubiese sucedido si sostenían el triunfo en el último match y hubiera sido desmoralizante para el equipo rival. Pero Cantlay hizo dos tiros brillantes en el green que le permitió a los norteamericanos lanzar unos gritos, celebrar el triunfo en ese juego y mejorar el ánimo, aunque dependan de un alto nivel de puntería y una hazaña para revertir la historia.

El birdie de Cantlay en el hoyo 18

Tras el 6,5 a 1,5 del viernes, Europa volvió a dominar los foursomes, el sistema en el que los jugadores del mismo equipo golpean alternadamente la pelota, y Estados Unidos, que llegó a los fourballs con una desventaja de 9,5 a 2,5, le devolvió el 3-1 por la tarde cuando fue el tiempo de que cada uno impacte su bola y se considere el mejor rendimiento individual en cada hoyo.

Más allá de la reacción cuando el agua estaba al cuello, está claro que para Estados Unidos no será nada sencillo revertir la situación para poner fin a 30 años sin ganar el certamen en suelo europeo. “Creo que debemos incrementar la energía para tener alguna chance, que por otra parte siempre existe. Obviamente será difícil, pero cada uno de nosotros sabe qué hacer”, resumió Collin Morikawa, que fue otro de los que le dio una dosis de esperanza a los capitaneados por Zach Johnson al ganar en dupla con Sam Burns uno de los cuatro duelos de la tarde.

Europa había comenzado la segunda jornada con el mismo ritmo imparable de la primera. Es más, escribió otra página histórica en la competición gracias a la tremenda victoria del noruego Viktor Hovland y el sueco Ludvig Aberg ante el número uno del mundo, Scottie Scheffler, y el ganador de cinco Majors, Brooks Koepka. Los americanos no ganaron ni un hoyo y entraron en los libros como las víctimas de la mayor victoria en ‘foursomes’ de la longeva competición: la ventaja era de 9 cuando faltaban siete hoyos, por lo que ese duelo terminó en el 11. Aberg estuvo a centímetros de un hoyo en uno, además.

Estados Unidos, que por primera vez había vivido un viernes sin triunfos en ocho duelos, cantó victoria recién en el segundo match del sábado con Max Homa y Brian Harman, que se impusieron al irlandés Shane Lowry y al austríaco Sepp Straka por 4&2. Tuvieron que pasar 10 partidas. Luego llegó el festejo de Morikawa y Burns en el inicio de los fourballs, ante Hovland y Aberg, como vengándose de Scheffler y Koepka. Después, los norteamericanos se acercaron gracias a otro éxito de Homa y Harman, esta vez frente a Tommy Fleetwood y Nicolai Hojgaard, y aquel cierre de Cantlay, tras la decepción sufrida porque Justin Rose junto al debutante Robert Macintyre dieron vuelta el partido ante Justin Thomas y Jordan Spieth.

Patrick Cantlay finalizó su día con dos birdies y dejó a Estados Unidos en plena remontada, tra estar nueve puntos abajo
Patrick Cantlay finalizó su día con dos birdies y dejó a Estados Unidos en plena remontada, tra estar nueve puntos abajo - Créditos: @Alessandra Tarantino

Como en la jornada inicial, cuando Koepka acusó al español Jon Rahm, la tensión volvió a sentirse en la rivalidad. Los festejos (casi) desmedidos cambiaron de lado y eso no le agradó esta vez a McIlroy, que había ganado sus tres primeros partidos y se le escapó el último. Cuando el norirlandés falló el tiro que podía igualar el hoyo 18, Joe LaCava, el caddie de Cantlay, lo festejó mirando desafiante a Rory y comenzó a revolear su gorra, como los aficionados europeos le hacían a Patrick.

Más tarde, en el clubhouse, se lo vio a McIlroy desencajado, recriminándole la acción a LaCava con gritos y señalándolo. Entre su compatriota Lowry y el caddie de Justin Thomas mediaron para que las cosas no se pusieran peores. “Fueron unos gestos en el 18 y más leña para el domingo”, sintetizó Rory, consultado por el altercado. La definición está caliente.

Los 12 duelos del domingo