Chivas, el equipo con mano blanda que perdonó a Vega, Calderón y Martínez; ya es costumbre

Chivas ha perdonado a los tres jugadores separados del equipo por indisciplina: Alexis Vega, Cristian Calderón y Raúl Martínez. (Héctor Vivas/Getty Images)
Chivas ha perdonado a los tres jugadores separados del equipo por indisciplina: Alexis Vega, Cristian Calderón y Raúl Martínez. (Héctor Vivas/Getty Images)

Chivas perdonó otra vez. Y no, no se trata de un partido de futbol, sino de sus propios jugadores. Alexis Vega, Cristian Chicote Calderón y el juvenil Raúl Martínez serán reintegrados al primer equipo de los tapatíos. Hace dos semanas fueron separados del plantel tras cometer una indisciplina. No se dijo públicamente qué pasó, más allá de versiones sin confirmar que circularon en diversos medios. Pero el hecho estuvo ahí: los tres jugadores rompieron el reglamento del club y ya, nada pasó. Se montó todo un circo sobre su separación para que al final todo se arreglara tan fácilmente.

Si bien tampoco se puede ser tan drástico, como exigir una sanción de por vida o algo por el estilo, es un hecho que Chivas vuelve a padecer de mano blanda. No hubo un castigo que garantice que esto no se volverá a repetir en el futuro. Porque, de hecho, esa es la constante con dos de los involucrados. Vega y Calderón ya han sido castigados en el pasado (ambos en 2020). La lección no sirvió entonces, pero el Rebaño Sagrado parece ser un banco de oportunidades eternas para los indisciplinados.

El caso de Martínez puede entenderse como una excepción, pues se trata de la primera vez que está involucrado en un tema así y, de alguna manera, tiene la coartada de que fueron sus compañeros experimentados los que lo manipularon para formar parte de la indisciplina. De cualquier modo, no deja de ser preocupante que hasta un joven recién subido al primer equipo ya forme parte de esta tradición en Chivas, que se remonta a la época de Omar Bravo y Alberto Medina.

Nadie puede poner orden en el club rojiblanco. Los conflictos están garantizados y la nueva directiva, encabezada por Fernando Hierro, dio su brazo a torcer. Quizá lo hizo en gran medida consciente de que dejar libres a Vega y Calderón representaría una fuerte pérdida de dinero, ya que, pese a su fama de jugadores indisciplinados, ambos tienen buen mercado debido a las buenas condiciones futbolísticas que tanto se han esmerado en estropear.

Todo se dio muy rápido en este caso. La separación pasó en víspera del Clásico Tapatío, hace 15 días, y esa misma semana, al acabar el encuentro, en el que Chivas derrotó al Atlas por 4-1, el entrenador Veljko Paunovic dijo que los errores son normales y que hay que saber perdonar. Así fue como dejó abierta la puerta para el perdón que finalmente se ha confirmado este día. Guadalajara volverá a contar con esos tres elementos, que en realidad no hicieron mucha falta.

El partido contra Atlas fue un termómetro perfecto. Justo cuando todos esperaban ver la peor versión de Chivas, hundido en una crisis de resultados y con el ánimo por los suelos tras la tunda pública, fue cuando mejor jugaron en el Clásico. Tuvo aroma a reconciliación entre Paunovic y los jugadores, entre el equipo y sus aficionados, que por una vez en el torneo vieron al equipo que siempre quieren ver. De igual modo, Paunovic acalló los rumores que lo ubicaban fuera del banquillo rojiblanco. Fue un giro de 180 grados a la insoportable tensión de los últimos meses en el equipo subcampeón del futbol mexicano.

Pero como no podían dejar ir a los jugadores sancionados, ahora deben recibirlos de nuevo. Y con ellos vuelve el riesgo de la inestabilidad, porque eso es lo más preocupante para Chivas: lejos de ser una solución, se convierten en un problema. Vega no ha influido como debería hacerlo una estrella, porque ese es el rol que le han dado; y Calderón hace mucho tiempo que dejó en el sótano del olvido su mejor versión. Martínez es un proyecto de jugador. Chivas perdona y no sale de la fórmula de siempre, esa que no le da éxitos y sí muchos dolores de cabeza.


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