Uno de cada dos chicos no entiende lo que lee: no son números, son historias con nombres propios

La comprensión lectora, una de las debilidades de la educación primaria argentina
La comprensión lectora, una de las debilidades de la educación primaria argentina - Créditos: @Ricardo Pristupluk

Hoy en la Argentina uno de cada dos chicos de tercer grado no entiende lo que lee. Este dato que se conoció con la Campaña Nacional de Alfabetización que lanzaron Argentinos por la Educación y 180 ONG, penetró en la sociedad y movilizó a cientos de personas en todo el país.

Hace un año se hablaba poco y nada sobre el tema. ¿Nadie percibía lo que estaba pasando con la comprensión lectora en la Argentina? Sí, expertos en educación, docentes de distintos niveles, directivos de escuela, profesores universitarios, alfabetizadores en espacios de apoyo escolar y familias nos acercaban inquietudes, preocupaciones y señales de alerta ante las dificultades que tenían los estudiantes a la hora de leer y de comprender lo que leían, pero aun así el tema no trascendía a la agenda pública.

Ahora comprendemos que el dato que dio impulso a la Campaña Nacional de Alfabetización puso en números todas las preocupaciones que inquietaban a la comunidad educativa. En ese sentido, no hay nada más frustrante para un docente que los estudiantes no alcancen los niveles esperados, y en dirección contraria nunca se termina de naturalizar la enorme satisfacción que da ver el progreso y crecimiento educativo de cada chico en el aula.

Con el desafío de convocar a toda la sociedad para mejorar la alfabetización impulsamos la Campaña Nacional por la Alfabetización, para visibilizar el diagnóstico y buscar oportunidades que nos permitan cambiar esta realidad. Esta acción trajo la posibilidad de comprometer a la dirigencia política; el presidente de la Nación y 16 gobernadores adhirieron al Compromiso por la Alfabetización para que sea una prioridad en la política educativa. Pero también llegaron las historias, esas que movilizan, que sensibilizan, que nos recuerdan la importancia que tuvo y que siempre tendrá la educación como derecho humano fundamental para cada persona.

En este contexto, iniciamos una gira federal por todo el país para generar espacios de diálogo e intercambio y esos números se transformaron en realidades concretas. De repente, ese dato, de uno de cada dos no entiende lo que lee, era una preocupación compartida desde distintos ámbitos: una médica contó que realizaba dibujos en las recetas porque sus pacientes tenían dificultades para leer, un docente de sexto grado de primaria preocupado porque a más de la mitad del curso no le había ido bien en el examen e indagando en sus causas reveló que la mayoría de los estudiantes desconocían la palabra subsuelo y eso fue determinante para resolver el ejercicio. Una mujer adulta nos transmitió la angustia que genera ir en busca de una dirección desconocida cuando no puede leer los carteles con el nombre de las calles para orientarse.

De igual manera, y a partir de la repercusión de la campaña recibimos una gran cantidad de mensajes de familias con hijos en edad escolar que nos expresaron que notaban dificultades en la comprensión de textos y que la visibilidad del tema los ayudó a entender que el problema era más grande y que ya no se sentían tan solos.

Así, ese indicador que nos permitió trazar una estadística para trabajar a escala, representa el nombre propio de esa persona en cada rincón del país. El dato no solo nos preocupa, nos ocupa y nos convoca para transformarlo. La Campaña Nacional por la Alfabetización es la oportunidad que encontramos con más de 180 organizaciones de la sociedad civil, cientos de personalidades y miles de ciudadanos para demostrar la prioridad que la sociedad le otorga a la alfabetización. Es responsabilidad del mundo adulto (y de la política en primera instancia) garantizar el acceso a los aprendizajes fundamentales a todos nuestros estudiantes. Es la posibilidad de comprometernos todos para que cada chico tenga la oportunidad de construir su proyecto de vida a futuro. En definitiva, que pueda convertir su sueño en realidad.

La autora es directora de Campañas de Argentinos por la Educación