Chicharito Hernández, el fracaso multimillonario del LA Galaxy: cuatro años de decepción

Chicharito Hernández en un partido de la MLS entre LA Galaxy y Real Salt Lake, el pasado 7 de junio. (Chris Gardner/Getty Images)
Chicharito Hernández en un partido de la MLS entre LA Galaxy y Real Salt Lake, el pasado 7 de junio. (Chris Gardner/Getty Images)

Los días de Javier Chicharito Hernández en el Galaxy de Los Ángeles han terminado. El delantero mexicano de 35 años ha anunciado el fin de su ciclo en la ciudad angelina a través de redes sociales. Fueron cuatro temporadas las que el tapatío disputó en la Major League Soccer. A pesar del estatus de goleador con el que llegó, su paso por el futbol estadounidense estuvo plagado de sinsabores. Lejos del nivel que se hubiera esperado de él, jugador y club han cortado una relación que no daba para más.

Tras un semestre final en Europa, con el Sevilla, en el invierno de 2019, Hernández anunció que ponía fin a su aventura de nueve años en el Viejo Continente. El anuncio causó conmoción, aunque ya era previsible que su futuro cada vez se acercaba más a este continente —fuera en México o en Estados Unidos—. El Galaxy apostó por él como reemplazo de un nombre grande: Zlatan Ibrahimovic, que dejó gratos recuerdos durante los dos años que pasó en California, más allá de que no haya podido conseguir el título.

La apuesta con Hernández era esa: alcanzar el campeonato de la MLS. Pero pronto empezaron los problemas. En su presentación, Chicharito lanzó una declaración que sorprendió a todos: “Regreso como una leyenda del futbol mexicano, por más que esto moleste. Si la gente me quiere poner en un pedestal o lugar, es responsabilidad de ellos. Todos somos diferentes", señaló ante la reacción atónita de todos.

Tenía razón, para ser justos: Hernández era ya en ese momento una leyenda del futbol mexicano. Había sido campeón dos veces de la Premier League con el Manchester United, club en el que se afianzó como el mejor relevista del siglo XXI. Además, al cierre de la década pasada, entró en los mejores goleadores durante diez años para los Red Devils: ocupó el tercer lugar con 59 goles, sólo superado por los 61 goles de Marcus Rashford y los 145 de Wayne Rooney.

También firmó una temporada más que decorosa en el Real Madrid, con aquel gol agónico al Atlético de Madrid, que les dio el pase a Semifinales de Champions League en el ciclo 2014-2015. En Alemania vivió una segunda plenitud con el Bayer Leverkusen. Ya en el West Ham padeció sus años de peor rendimiento y terminó su andar europeo con un paso deslucido por el Sevilla. Más allá de los malos ratos, no tendría que haber duda: era y es una leyenda para México. Sólo había un problema. Quedaba mal que lo dijera él.

Y quedó peor cuando se vio su rendimiento inicial en Los Ángeles. En su primer año, apenas hizo dos goles en doce partidos. Parecía que estaba acabado. Además, su nuevo rol de influencer cayó bastante mal entre la prensa y la afición, que veían un radical cambio de personalidad en aquel jugador que, en sus primeros días, sonreía todo el tiempo y nunca dejaba de mostrar un carácter amable. También en esa época fue haciéndose evidente que estaba exiliado de la Selección Mexicana. Nunca hubo una aclaración de ninguna parte.

Hernández remontó el mal paso de su primer año. En 2021 y 2022 firmó temporadas más acordes a sus cualidades: 17 goles en 21 partidos, y 18 goles en 34 partidos, respectivamente. Pero sólo calificó una vez a playoffs, en 2022. Un registro pobre para el cuarto mejor jugador pagado de la liga hasta 2023: seis millones de dólares base al año —el top tres lo conforman Messi, Insigne y Shaqiri, según cifras de la propia MLS—. Su nivel y la escasez de delanteros en el Tri, luego de la fractura de cráneo de Raúl Jiménez, llevaron a creer que podía volver Hernández, máximo anotador de México con 52 goles internacionales. No pasó. Martino lo ignoró hasta el fin y, en realidad, nadie lo echó de menos —mucho más polémica fue la exclusión de Santiago Giménez—.

Hernández se marcha de Los Ángeles sin dejar legado. Cuando se le necesitó para pelear por cosas grandes, no pudo hacerlo. Cuando retomó su nivel, ya era tarde y el equipo se encaminaba hacia un bache sin salida saldado con una temporada de terror en 2023: penúltimo lugar de la Conferencia Oeste. Su futuro es una incógnita.

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