Cuando Gabriela Celeste Alaniz dio a luz a su primogénita Jazmín, en 2011, a dos semanas de cumplir sus añorados quince años en Merlo, uno de los puntos más calientes del conurbano bonaerense, muy lejos de allí, en Houston, Texas, una chica rebelde y díscola del pago, Marlen Esparza, hija de mexicanos, negada a hablar en español, con 22 años y un centenar de peleas amateurs, comenzaba a afianzar su participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Sería, meses más tarde, la primera mujer estadounidense en ascender a un ring anillado, y eso la convertiría en una pionera de este oficio. Pese a que su compatriota Claressa Shields, ganaría la medalla de oro y todos los elogios en esa competencia, nunca pudo equipar el suceso logrado por Marlen: dar el bautismo al pugilismo femenino en el olimpismo.

Sin embargo, el destino y las vueltas de la vida, las puso de igual a igual. Ambas se convirtieron en campeonas del mundo. Y se enfrentaron en una pelea polémica, con un fallo localista e injusto que privó a la argentina de una victoria razonable. Esparza ganó por puntos en diez rounds, el 7 de agosto de 2023, y sumó los cetros del peso mosca AMB, CMB y OMB. Semanas después, ambos organismos decretaron un desquite inmediato y obligatorio. Hoy volverán a estar frente a frente. Hubo una sorpresa a último momento: Marlen no pudo dar el peso. Se excedió acusando en la báscula 51.700 kg, siendo destronada automáticamente de sus coronas. Alaníz acusó 50.400 kg y deberá ganar el match para tomar posesión de las mismas. Se medirán esta noche a 10 rounds, de 2 minutos cada uno, a partir de las 21 hs en Fresno, California, con televisación de TyC Sports. Pese a esta inesperada situación el combate no resigna interés ni expectativas.

El crecimiento de Alaniz como mujer y boxeadora no fue fácil. Apodada Chucky, por su tendencia a las peleas escolares y callejeras desde niña, los temas en su hogar entrelazaban los empleos en las fábricas y los retrasos horarios en el ferrocarril Sarmiento. No obstante, llegó a la corona mundial (OMB) después de mucho esfuerzo tras batir a Tamara Demarco, en 2022, con el apoyo de toda su familia y su mentor: Juan Carlos Ledesma. Dividió su tiempo entre el entrenamiento y el cuidado de su hija, que aspira a seguir sus pasos. Tiene un récord de 14 victorias (6 por KO) y un revés.

Alaniz posee una fortaleza ofensiva llamativa en los 50,802 kg. Necesitará imponerlas sin pausa para no dejar duda en esta revancha.

Esparza es un personaje con mas historia que presente. Aquella experiencia olímpica de 2012 la llevó a ser promocionada por Nike y Coca Cola. Hasta la revista Vogue, de alto calibre femenino, la ubicó por aquellos tiempos en su portada. Pese a ello, al recuerdo de su sangrienta pelea con Seniesa Estrada y a su consagración mundialista ante Ibeth Zamora, ambas en 2021, nunca pudo imponer una imagen atractiva en sus combates. Sobre todo, por la falta de respaldo físico. Le gusta la vida bohemia y se nota en el cuadrilátero en las contiendas de “alto vuelo”. Tiene 14 triunfos (1 KO) y una derrota. Como amateur, perdió con la argentina Yésica Bopp, en 2007.

¿Misión imposible?

Ganar en peleas promovidas por Golden Boy Promotions (empresa de Oscar de la Hoya y Bernard Hopkins) en Estados Unidos resultó una misión inquebrantable para las boxeadoras argentinas. Todas hicieron mérito para triunfar y finalmente perdieron. La sanjuanina Leonela Yudica relegó sus veredictos mundialistas ante Arely Muciño, en San Diego, en 2022, y Seniesa Estrada, en 2023. La santafecina Evelyn Bermúdez, fue condenada a la derrota en una pelea pareja con Yokasta Valle, en Carson, California, en 2022, y el antecedente reciente lo marcó Chucky con una decisión incomprensible ante Marlen, en agosto último en territorio texano.

Alaniz vuelve a ser la invitada a la fiesta en una promoción de Golden Boy. Sabe al pie de la letra lo que deberá hacer sobre el cuadrilatero. No perder tiempo ni malgastar golpes. Cada segundo improductivo será tierra fértil para la chica de la casa.