Cautela entre los últimos hinchas de Boca que viajan a Brasil

Buenos Aires, 3 nov (EFE).- Apenas 24 horas separan a Boca Juniors de su cita más importante de los últimos cinco años, la final de la Copa Libertadores, y los últimos seguidores emprenden un viaje ilusionados por la cita, pero con cautela por la violencia y los disturbios que hubo el jueves en Río de Janeiro.

"Está complicado. Ojalá que la policía deje de reprimir a la gente. El problema es que el hincha de Boca se comporta bien, pero la policía es brava", declaró a EFE Claudio, un aficionado que viaja junto a su hija Julieta.

Otros como Fernando cree que es "lo normal", pues los seguidores boquenses saben cómo es la policía allí. "Lo que pasa es que la gente aquí se acostumbró a que no haya visitante, el que sabe cómo es sabe que no puedes ir una semana antes", dijo Fernando.

Hace más de diez años que la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) tomó la medida de impedir que haya hinchas visitantes en las canchas del país suramericano, después de la muerte de un hincha de Lanús por un enfrentamiento en su entrada al Estadio Único de la Plata, que cambió para siempre la dinámica forofa del país.

Para los hinchas de Boca, el partido no es cualquier final, ya que tiene la posibilidad de ganar su séptima Libertadores, y con ello igualar el récord que el también argentino Independiente tiene desde 1984, por lo que es apodado como el 'Rey de Copas'.

"Es mi sueño, desde que nací espero esto. La del 2007 me acuerdo pero muy vagamente, y siento que es esta y por eso dije: 'no me importa nada, me voy'", comentó Felipe.

Su caso denota la locura que supone para los amantes del conjunto porteño, ya viajó sin entrada y sólo para alentar al equipo.

"Voy a la aventura, no tengo dónde quedarme. Voy a dormir en el aeropuerto las dos noches y durante el día estaré en la playa o donde estén los hinchas", dijo Felipe sobre cómo será su experiencia en Río, que será la de otros muchos aficionados, pues se calcula que este fin de semana habrá entre 100.000 y 150.000 argentinos, de los que más de 80.000 no tienen entrada.

Otro caso insólito es el de Franco, que llegó a Buenos Aires desde la provincia de Entre Ríos (noreste) y sacó un billete este miércoles sin vuelta, ni por supuesto entrada, para encontrarse allí con su hermano y unos amigos.

Las promesas auriazules

Sobre cómo celebrarían la ansiada 'Séptima', existen muchas promesas entre los peregrinos auriazules. Algunos no las quieren revelar por riesgo a dar mala suerte, y otras son tan alocadas como inauditas.

"Semanas de celebración y alguna promesa seguro. Acá se hace la caminata a Luján -un trayecto que se hace el primer domingo de octubre hasta esa ciudad argentina para conmemorar a la patrona de Argentina- y yo la hice pidiendo por esto. Si la ganamos el año que viene la vuelvo a hacer", afirmó Felipe.

Franco dijo que estaría dispuesto a volverse a dedo desde Río de Janeiro a su ciudad natal.

Otros como Fernando cuentan que lo festejarán con su padre por llamada, mientras que su amigo Diego se "emborrachará de lo lindo". Su caso es diferente, ya que ambos confiesan que están acostumbrados a viajar y que están con confianza por tratarse de "una final más".

Pese a la fe que tienen, no hay muchos que se atrevan a dar un pronóstico, pero tienen claro que van a ganarla. Fernando y Diego quieren ganar por 1-0 con un gol de Migue Merentiel o el uruguayo Edinson Cavani. Juan Ignacio desea "ganarla por penales, para que sea toda la Copa por penales", ya que el equipo superó tres eliminatorias desde los once metros en la presente edición.

Pero si algo queda demostrado es que el significado de Boca para su hinchada es mucho más que simple ocio deportivo. Felipe, por ejemplo, dice que, "después de su madre, viene Boca".

"Es todo, el día a día, es la vida. Vivimos para Boca, mi hermano jugó allí de chiquito y toda la semana pensamos en ir a la cancha y organizamos la vida para poder todos los partidos. En este partido había que estar y, gracias a Dios, vamos a estar", dijo Claudio.

(c) Agencia EFE