Cambiar de iPhone a Android es fácil, pero las consecuencias resqueman

Incluso si logras dejar tu iPhone, los anzuelos de Apple siguen ahí. (Ariel Davis/The New York Times)
Incluso si logras dejar tu iPhone, los anzuelos de Apple siguen ahí. (Ariel Davis/The New York Times)

Cuando cambié de un iPhone a un teléfono Android de forma temporal la semana pasada, estaba preparado para un mundo de dolor. Solo he tenido teléfonos Apple desde que compré el iPhone de primera generación en 2007. Y, como mucha gente, he comprado otros productos de Apple que se sincronizan bien, como los AirPods, un Apple Watch y una iPad.

Ese tipo de lealtad es la base de un caso antimonopolio contra Apple que presentó el Departamento de Justicia, el cual ha acusado a la empresa de utilizar el control monopólico sobre el iPhone para perjudicar a la competencia y disuadir a los clientes de cambiar a otros teléfonos. Para poner a prueba esa teoría, decidí terminar un tiempo la relación con mi iPhone.

Al inicio, me sorprendió lo sencillo que fue pasar los datos de mi iPhone a un teléfono inteligente Android fabricado por Google. Con tan solo instalar una aplicación en mi iPhone que Google creó para ayudar a la gente a cambiar de teléfono, pude copiar mi lista de contactos, álbum de fotos y calendario en mi cuenta de Google. Luego, listo: todos esos datos aparecieron en el Android.

Ya casi había terminado. Después de llamar a mi operador, Verizon, para transferir mi número de teléfono al dispositivo Android, mi misión estaba cumplida: me había vuelto un converso al Android.

Al principio, estaba contento con mi elección: me había pasado a un lujoso teléfono Google Pixel. Sin embargo, al sexto día, ya estaba listo para regresar.

Se acumularon un montón de molestias. Aunque pude seguir utilizando la mayoría de mis productos Apple, empecé a extrañar mi Apple Watch, que necesita un iPhone para funcionar en su totalidad. Para el software, logré encontrar alternativas de Android para todas mis aplicaciones favoritas, excepto Notas. Aunque cambiar de teléfono no fue difícil a nivel técnico, yo seguía atrapado en los anzuelos de Apple.

La forma en que Apple mantiene a sus clientes fieles al iPhone —y si sus prácticas perjudican a la competencia— está en el centro de la demanda antimonopolio del gobierno contra el gigante de Cupertino, California.

Apple y el Departamento de Justicia se rehusaron a ofrecer comentarios.

En su denuncia de 88 páginas, el departamento afirmó que varios productos de Apple protegían la ventaja competitiva que tiene la empresa con el iPhone, entre ellos iMessage, la aplicación Wallet de Apple y el Apple Watch. ¿Cuán difícil es en realidad deshacerse del iPhone con estas ventajas? A continuación, lo que encontré.

Perder iMessage

En su mayor parte, los usuarios de iPhone y los de Android pueden comunicarse entre sí con facilidad por medio del correo electrónico, las llamadas telefónicas y las aplicaciones como Slack, pero, en el tema de los mensajes de texto, sigue habiendo una división obvia conocida como la disparidad del “globo verde frente al globo azul”.

Cuando los usuarios de iPhone les envían mensajes de texto a otros iPhone, los mensajes aparecen en azul y pueden usar ventajas exclusivas, como una animación de confeti para los cumpleaños. No obstante, si un usuario de iPhone le envía un mensaje de texto a un usuario de Android, el globo se vuelve verde, muchas funciones fallan y se deteriora la calidad de las fotos y los videos.

Antes de transferir mi número de teléfono al Pixel, usé mi iPhone para enviarles mensajes por iMessage a mis camaradas del globo azul en los que les advertí que nuestras conversaciones pronto se volverían verdes. “¡Qué asco!”, me respondió un amigo. Sin embargo, después de muchos comentarios de broma, nadie protestó y no aflojé el paso.

Luego, tuve que desvincular mi número de teléfono de iMessage en el sitio web de Apple para asegurarme de que mis mensajes de texto dejaran de pasar por los servidores de Apple y llegaran a mi teléfono. Si no lo hacía, no iba a recibir mensajes de otros iPhone. Con el tiempo, las conversaciones se volvieron verdes. Me preparé para la humillación.

Sin embargo, nadie me trató mal ni me excluyó. No obstante, me di cuenta de que de repente muchos amigos habían dejado de enviarme fotos, tal vez porque sabían que las imágenes ya no se verían tan bien.

Perder Apple Wallet

Para los iPhone, la aplicación preferida para realizar pagos móviles en tiendas es Apple Wallet y, para los usuarios de Android, la aplicación equivalente es Google Wallet. La experiencia al usar ambas aplicaciones fue idéntica: cargué mis tarjetas de crédito y mi tarjeta Clipper para el servicio de transporte rápido del área de la bahía.

Las críticas del Departamento de Justicia hacia Apple Wallet se centran en cómo Apple tan solo le da acceso al chip de pago del iPhone a su aplicación, lo cual impide que los servicios de cartera de la competencia utilicen ese chip para realizar pagos. Sin embargo, la forma en que Apple diseñó su aplicación Wallet no tuvo ningún impacto en mi capacidad para cambiar a un Android.

Perder el Apple Watch y otros productos

Para el dueño de un iPhone, uno de los principales incentivos para comprar más productos Apple es que funcionan juntos a la perfección. Por ejemplo, una computadora portátil Mac utiliza muchas de las mismas aplicaciones de mensajería, toma de notas y recordatorios del iPhone y los datos se sincronizan entre los dispositivos con iCloud de Apple. En teoría, mientras más metido está uno en el ecosistema de Apple —y mientras más dificulte Apple que sus productos funcionen con dispositivos de la competencia, según el Departamento de Justicia—, más difícil es cambiar de iPhone.

Después de cambiar a un teléfono Android, mis sentimientos sobre el uso de otros productos de Apple oscilaron entre la molestia moderada y la frustración profunda:

— La iPad funcionó independientemente del iPhone, pero ya no pude ver mis mensajes de texto en la tableta. Esto no fue importante porque no escribo muchos mensajes de texto en mi iPad.

— Mis AirPods Pro lo hicieron bien: se conectaron rápido con el Pixel para reproducir música. No obstante, la desventaja es que los AirPods usan Adaptive EQ, una tecnología que ajusta la calidad del sonido a la forma de tu oreja y solo funciona con el software del iPhone. Por eso el audio no suena tan bien.

— Me topé con otras molestias que no se mencionan en específico en la demanda y, por último, llegué al punto máximo de frustración cuando intenté encontrar un remplazo para las Notas de Apple, las cuales utilizo con regularidad en mi Mac, iPad y teléfono para el trabajo y los asuntos personales. Utilicé alternativas, pero no me gustaron y, combinado con los problemas que ya conté, fue demasiado.

Conclusión: Cambiar es fácil, hasta que deja de serlo

Mi experiencia no es universal. A algunas personas les importa más que a otras la forma en que se modificarán ciertos productos de Apple si cambian de teléfono. Es probable que a los más jóvenes les preocupe mucho la falta de iMessage en las escuelas, donde un globo verde es una invitación a la burla y la exclusión, según expertos en educación. Los padres que utilizan AirTags para rastrear a sus hijos considerarán la pérdida de acceso a ellos como algo inaceptable.

La conclusión de este experimento es que, aunque técnicamente no es difícil cambiar de teléfono, tal vez te arrepentirás de bastantes cosas.

c.2024 The New York Times Company