California y Oregón relajan las reglas de aislamiento de COVID y se distancian de los lineamientos de los CDC

Un asistente médico se prepara para realizar pruebas de COVID-19 y gripe a un paciente en el Centro de Salud Local de Oregón City, Oregón, el 23 de marzo de 2023. (Mason Trinca/The New York Times)
Un asistente médico se prepara para realizar pruebas de COVID-19 y gripe a un paciente en el Centro de Salud Local de Oregón City, Oregón, el 23 de marzo de 2023. (Mason Trinca/The New York Times)

SACRAMENTO, California — Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, en este país solo han importado las órdenes del médico: si das positivo, mantente alejado de otras personas, aunque no tosas ni tengas fiebre. En los últimos meses, sin embargo, esa norma se ha relajado en dos de los lugares más insospechados.

Oregón y California, que fueron dos de los estados más cautelosos al principio de la pandemia, han sorprendido a las autoridades sanitarias de otros lugares al romper con las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), y decir a los trabajadores y escolares infectados que, mientras no presenten síntomas, pueden seguir con sus vidas.

Este nuevo criterio ha sido acogido con inquietud por algunos expertos sanitarios de Estados Unidos, sobre todo porque los datos sobre aguas residuales muestran un aumento de los casos impulsado por una nueva variante. Sin embargo, muchos científicos afirman que la COVID ha pasado de ser una crisis de salud pública a ser más bien una enfermedad destacada entre una serie de riesgos respiratorios.

“La emergencia ha terminado. La COVID-19 es endémica”, afirmó Melissa Sutton, directora médica de virus respiratorios de la Autoridad Sanitaria de Oregón. “Estamos en una fase diferente”.

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A medida que las vacunas, los tratamientos antivirales y la inmunidad natural han reducido la tasa de mortalidad de COVID, las autoridades estatales han prestado más atención al costo social de las restricciones pandémicas.

Incluso en los estados donde las normas sanitarias eran más estrictas, los funcionarios afirman que, para las personas asintomáticas, los beneficios del aislamiento estricto ya no superan el costo de las faltas a la escuela, al trabajo y la pérdida de ingresos.

Los estudiantes regresan para su primer día después de un año y medio de aprendizaje a distancia en Newark Junior High School en Newark, California, el 12 de agosto de 2021. (Clara Mokri/The New York Times)
Los estudiantes regresan para su primer día después de un año y medio de aprendizaje a distancia en Newark Junior High School en Newark, California, el 12 de agosto de 2021. (Clara Mokri/The New York Times)

“La cuestión es saber si el arduo trabajo justifica la recompensa al final”, afirmó Shira Doron, jefa de control de infecciones del sistema sanitario Tufts Medicine de Massachusetts. “No estamos teniendo éxito para contener el virus. Entonces, ¿qué estamos logrando con esta política?”.

Los estudios han demostrado que las personas con COVID-19 tienen más probabilidades de propagar el virus en los pocos días anteriores y posteriores a la aparición de los síntomas.

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Los CDC recomendaron en un principio que los pacientes se aislaran durante al menos diez días. Desde 2021, los CDC recomiendan que los pacientes con COVID se aíslen durante cinco días y usen cubrebocas hasta el día diez, aunque no presenten síntomas. La mayoría de los estados todavía remiten de manera oficial a sus residentes a la orientación federal, incluso en lugares políticamente conservadores como Arizona, donde el cumplimiento de las medidas de la pandemia fue más relajada que en el estado colindante de California.

En mayo, Oregón se convirtió en el primer estado en romper con los CDC al relajar las normas de aislamiento para las personas que daban positivo en las pruebas de COVID pero no mostraban síntomas. Los funcionarios de California siguieron de cerca la experiencia de Oregón el año pasado y decidieron la semana pasada que era seguro permitir que las personas con COVID siguieran asistiendo a la escuela y al trabajo, siempre que no tosieran ni mostraran otras señales de enfermedad.

Al igual que los CDC, Oregón y California siguen recomendando a las personas infectadas que usen cubrebocas en público y se mantengan alejadas durante al menos diez días de las personas con alto riesgo de contraer la enfermedad. Pero por lo demás, ambos estados dicen que las personas con síntomas pueden aventurarse a salir al exterior una vez que han estado libres de fiebre durante al menos 24 horas y están en vías de recuperación.

Doron se mostró de acuerdo con el cambio de política, pero sorprendida por quién se había adelantado. “California y Oregón no son los estados en los que habría esperado ver esto”, afirmó.

En muchos estados con líderes liberales, las rigurosas precauciones contra la COVID se consideraron clave para el pacto social y ayudaron a salvar vidas durante lo peor de la pandemia. No obstante, las escuelas de California también fueron de las últimas del país en volver a la enseñanza presencial, y a las empresas les costó recuperarse de los cierres prolongados y las estrictas políticas estatales que exigían aislamiento, pruebas y el uso de cubrebocas.

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Las normas de COVID continúan determinando el comportamiento en esos estados, incluso cuando las tasas de enfermedad grave y muerte han disminuido. Los trabajadores y sus empresas han notado la presión.

“Teníamos trabajadores asintomáticos sin derecho a baja por enfermedad, a los que se pedía que permanecieran de baja durante cinco días a causa de infecciones”, explicó Sutton, que ayudó a dirigir el cambio de Oregón el año pasado.

Erica Pan, investigadora en jefe de salud pública de California, señaló que la política anterior disuadía a algunos trabajadores incluso de averiguar si tenían COVID porque un resultado positivo les habría dejado fuera del juego durante días.

Los estudios nacionales han revelado que la asistencia no se ha recuperado totalmente en las escuelas afectadas por la pandemia, y un informe reciente pospandémico del Departamento de Educación de Oregón determinó que el año pasado se registró absentismo crónico en más del 38 por ciento de los alumnos de las escuelas públicas del estado.

Muchos factores son causantes de los problemas de asistencia, incluyendo una interrupción en la relación entre los estudiantes y sus escuelas durante la pandemia, y las pérdidas de aprendizaje que hicieron que la instrucción en el aula fuera más desalentadora para los niños. Pero los distritos escolares de California y Oregón tenían el obstáculo adicional de exigir a los alumnos que se aislaran una vez que dieran positivo en las pruebas de COVID.

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Sutton señaló que algunos estudiantes perdían “una semana entera de clase” a pesar de sentirse y parecer estar bien. Mientras tanto, aseguró, la COVID no desaparecía.

La eficacia de la política es difícil de dilucidar a partir de las subidas y bajadas naturales de las infecciones, pero las tasas de mortalidad y hospitalización de Oregón se han mantenido en consonancia con las tasas nacionales, una señal, dijo Sutton, de que el nuevo sistema al menos no ha empeorado las cosas. Además, las personas asintomáticas se sienten menos obligadas a faltar al trabajo y a faltar a clase, y más dispuestas a cumplir otras normas de la COVID.

Alentada por el éxito de Oregón, California, el estado más poblado del país con 39 millones de residentes, adoptó directrices similares, citando “la reducción del impacto de COVID-19 en comparación con años anteriores”.

Las nuevas directrices han sido introducidas por algunos de los distritos escolares más grandes del estado, incluidos los de Oakland, Sacramento y San Diego, y por la agencia estatal que regula los centros de trabajo.

Algunos expertos en salud pública cuestionaron el cambio. Jason Salemi, investigador de salud pública de la Universidad del Sur de Florida, señaló que los estadounidenses vulnerables siguen muriendo de COVID, casi 1500 a la semana. Y algunas pruebas sugieren que las personas infectadas por las nuevas variantes pueden ser más contagiosas pocos días después de que aparezcan los síntomas.

“No quiero que la gente venga a trabajar e interactúe conmigo si tiene gripe y todavía es infecciosa, si tiene faringitis estreptocócica y todavía es infecciosa y, por supuesto, si tiene COVID-19 y todavía es infecciosa”, señaló.

Un portavoz de los CDC declaró que la agencia “seguirá evaluando los últimos datos a medida que considere sus recomendaciones”, pero se negó a decir si el cambio de los dos estados de la costa oeste afectaría las directrices federales.

c.2024 The New York Times Company