Caeleb Dressel, la estrella de la natación que ganó la prueba más deseada en Tokio 2020 después de luchar contra el estrés... y las redes sociales

Caeleb Dressel, antes de ganar la carrera de su vida: los 100 metros libres en la final olímpica de los Juegos Olímpicos, en el Centro Acuático de Tokio.
ATTILA KISBENEDEK

Son días de catarsis en Tokio. El estrés de la alta competencia aflora siempre, y mucho más cuando llega el momento cumbre. Pero pocas veces como ahora los deportistas rompen la barrera de los conflictos interiores y los señalan con todas las letras. Una práctica saludable, a fin de cuentas, para poder domarlos de alguna manera. Los Juegos Olímpicos son para la mayoría de los que sueña con ser alguien en el mundo del deporte el gran momento de sus carreras, una aserción que vale para la gran mayoría de las disciplinas. Y la natación, cómo no, es una de las principales de este movimiento que un año después de lo previsto se posó sobre la capital de Japón.

Este jueves, el nombre del estadounidense Caeleb Dressel brilló como nunca al imponerse en la final de los 100 metros estilo libre con un tiempo de 47.02 segundos, nuevo récord olímpico. Al fin, tenía su medalla de oro en la competencia reina de la natación. El estadounidense ganó la prueba reina de la natación tras imponerse al defensor del título, el australiano Kyle Chalmers (plata), y al ruso Kliment Kolesnikov (bronce). Pero, tan importante como haber llegado al escalón más alto del podio fue haber reconocido luego lo mucho que había luchado consigo mismo. Algo que va en sintonía con los “demonios en la cabeza” contra los que había peleado Simone Biles, la gimnasta estrella de esta era, que decidió abandonar en dos competencias...

Kyle Chalmers (izquierda), Caeleb Dressel (centro) y  Kliment Kolesnikov (derecha) posan para los fotógrafos luego de la final.
OLI SCARFF


Kyle Chalmers (izquierda), Caeleb Dressel (centro) y Kliment Kolesnikov (derecha) posan para los fotógrafos luego de la final. (OLI SCARFF/)

PUBLICIDAD

”Significa mucho. Sabía que tenía sobre las espaldas este peso de haber ganado medallas (de oro olímpicas) en relevos, pero nunca en individual, así que es muy especial”, confesó Dressel al salir del agua. Antes de triunfar en los 100 m libre, el velocista de Florida, de 24 años, había ganado el oro en los relevos 4x100 m y 4x100 estilos en Río 2016, y en los 4x100 en Tokio, pero le faltaba lo que más deseaba. ”No quería admitirlo, pero ahora que ya está hecho, puedo decirlo: es muy diferente”, dijo Dressel, al que se vio emocionado en el podio. ”No puedes contar con nadie más. Sólo estás tú en el agua, nadie te va a ayudar. Es realmente difícil. Estoy contento de haberlo logrado”, aseguró.

”Mis dos primeras carreras (final del 4x100 metros y series de 100 metros), tuve la sensación de no gestionarlo bien, dejé que la presión se convirtiera en estrés. Volví a reencontrarme en semifinales y, sinceramente, era el momento”, siguió desgranando sus sensaciones. ”Sé que mi nombre está por todas partes y lo entiendo, es el deporte de alto nivel”, admitió el estadounidense. ”Me toca a mí hacer que la presión no acabe en estrés, es algo que todavía estoy aprendiendo a hacer”, dijo. Dressel apunta todavía a cuatro medallas de oro en la piscina tokiota de aquí al domingo en los 100 m mariposa, el 50 m, los 4x100 m estilos masculino y mixto.

Caeleb Dressel celebra: la gloria olímpica, por fin, se puso de su lado en la gran carrera.
ATTILA KISBENEDEK


Caeleb Dressel celebra: la gloria olímpica, por fin, se puso de su lado en la gran carrera. (ATTILA KISBENEDEK/)

Parte de ese trabajo, tan esencial como el entrenamiento en el agua, pasa por cuidar la cabeza y las emociones. En una entrevista que le concedió al diario francés L’Equipe, Dressel había contado una decisión previa, enfocada en ese objetivo: “Ya sólo miro 15 minutos al día Instagram y he desinstalado al mismo tiempo Twitter, Facebook y Snapchat. El trabajo en la piscina está cerca del límite y ahora lo hacemos en otro sentido. En el estudio del sueño y el no estar pendiente del teléfono”, contó.

PUBLICIDAD

El peso de ser señalado como “el sucesor de Michael Phelps”

Dressel se ha ganado el corazón de Tokio 2020. El detalle de regalar a un compañero su primer oro en estos Juegos Olímpicos le ha supuesto muchos elogios. Tras pasar por el podio y recibir el oro del relevo 4x100 libre, Dressel se fue a las gradas y lanzó su medalla a su compañero Brooks Curry, que había corrido las series de calificación a la final en su lugar. ”Tuve el trabajo más sencillo de la noche, así que sentí que él (Curry) lo merecía un poco más que yo”, dijo Dressel tras regalar la medalla a su compañero.

Caeleb Dressel (R) de EE. UU., Blake Pieroni (C) de EE. UU. Y Bowen Becker de EE. UU. Celebran su victoria para llevarse el oro en la final del evento masculino de natación de relevos 4x100m estilo libre durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en el Centro Acuático de Tokio en Tokio el 26 de julio , 2021.
ODD ANDERSEN


Caeleb Dressel (derecha)., Blake Pieroni (centro) y Bowen Becker (izquierda) celebran su victoria para llevarse el oro en la final del evento masculino de natación de relevos 4x100m estilo libre durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en el Centro Acuático de Tokio. (ODD ANDERSEN/)

El lunes, en la final del relevo, Dressel nadó la primera posta en un tiempo de 47.26 segundos, situando a su equipo en primera posición, que ya no perdió. Dressel es una persona que se hace querer, como repite su mujer, con la que se casó en febrero de 2021, Meghan Haila, su novia desde que eran adolescentes. Se conocieron con 16 años en la High School, cuando ambos entrenaban como nadadores en el Boiles School Sharks de Jacksonville, Florida.

PUBLICIDAD

Caeleb y Meghan formaban parte de aquel equipo cuando el español Sergio López Miró, el primer técnico de Dressel, era el entrenador de aquella escuela. El catalán, tras ser bronce en 200 metros braza en los Juegos de Seúl de 1988, se quedó en Estados Unidos y fue entrenador de aquella High School en Jacksonville entre 2007 y 2014, en que fue nombrado técnico nacional de Singapur, hasta regresar a Estados Unidos tres años después como entrenador de la Universidad Virginia Tech. Tras la High School, en que el papel de Sergio López Miró fue importante, Dressel se marchó a nadar a la Universidad de Florida, mientras que Haila se fue a Florida State a nadar también.

Caeleb Dressel en la pileta olímpica de Tokio.
Matthias Schrader


Caeleb Dressel en la pileta olímpica de Tokio. (Matthias Schrader/)

Los duros y largos entrenamientos de ambos y la distancia podría haber sido un obstáculo para la pareja, pero su relación es fuerte, reconocen los dos. ”A decir verdad no ha sido siempre fácil, pero creo firmemente que cuando quieres emplear tiempo con alguien, buscas tiempo”, explicó Haila a la revista Odyssey. ”Ambos buscamos tiempo para estar juntos cuando podemos y lo hemos buscado para ir de un sitio a otro en Florida. La distancia nos ha hecho más fuertes como pareja”, añadió.

Dressel, que cumplirá 25 años en agosto, no busca la fama en la piscina. ”No necesito que la gente me mire. Ni busco ser célebre. Simplemente quiero ver hasta dónde soy capaz de llegar e intentar explotar mi potencial al máximo. Es todo”, afirma el nadador. Probablemente no llegue a las 23 medallas de oro olímpicas de Phelps. Lleva cuatro, con las dos conseguidas ya en Tokio, y busca cuatro más en la capital japonesa. A ellas les suma trece títulos mundiales frente a 26 de su mítico compatriota. Pero Dressel dudó por momentos en continuar en la natación, sobre todo tras una operación de nariz en 2014, en que decidió dejarlo.

Caeleb Dressel le regaló su medalla de oro de la prueba de relevos al compañero que lo había reemplazado en las semifinales.
ODD ANDERSEN


Caeleb Dressel le regaló su medalla de oro de la prueba de relevos al compañero que lo había reemplazado en las semifinales. (ODD ANDERSEN/)

PUBLICIDAD

Casi medio año después, Dressel envió a su entrenador de entonces, Jason Calanog, la foto de una piscina. “Su manera de decirme que volvía”, resume este último. El día que volvió a nadar, quedó grabado en su memoria. “Me fortaleció. Fue como un nuevo bautismo”, asegura el nadador. Después de aquella crisis vocacional, Dressel se puso su primer tatuaje en su hombro izquierdo, un águila con las alas desplegadas, inspirado en su pasaje preferido de biblia. Ahora su brazo está saturado de tatuajes, con una bandera estadounidense, un oso negro, símbolo de “fuerza y potencia”, y muchas referencias a sus raíces de Florida: un cocodrilo en el codo, el emblema de la universidad de Florida, naranjas, magnolias. ¡Y cómo no!, los aros olímpicos en su antebrazo derecho.Tras sus dos oros en Tokio, ahora buscará otros cuatro en estos Juegos: 50 metros libre, 100 metros mariposa y los relevos 4x100 estilos masculino y mixto. Si lo consigue alcanzará una fama de la que rehuye.

Caeleb Dressel y un momento inolvidable: situarse en lo más alto del podio olímpico.
ODD ANDERSEN


Caeleb Dressel y un momento inolvidable: situarse en lo más alto del podio olímpico. (ODD ANDERSEN/)