Boca venció a Trinidense por la Sudamericana y volvió a sentir una noche de copa de La Bombonera

Aaron Anselmino ejecutó un cabezazo excelente, que resultó la diferencia en el tanteador entre Boca y Trinidense por la Copa Sudamericana.
Aaron Anselmino ejecutó un cabezazo excelente, que resultó la diferencia en el tanteador entre Boca y Trinidense por la Copa Sudamericana. - Créditos: @Manuel Cortina

Las noches de copa son así. Cerradas, calientes, disputadas. Pero Boca siempre guarda un as bajo la manga. Siempre tiene una vida más. Cuando no es Edinson Cavani es Miguel Merentiel. Cuando no son los uruguayos es Kevin Zenón. Y cuando no es el ex mediocampista de Unión aparece alguno de los juveniles. Esta vez, quien se vistió de héroe, frente a Trinidense, fue Aaron Anselmino, que puso la cabeza en el momento justo y rescató a Boca de un pálido empate como local. Así, con un 1-0 en La Bombonera, el equipo xeneize se trepó a lo más alto del grupo D de la Copa Sudamericana y sumó su sexto triunfo en seis partidos.

Al local le costó encontrar los caminos durante toda la primera parte. Tuvo 77% de la posesión, intentó ser profundo, pero apenas exigió al arquero Víctor Samudio, con bochazos largos y remates de media distancia. Se repitió en centros desde los costados, especialmente desde el sector derecho con un improvisado Nicolás Figal, que encontraron bien parada a la defensa paraguaya.

La decisión de Diego Martínez de preservar a la mayoría de los titulares (este viernes afrontarán los 63 minutos restantes del partido con Estudiantes, clave en la clasificación por la Copa de la Liga) impactó de lleno en el juego del conjunto. Por jerarquía individual. Por el dispositivo táctico (se volvió al “doble 9″, que otra vez no funcionó). Porque Boca no tuvo un central que, como Marcos Rojo, marcara el primer pase. O un 5 como Equi Fernández que distribuyera y aportara claridad en la zona neurálgica de la mitad de la cancha. Porque no tuvo un volante como Cristian Medina que cambiara el ritmo y pisara el área. Ni un delantero como Luca Langoni, capaz de desequilibrar en el uno contra uno y dejar al 9 en posición de gol. Tuvo la pelota, sí, pero más por inercia que por convicción. Y porque a Trinidense, sencillamente, no lo interesaba tenerla.

Diego Martínez eligió una formación alternativa para Boca, que sintió eso en su funcionamiento frente a Trinidense; el DT cuidó a los titulares para que el viernes completen frente a Estudiantes un partido importante por la Copa de la Liga Profesional.
Diego Martínez eligió una formación alternativa para Boca, que sintió eso en su funcionamiento frente a Trinidense; el DT cuidó a los titulares para que el viernes completen frente a Estudiantes un partido importante por la Copa de la Liga Profesional. - Créditos: @Manuel Cortina

Boca no cambió la postura hasta los 15 minutos del segundo tiempo. Martínez entendió que era momento de pisar el acelerador a fondo y tirar toda la carne al asador. Adentro Lautaro Blanco y Luis Advíncula para trepar en la cancha y generar superioridad numérica por las bandas. Y adentro Zenón para darle profundidad al ataque y llegar con más gente al área de Samudio. Boca precisaba un shock de energía que rompiera la monotonía del trámite, el ritmo cansino del juego.

La gente, como siempre, también jugó su partido. Y levantó a Boca cuando el equipo no encontraba las respuestas. “Movete, xeneize, movete; movete, dejá de j...”, fue el mensaje que bajó desde la segunda bandeja de Casa Amarilla. Y Boca fue. A los ponchazos, como pudo, pero fue. Sin el fútbol de otros partidos, pero con el empuje que lo caracteriza. Y así, de a poco, arrinconó a Trinidense. Con Advíncula y Blanco en posición de extremos, se plantó decididamente en campo ajeno y logró abrir el partido tras una sucesión de tiros de esquina. Zenón tocó cortito para Blanco, el ex defensor de Rosario Central envió un centro y Anselmino, en su noveno partido en la primera de Boca, se elevó más alto que todos para poner el 1 a 0. El pibe de 18 años, oriundo de Bernardo Larroudé, La Pampa, no pudo terminar el encuentro, por una lesión muscular, y Boca concluyó con diez futbolistas. Con Advíncula como defensor central, con Jabes Saralegui como marcador de punta y con Merentiel como lateral/volante. Con lo justo.

Anselmino padeció un problema muscular y dejó la cancha antes de tiempo, por lo cual Boca se quedó con diez jugadores por un rato; el pampeano de 18 años es una de las apariciones promisorias en la primera división azul y oro.
Anselmino padeció un problema muscular y dejó la cancha antes de tiempo, por lo cual Boca se quedó con diez jugadores por un rato; el pampeano de 18 años es una de las apariciones promisorias en la primera división azul y oro. - Créditos: @Marcelo Endelli

Boca también sufrió. Los corazones de los casi 50.000 hinchas que coparon la Bombonera se paralizaron a los 40 minutos del segundo período. Advíncula cayó en el área de Boca y tocó el balón con el brazo izquierdo extendido. El árbitro uruguayo Gustavo Tejera dio continuidad. Y tras una revisión del VAR, sancionó una falta previa contra el peruano que dejó sin efecto la mano posterior.

En el final, Boca metió el partido en el freezer y lo sacó adelante con la solvencia de Nicolás Valentini en el fondo y la experiencia de Sergio “Chiquito” Romero para consumir segundos en cada reposición. Pudo ampliar la ventaja, pero no le sobró nada, y Trinidense, con poco, tuvo chances de lograr la igualdad.

Ahora, todos los cañones de Boca apuntarán al medio partido de este viernes en La Plata, que definirá gran parte de su suerte en el sprint final de la Copa de la Liga. Si suma de a tres puntos, se clasificará para los playoffs independientemente de lo que suceda en la última fecha contra Godoy Cruz, el próximo martes en la Bombonera.

Compacto de Boca 1 vs. Trinidense 0

Boca sigue dulce, se acostumbró a ganar y afrontará lo que queda de la Copa de la Liga y la etapa de grupos de la Copa Sudamericana con el ánimo y la confianza por las nubes. El rival, es cierto, no fue medida. Pero Boca sacó adelante un partido chivo y mostró carácter y templanza para no dejar puntos en el camino. Hizo valer el punto obtenido en Potosí frente a Nacional y se trepó a la cima de la zona con 4 puntos, al menos hasta que juegue Fortaleza, que recibirá este jueves al cuadro boliviano y con el que aún debe enfrentarse el argentino, primeramente en Brasil y luego en la Bombonera.

Boca volvió a ser Boca. En la cancha, en la tabla, en la tribuna. En un año sin Libertadores, también disfruta de sus noches de copa.