Boca-Palmeiras, y un fantasma húngaro en la Bombonera

Hirschl, en Gimnasia. Fue el primer DT extranjero con un contrato en el fútbol argentino.
Hirschl, en Gimnasia. Fue el primer DT extranjero con un contrato en el fútbol argentino. - Créditos: @Museo de Gimnasia y Esgrima La Plata

Una tarde de setiembre, pero de hace noventa años, el húngaro Emérico Hirschl, primer DT extranjero del fútbol ya profesional de Argentina, sufrió el efecto Bombonera. A su equipo, Gimnasia y Esgrima La Plata (“El Expreso” célebre de 1933, líder del campeonato), el árbitro Angel De Dominicis le cobró penal polémico y gol en offside y cayó 3-2 contra Boca. Dos fechas después, otra vez perjudicados, los jugadores de Gimnasia protestaron sentados en el césped. Sin oposición, San Lorenzo (finalmente campeón) le marcó siete goles, hasta que el árbitro Alberto Rojo Miró detuvo el grotesco. Hirschl ganó luego seis títulos con el River que anunciaba “La Máquina”. Y en 1949 sumó tres títulos más con un Peñarol que fue base de la selección uruguaya campeona del Mundial de 1950. Su vida sudamericana, sombras incluidas, comenzó en Palestra Italia, hoy Palmeiras. El rival de Boca mañana en la Bombonera.

Emérico Hirschl dirigió el Expreso de Gimnasia, la base de La Máquina en River, Palmeiras San Lorenzo, Rosario Central, Banfield y Peñarol.
Emérico Hirschl dirigió el Expreso de Gimnasia, la base de La Máquina en River, Palmeiras San Lorenzo, Rosario Central, Banfield y Peñarol. - Créditos: @"No fue un juego"

Nació como Imre Hirschl en 1900. Combatiente en la Primera Guerra Mundial, carnicero, en 1929 escapó de una Europa peligrosa para los judíos. Supuestamente (la historia es confusa), el conde Francesco Mattarazzo, el hombre más rico de Brasil y también de Italia, admirador de Mussolini, lo acercó a Palestra Italia, como ayudante del DT húngaro Jéno Megdysessy. En Sao Paulo, Imre pasó a ser Emérico y conoció a otro compatriota que luego sería DT célebre, Bela Guttmann, que estaba de gira por Sudamérica y lo sumó como masajista a su equipo (All Star Hakoah, de Nueva York). La gira llegó a Buenos Aires, donde Hirschl inició su propio camino. Eran tiempos de escuela húngara en el fútbol. Euguenio Meszdezsky en San Lorenzo y Racing, Arminio Szantó en Vélez, Jaime Rootman en Estudiantes, Máximo Garay en Platense, por citar solo a los primeros (Franz Platko, ex arquero, poema célebre de Rafael Alberti, fracasó en River y Boca en los ‘40 y Elmer Banki hizo luego historia en el ascenso).

Emérico Hirchl, el entrenador húngaro puesto en la picota
Emérico Hirchl, el entrenador húngaro puesto en la picota - Créditos: @Sebastián Domenech

En 1938, la AFA designó a Hirschl DT de la selección que se preparaba para el Mundial. Emérico comandó algunas prácticas mientras también dirigía a River, pero Argentina no fue a Italia. Ese mismo año, el Luna Park albergó un acto masivo de apoyo a Hitler, reflejo del antisemitismo que había en sectores de Buenos Aires. Según su familia, Hirschl aprovechó su fama para ayudar a que judíos con trabas de ingreso pudieran desembarcar en el puerto. Fue un gesto que destacó el proyecto museológico “No fue un Juego”, de 2018, sobre fútbol y nazismo, que trabajaron aquí los periodistas Leonardo Albajari y Germán Roitbarg. Emérico, 1,96m, fama de DT estudioso, carismático y severo, supuesto pionero táctico, volvió a Gimnasia, y dirigió también a Rosario Central, San Lorenzo y Banfield. Era el Banfield del presidente Florencio Sola acusado de tres casos de soborno. El último (en 1943, 2.000 pesos a Sebastián Gualco, arquero de Ferro) implicó a Hirschl. El boletín 878 del 13 de enero de 1944 del Tribunal de Penas de la AFA no deja dudas: suspende a Hirschl de por vida. Por “amoralidad deportiva”.

El fallo que deterninó una dura sanción para Hirschl
El fallo que deterninó una dura sanción para Hirschl - Créditos: @Redacción LA NACION

Las sanciones incluyeron, entre otros, a Domingo Tarasconi y Mario Fortunato, que fueron ídolo y DT de Boca, respectivamente, y a Oscar Traba, un periodista importante del diario Crítica, pero fueron anuladas cuatro meses después por la Inspección General de Justicia (IGJ). El Tribunal renunció en pleno. Hirschl se fue a Montevideo y dirigió a un Peñarol notable. En 1950 fue anunciado como DT de Uruguay, pero duró apenas horas. Cuenta Atilio Garrido en su libro “Maracaná. La Historia Secreta” que Nacional, celoso de Peñarol, y que sospechaba de ciertos resultados en el propio campeonato uruguayo, consiguió el fallo de la AFA que acusaba a Hirschl. El documento lo dejó sin cargo. Podría haber sido el DT del Maracanazo. También cuenta el inglés Jonathan Wilson en su libro “Angeles con caras sucias”, que Hirschl jugó en Húsos FC, un equipo semiprofesional de Checoslovaquia castigado en 1925 por arreglo de partidos. Retirado del fútbol a los 55 años, Hirschl murió en Buenos Aires el 23 de setiembre de 1973. Se cumplió medio siglo.

Abel Ferreira, el entrenador portugués de Palmeiras
Abel Ferreira, el entrenador portugués de Palmeiras - Créditos: @ANDRE PENNER

Aquella Palestra Italia de Hirschl pasó a llamarse Palmeiras en 1942, cuando el gobierno brasileño declaró la guerra al Eje y prohibió nombres italianos, alemanes y japoneses. Fue un “despojo” histórico para Palmeiras, que hoy no tiene DT húngaro, sino al portugués Abel Ferreira, que lleva ocho títulos en menos de tres años. Y tampoco tiene los millones del conde Mattarazzo, sino los de su presidenta Leila Pereira, la quinta mujer más rica de Brasil, ayer bolsonarista, hoy cercana a Lula, avión propio y dueña de Crefisa, principal acreedor del club, una deuda que “la Tia Leila” espera cerrar este año para callar a los opositores que claman “conflicto de intereses”. “Vive de la usura”, describió días atrás a Crefisa el colega Juca Kfouri. En 2017, la casa de créditos se promocionó con una foto del Papa Francisco con la camiseta del club. Crefisa en primer plano. El Vaticano se enojó. “Utilizar la imagen” del Papa para fortalecer a una empresa que “presta dineros a personas desesperadas”, escribió el periodista Menon, “es un triste retrato de la codicia”. Siempre hay historia y contexto. Pero mañana no patearán Tía Leila, el Papa y mucho menos el fantasma de Hirschl. Tampoco la Bombonera. Será el turno de los jugadores.