Biden gana las elecciones | "Intimidados por el presidente": el mayoritario respaldo del Partido Republicano a Trump y sus denuncias de fraude electoral

Mike Pompeo y Donald Trump
Mike Pompeo, secretario de Estado, fue felicitado por Donald Trump por no dar por hecha la derrota electoral.

A la espera de saber qué rumbo toma el Partido Republicano en el futuro, la mayoría de cargos mantiene silencio o lealtad al presidente Donald Trump en su estrategia de disputar el resultado electoral y el triunfo de Joe Biden.

Pocas figuras de partido han reconocido la derrota y felicitado al demócrata Biden a la espera de saber qué sucede con los litigios por las acusaciones de fraude sin fundamento de la campaña del presidente.

"No tengo nada por lo que felicitarle (a Biden)", dijo el martes Ron Johnson, senador republicano por Wisconsin.

La presidenta del partido, Ronna McDaniel, borró el miércoles un tuit en el que implícitamente reconocía que Trump había perdido la elección porque admitía el voto decisivo que tendrá en el Senado Kamala Harris como vicepresidenta electa.

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La pasada semana, McDaniel se había hecho eco de las acusaciones de Trump. "Necesitamos perseguir estas irregularidades y que la gente tenga paciencia y nos dé tiempo para investigar", dijo.

Apenas cuatro de casi 50 senadores republicanos han contradicho abiertamente a Trump, aceptado el resultado y reconocido a Biden.

"Están metidos en un circo absurdo negándose a aceptar la realidad", dijo este jueves sobre los republicanos la demócrata Nancy Pelosi, la presidenta del Congreso.

Entre los republicanos que sí han reconocido a Biden está Mitt Romney, crítico con el presidente desde hace tiempo y el único republicano que apoyó en el Senado el impeachment a Trump a comienzo de año.

También el expresidente George W. Bush dio por cerrada la contienda electoral y felicitó al demócrata.

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Pero la mayoría aún se mantiene fiel a Trump, que en los últimos cuatro años tomó el control del partido y cuyo protagonismo en el futuro está por definirse.

Simpatizantes de Trump.
Más de 71 millones respaldaron a Trump en las elecciones del 3 de noviembre.

Medios de Estados Unidos reportan que algunos cargos dicen en privado que el presidente debería abandonar una batalla legal para la que no parece haber suficiente sustento y aceptar la derrota, como es tradición.

El senador demócrata Chris Coons dijo en la cadena CNN que algunos republicanos le están pidiendo que felicite a Biden en su nombre porque no son capaces de hacerlo en público.

"Me llaman para decirme: 'Felicidades, por favor envíale mis mejores deseos al presidente electo, pero aún no puedo decirlo públicamente'", contó Coons.

En público, la mayoría, sin embargo, guarda silencio o muestra respaldo a la estrategia del magnate.

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"Con unas pocas y notables excepciones, todo el Partido Republicano está en una posición de cierta intimidación por parte del presidente", dijo el martes Biden, que enfrenta de momento una transición con resistencia desde la Casa Blanca.

Así lo dejó claro el secretario de Estado, Mike Pompeo, elogiado por Trump en Twitter después de que el martes afirmara que su departamento está preparando "una transición tranquila a un segundo gobierno Trump".

Fueron palabras sorprendentes de parte de un secretario de Estado tras unas elecciones.

Mitch McConnell.
Mitch McConnell ha sido el gran aliado y facilitador de la agenda republicana en Washington los últimos cuatro años.

Y también Mitch McConnell, el líder de la mayoría republicana en el Senado, defiende el derecho de Trump de disputar los resultados en los tribunales y afirma que "no hay que actuar como si esto fuera extraordinario".

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"Pasaremos este periodo y juramentaremos al ganador (en enero) como hacemos cada cuatro años", dijo como si no hubiera aún un vencedor.

McConnell ha sido el gran aliado de Trump y facilitador de la agenda conservadora del Partido Republicano.

Los riesgos de enfrentarse a Trump

El senador por Kentucky acaba de revalidar su puesto, pero aún hay dos carreras, ambas en Georgia, que se definirán el 5 de enero y que dirimirán qué partido tendrá la mayoría en la cámara, algo que tendrá un claro impacto en el gobierno de Biden.

Los republicanos Kelly Loeffler y David Perdue se jugarán ese día su puesto y tienen claro, al menos por el momento, que para ello debe seguir la estrategia de Trump.

Y es que enfrentarse al presidente tiene su riesgos.

Jeff Sessions y Donald Trump
Jeff Sessions perdió el apoyo de Donald Trump, lo que le costó su lugar en el Senado.

Lo sabe bien Jeff Sessions, a quien Trump nombró fiscal general en 2016.

En virtud de su posición, Sessions se recusó de cualquier investigación sobre la injerencia rusa en la campaña de hace cuatro años, en la que se impuso el magnate. En 2017, dimitió y a partir de ahí fue objeto de los ataques del presidente.

Trump entonces apoyó al rival de Sessions en las primarias republicanas para el puesto de senador por Alabama que el político conservador ostentó durante dos décadas.

Y Sessions perdió.

"Trump tendrá un enorme impacto en nuestro partido en adelante", aseguró el fin de semana en televisión Romney.

El candidato presidencial de 2012 (perdió ante Barack Obama) y ahora senador por Utah puso así de manifiesto lo contraproducente que puede ser aún ir en contra del presidente, que podría continuar siendo la principal figura del partido e incluso presentarse a las elecciones de 2024.

"El gorila de 900 libras"

Además, Trump cuenta con el apoyo de más de 71 millones de votantes en las elecciones del 3 de noviembre, la segunda cifra más alta de la historia. La supera Biden, que acumula casi cinco millones más de votos que el republicano a la espera de que se cierre el conteo final.

"Creo que la gran mayoría de la gente que votó por Trump quiere asegurarse de que se persigan sus principios y sus políticas, así que él de ninguna manera va a desaparecer", dijo Romney.

Hay varias alternativas y caminos a seguir por el partido, todas ellas aún prematuras y que quizás se empiecen a esclarecer en enero, con el fin del mandato de Trump.

Mitt Romney
Mitt Romney es de los pocos senadores abiertamente críticos con Trump.

De momento el trumpismo manda.

"En el Partido Republicano Trump es el gorila de 900 libras (más de 400 kilos)", dijo Romney de manera gráfica usando una figura en inglés que viene a significar alguien que es demasiado poderoso como para que nadie se le oponga.

Los medios estadounidenses recuerdan estos días cómo los propios cargos del Partido Republicano fueron clave para que Richard Nixon renunciara en 1974 por el escándalo Watergate.

Y muchos ven esto también importante para evitar una crisis constitucional en las próximas semanas.

"En última instancia, dependerá de que sus compañeros republicanos presionen (a Trump) para que se haga a un lado. De lo contrario, puede crear una crisis constitucional", le dijo Joshua Sandman, profesor de ciencia política en la Universidad de New Haven experto en la presidencia de EE.UU., al periodista de BBC Mundo Gerardo Lissardy.

Este lunes un grupo 31 excongresistas republicanos publicaron una carta denunciando las acusaciones de fraude sin pruebas y pidiendo al presidente que acepte el resultado.

Mucho más difícil es de momento para los republicanos que aún defienden un asiento y que tienen delante "al gorila de 900 libras".

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