Benjamin Cremaschi, el talentoso y joven socio que Messi ha encontrado en Inter Miami

Benjamin Cremaschi y Lionel Messi festejan en el partido del Inter Miami ante New York RB. (Stephen Nadler/ISI Photos/Getty Images)
Benjamin Cremaschi y Lionel Messi festejan en el partido del Inter Miami ante New York RB. (Stephen Nadler/ISI Photos/Getty Images)

Lionel Messi ha encontrado un novedoso socio en el juvenil Benjamin Cremaschi. Con apenas 18 años, este mediocampista de ascendencia argentina apunta a ser un respaldo inequívoco de Messi durante su estancia en la Major League Soccer. El sábado pasado, en el partido ante New York Red Bull, Messi y Cremaschi dieron cuenta de la potente química que tienen. La jugada para el 2-0 fue mágica en todo sentido y se preveía algo especial desde la gestación.

El equipo que hace cinco semanas se atascaba con el balón cuando quería generar peligro ofensivo, incluso cuando ya se sabía que Messi llegaría, ahora maneja los tiempos a su antojo. Son ellos quienes deciden el ritmo del partido y cuándo y dónde hacer las mejores maniobras para desequilibrar al rival. Si hay que tener el balón, amasarlo pacientemente para desacomodar a la defensa, eso se hace. Hay planes que antes hacían falta, y en eso también se nota la mano del entrenador Gerardo Martino. Los ejecutantes son de primer orden: Messi, Busquets y Alba, y un equipo que ya cree en sí mismo.

Ya de una jugada de corte similar había surgido el gol de Gómez en el primer tiempo. No le quema el balón en los pies a nadie en el Inter Miami. Y que conste que ahí, en el primer tiempo, no estaban ni Messi ni Busquets (tampoco el joven Cremaschi), que arrancaron en el banco de suplentes como descanso: jugaron un agotador partido a mitad de semana por las Semifinales de la US Open Cup (en el que derrotaron a Cincinnati para ponerse a punto de su segundo título oficial en la Era Messi).

Da para pensar el impacto anímico que un solo jugador puede tener en todo un plantel. En lo futbolístico, se sabe que Messi marca diferencia, pero hoy todos tienen otra actitud. Se han contagiado de ese virus ganador que ha acompañado a Messi desde que jugaba contra niños que eran más grandes que él. Todos han mejorado. No sólo son los pases fulgurantes en mitad del campo, es también un Drake Callender que ataja todo lo que le llega a su arco.

Y es Cremaschi, una luz de esperanza para el futbol estadounidense... o argentino, pues puede defender ambas camisetas. Tiene toque, visión, elegancia y serenidad para manejar los tiempos de cada jugada. Por eso la pared mágica con Messi salió a la perfección. El astro lo vio de manera insólita y se la cedió de tres dedos en una asistencia que se ha vuelto ya un clásico instantáneo. Y Benjamin devolvió con naturalidad, como diciéndole a Messi: "mira, hablo el mismo idioma que tú". Fue un golazo que Messi construyó junto a un joven que creció viéndolo en la televisión y ahora lo tiene como un compañero de odisea en Miami, y cuyos sueños empiezan a tomar sentido: no han perdido en los nueve partidos que ha jugado Lionel con ellos.

Acaso pueda ser algo más que una conexión temporal —que el Inter Miami agradecerá todo el tiempo que dure—. Puede ser la devolución de Messi a la formación que Ronaldinho le brindó a él. Ahora es su turno de ser maestro y guía. Y qué mejor discípulo que alguien tan apto y tan dispuesto a aprender todos los secretos del balón. Cremaschi tiene todavía, como es natural, mucho que mejorar, pero también es verdad que desde ahora se puede vislumbrar que su techo es muy alto. Y ha encontrado al mejor compañero para escalar al nivel que sus condiciones prometen. Messi y Cremaschi será una conexión muy sonada por los próximos meses o años. Y quizá algún día se recuerde como el puente generacional entre dos virtuosos.

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