Argentina, a puro galope hacia el Mundial de Horseball

Rafa Sanz del Río

Buenos Aires, 15 mar (EFE).- En Argentina, país de tango y fútbol, el caballo es devoción. Y, más allá de sus tradiciones de gaucho y campo, este animal también integra su vida deportiva: no hay más que ver la pasión de los argentinos por el polo.

Lejos de lo que se cree, el deporte nacional es el 'pato', un juego a caballo en el que los contrincantes pugnan por un balón que deben encajar en un aro. Por eso, no es de extrañar que cuando profesionales y directivos conocieron el 'horseball' en Europa decidieran llevarlo a Argentina.

Ahora, esa modalidad a medio camino entre el rugby, el polo y el baloncesto vivirá en 2025 en Argentina, quinto país del mundo en población de corceles, el primer Mundial en sede no europea desde que se creó en 2008.

El presidente de la Asociación Argentina de Horseball (AAH), Pablo Segovia, explica que, aunque uno tenga inspiración en el otro, es diferente tanto a la hora de plantearlo, por el tiempo de duración o la dimensión del campo, como a la hora de jugarlo, ya tiene muchas diferencias: el 'horseball' es más físico, muy dinámico y rápido que el 'pato'.

"Es algo muy atractivo porque al ser ecuestre e internacional, y con lo que se valora al caballo en el país, es un llamado de atención para todos los que quieran formar parte de una estructura y un deporte. El deporte siempre llama y convoca", expone.

Uno de los máximos exponentes albicelestes del 'horseball' es Facundo Taberna, alguien que comenta que "nació con el caballo" y que, actualmente, compite tanto en esa disciplina como en la autóctona, ya que no se mezclan los calendarios y pueden jugarse las dos.

El deportista de 39 años es el único jugador argentino que ha disputado los cuatro mundiales de previos y cuenta que, pese que el mundo ecuestre es algo propio del campo argentino y que conlleva un elevado costo, existe una ventaja económica en el 'horseball'; mucho más teniendo en cuenta la crisis socioeconómica que atraviesa Argentina.

"Es un deporte costoso, pero mucho menos que cualquier otro deporte hípico. Para jugar al polo necesitas 6-7 caballos, al 'pato' lo mismo, pero en el 'horseball' sólo necesitas uno. Es algo que, con la situación que tenemos en el país, veo que el 'horseball' puede progresar más", declara Tabernas.

El crecimiento de esta industria es vital para la supervivencia del juego, ya que, según cuenta Segovia, sólo en el Viejo Continente está tan desarrollado que permite que unos pocos puedan vivir del deporte, pero la mayoría lo compagina con un trabajo relacionado con el mundo del caballo.

Y es que todo este esfuerzo nació de un sueño que se convirtió en locura en 2022, cuando, tras acudir como invitada en las tres ediciones anteriores del Campeonato del Mundo, Argentina decidió fundar la AAH y organizar la expedición para el Mundial de Francia meses después.

"La verdad que el argentino tiene algo que es una pasión que lo mueve. No teníamos recursos y se juntaron con los jugadores y dijimos: 'bueno, pues lo pagamos nosotros: los pasajes, los alquileres de caballo y los hospedajes'", comenta Segovia sobre esa situación.

Todo esto ha llevado a Argentina a ser la primera sede del torneo internacional fuera de Europa, lo que aparte de ser un desafío importantísimo y un orgullo para la Asociación, según Segovia, supone una oportunidad de crecimiento en el sector.

"Hay gente pensando ya en el año que viene, gente que está empezando a confeccionar pelotas, monturas, frenos… Están los que quieren auspiciar el torneo porque quieren estar en el Mundial, y la industria del trabajo también empieza a crecer a nivel nacional, y nos vamos sorprendiendo con cosas que nos vienen apareciendo", cuenta el presidente de la AAH.

De hecho, recientemente días Alfredo González, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), expresó la importancia de apoyar este tipo de iniciativas deportivas que impulsan la creación de empleo genuino.

El combinado nacional está muy entusiasmado con que se juegue en Argentina, ya que sería la primera vez que competirían con caballos propios, lo que, según Taberna, es el 50 % como en "un auto de carreras".

"Eso, sumado a las condiciones que tiene un jinete argentino, entusiasma. No sé si al nivel de estar en el podio, pero para hacer un buen papel y estar a la altura y mostrar que Argentina puede ser en pocos años un gran país para el 'horseball'", concluye Segovia.

(c) Agencia EFE