Antonio Briseño, el último 'sobreviviente' del México Sub-17 que ganó ese mítico Mundial

Antonio Briseño se convirtió en campeón mundial Sub-17 en México 2011 (Foto de: Jeff Mitchell - FIFA/FIFA via Getty Images)
Antonio Briseño se convirtió en campeón mundial Sub-17 en México 2011 (Foto de: Jeff Mitchell - FIFA/FIFA via Getty Images)

El Estadio Azteca estaba abarrotado en una tarde lluviosa que anhelaba un rayo de luz para un joven equipo mexicano Sub-17 que se jugaba la corona del campeonato mundial. La Copa del Mundo de la categoría menor había traído a México una nueva generación dorada de futbolistas que, desde el inicio del torneo, demostraron que tenían madera para repetir la hazaña que Carlos Vela, Giovani Dos Santos, Héctor Moreno, Cesar Villaluz y compañía habían conseguido en 2005. Pero esta ocasión era doblemente especial para buscar el título porque estaban en casa y no había mejor guión que el del coronarse con su propia gente. Uruguay era el rival a vencer

Cerca del minuto 30, México cobró un tiro de esquina que el arquero uruguayo despejó con los puños y mandó el esférico fuera de su área. Kevin Escamilla recuperó la bola y sin pensarlo envió un centro a la altura del segundo poste, mismo que le permitió a Carlos Fierro recentrar con la cabeza y en los linderos del área chica, un impensado e improvisado rematador empujó el balón dentro del marco charrúa. El capitán del equipo, Antonio Briseño, marcó en una acción de poca fineza, pero suficiente para hacer estallar en júbilo a las gradas que no desborda tanta emoción como escenario mundial desde que fueron testigos el gol de Jorge Burruchaga a la Alemania Federal en la final de la Copa Mundial de 1986.

En ese entonces, un joven Pollo Briseño puso la cereza al pastel de una actuación que había sido redonda a lo largo del torneo. En los siete encuentros fungió como el capitán del equipo y su liderazgo era notorio dentro del campo de juego. Después de 12 años de haber conseguido aquel título, Chivas ha encontrado una pieza clave en Antonio Briseño que durante varios años vivió diambulando en el futbol mexicano y hasta tuvo una aventura en el futbol de Portugal. Con todo eso, se convirtió en el único futbolista que se ha mantenido vigente de aquel equipo campeón del mundo Sub-17.

Poco a poco ha construido una carrera que a cualquiera de sus compañeros en esa Copa del Mundo le habría gustado imitar. Se formó y debutó con el Atlas, pero después de un inconsistente arranque, fue adquirido por los Tigres donde no tuvo demasiadas oportunidades, pero que le ayudaron a formar carácter. Incluso jugó la final de la Copa Libertadores frente a River en 2015. Luego pasó por Juárez y Veracruz hasta que encontró una oportunidad con el Feirense de la Liga de Portugal. Después de que se firmara el descenso del equipo europeo, Briseño regresó cobijado a Guadalajara, donde ha permanecido por cuatro años y extendió su contrato a tres más.

La mayoría de los campeones mundiales nunca pudieron probar suerte como tal en los equipos de la primera división a los que permanecían, algunos de ellos ni siquiera llegaron a debutar y su carrera terminó truncada. Otros más, como Julio Gómez, llegaron a la primera división, pero después de no conseguir el éxito fueron parte de equipos de la Liga del Ascenso o tuvieron un paso por ligas exóticas.

Al día de hoy, Gómez y Jorge Espiricueta, quienes eran dos de los jugadores más destacados de aquel equipo, se dedican a ganarse la vida como futbolistas en el llano. También está el caso de José Tostado, quien después de ya no asistir a la Preparatoria de la Casa Club de Chivas, su equipo formador, fue separado y después tuvo la mala fortuna de que su padre fuera vinculado a una banda de secuestradores. Uno a uno eligió un camino distinto que lo fue alejando de la competencia en el futbol mexicano y casi ha quedado extinta aquella generación del mundo futbolero.

Por otra parte, otro de los futbolistas que han encontrado estabilidad en el primer circuito fue Alfonso González, quien ahora también es pieza importante de los Rayados de Monterrey, pero durante varios años se tuvo que conformar con ser un suplente dentro del equipo porque las lesiones lo aquejaban continuamente.

Briseño hoy es crucial en el sistema táctico de Veljko Paunovic. Después de un largo tiempo donde tampoco se consolidaba del todo con las Chivas, el Pollo ha encontrado su mejor versión y cumple con las proyecciones que se esperaban de él cuando apenas era un joven capitán.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Terror en México: automovilistas quedan atrapados en medio de una balacera.