América y su increíble, pero justa, eliminación contra Nashville cuando ya se creían ganadores
Fue una locura. América quedó fuera de la Leagues Cup cuando todo indicaba que habían pasado. El penal contenido por Luis Ángel Malagón a Daniel Lovitz, en teoría, era el pasaje a la siguiente ronda. Ya todos estaban festejando y la afición, en el estadio y en la transmisión, se fue la con la finta. De repente hubo un anuncio que conmocionó a todos: Malagón se había adelantado, según la revisión en el VAR. Y sí, aunque el partido hubiera terminado, el cobro debía repetirse de nuevo y la tanda, reanudarse para ambos equipos.
Esa decisión fue un baldazo de agua fría para Las Águilas. Una decisión sorpresiva, pero con sustento en el reglamento y en los antecedentes. En octubre de 2022 en la Champions League, el Atlético de Madrid recibió un penal cuando el partido ya había terminado —ante el Bayer Leverkusen—. El árbitro revisó en el VAR y, en efecto, aunque acababa de pitar el fin del partido entregó la pena máxima (que de todas formas fue desperdiciada por Yannick Carrasco).
También en la propia Major League Soccer había un antecedente muy marcado. Fue en los playoffs del año 2020. El encuentro fue un Orlando-New York City de cuartos de final de Conferencia Este. En aquella tanda, el portero Pedro Gallese de Orlando le había tapado el penal decisivo a Valentín Castellanos. Ambos equipos ya se marchaban del campo cuando el árbitro recibió la instrucción de repetir el cobro —adicionalmente amonestó a Gallese, que recibió así su segunda tarjeta del cotejo y tuvo que marcharse expulsado—. Finalmente, el defensa Rodrigo Schlegel se puso de portero y terminó atajando el disparo de Castellanos, nuevamente. El punto es que el partido se reanudó tras una revisión en el VAR cuando ya todos lo daban por acabado.
No hubo robo en Nashville. Simplemente se aplicó el reglamento. América debería estar más enojado por la forma en la que le empataron el partido, con una distracción defensiva que un equipo de sus tamaños simplemente no se puede permitir. Néstor Araujo, que tenía como misión cerrar la llave, fue el eslabón débil que encontraron los locales para llevar el partido a penales cuando los azulcremas ya se veían en Cuartos de Final, gracias a la oportuna reacción que tuvieron comandados por Diego Valdés y Julián Quiñones.
El penal del colombiano, que fue el 2-1, tenía que ser definitivo. Pero América fue incapaz de cuidar la ventaja en los segundos finales, perdió el balón de manera inocente en el mediocampo, y regaló la jugada que culminó con el empate de Sam Surridge. Ya en los penales, Malagón atajó en una ocasión, pero su salvada se emparejó con el falló de Miguel Layún. Cuando Lovitz anotó su cobro, tras el anuncio de la repetición, el América quedó condenado con el fallo de Jonathan Dos Santos. No hubo remedio: una de las cartas más fuertes del futbol mexicano quedó descartada. No pasó nada de tiempo cuando ya se podían leer las conspiraciones: que la Leagues Cup está armada según los intereses de la MLS.
¿No sería más atractivo para todos que el Inter Miami de Lionel Messi se enfrentara en la hipotética final al América? Ese sí que sería un partido que paralizaría a dos países, y que llamaría la atención en todo el continente, además de las miradas globales que garantiza tener a Messi en la ecuación. Se aplicó el reglamento y listo. Así sucedió también en el lejano 1988, cuando el América venció en tanda de penales al Morelia. El partido había terminado y Morelia, supuestamente, había avanzado a la final por gol de visita. Pues no. En tiempos extra el gol de visitante quedaba anulado y así lo decía el reglamento, que quedó olvidado por unos minutos. Luego se aplicó y finalmente América ganó la tanda de penales. Son unas por otras.