Alexis Vega, el jugador que desperdicia su talento y ya ni Chivas lo toma en cuenta

Vega fue perdonado, pero todavía no lo toman en cuenta. En Chivas ya parecen resignados: no tiene remedio.

Alexis Vega en un partido de Liga MX en agosto pasado, entre Chivas y Juárez. (Alvaro Avila/Jam Media/Getty Images)
Alexis Vega en un partido de Liga MX en agosto pasado, entre Chivas y Juárez. (Alvaro Avila/Jam Media/Getty Images)

Alexis Vega tenía todo por delante hace no tanto tiempo. Todavía el año pasado, justo por estas fechas, estaba en una cumbre que su carrera no había alcanzado. A nivel colectivo, las cosas en Chivas eran casi como siempre: malas, pero él se salvaba. Era el único motivo de ilusión que tenía la afición rojiblanca. Y eso lo decía todo: centraban sus esperanzas en un jugador que siempre ha sido irregular. Pero, dentro de todo, el año pasado fue el más regular para él.

Y eso, en un futbol acostumbrado a los destellos, le sirvió también para erigirse como titular en la Selección Mexicana. Era su momento: el Tri adolecía de referentes y ponía ante Vega la oportunidad de encontrar un nuevo héroe. En el partido contra Polonia, su llanto conmovió a todo el país. Era un jugador que venía de abajo, que sufrió para llegar al profesionalismo. Nada le fue regalado en ese camino. Todo lo contrario: su familia hizo grandes sacrificios para verlo cumplir su sueño. Como contó para Pláticas Aldiente, cuando recordó que sus padres llegaron a vender todos sus muebles para pagarle un viaje de futbol.

Alexis Vega era un ejemplo de que nada es tan imposible como parece. O al menos lo fue hasta que terminó el himno y empezó el futbol real. Ahí desapareció. Al menos quedó una justificación: todo el Tri fue decepcionante, no solamente él. Pero en Qatar 2022 se comprobó que Vega no pertenecía a ese club de jugadores capaces de cargar con un equipo ni de influir decisivamente. No se le puede culpar de nada. Es así y ni modo. En Chivas ha dado la impresión de cargar con el equipo y no es tanto así. Nunca ha terminado de funcionar ni cuando las cosas marchan bien. Su presencia es un eterno acto de fe: puede hacer cosas diferentes, pero las hace de vez en cuando, rara vez cuando se le requiere.

Pero hay cosas que sí estuvieron en sus manos. Que siempre lo han estado: el compromiso, la constancia. Parece tópico, pero no lo es cuando se trata de él. Tiene todo el talento para brillar, y no quiere. Al menos en el contexto mexicano, sus cualidades no son cosa de todos los días. Amaga, tiene técnica e imaginación, le pega exquisitamente al balón. Pero eso no basta. Si su carrera estuviera acompañada del más elemental cuidado, hoy Vega sería una estrella del futbol mexicano. Y si hubiera ido más allá en constancia, podría ser un jugador importante en Europa.

Lo más frustrante, para quienes disfrutan sus destellos, es que todavía está a tiempo al menos del primer escenario: ser importante en México. Y ni así, ni porque tiene tiempo y oportunidades, parece dispuesto a lograrlo. Chivas lo perdonó por su indisciplina, pero todavía lo tiene borrado del campo. Es verdad que Cristian Calderón fue abucheado en su regreso con el Rebaño, pero de lo perdido lo encontrado: al menos lo toman en cuenta. Alexis Vega no llega ni a esa consideración —ignorado para el partido de esta noche contra Querétaro; Calderón y Martínez, los otros sancionados, sí fueron llamados—.

Chivas parece resignado. No lo pueden salvar ni ellos. Y Vega sigue dando más de qué hablar en redes sociales. Ahí donde se le ve dándole like a un video que hace referencia a su desinterés por el futbol. Hoy todavía puede decir que su carrera cuenta con futuro. Pero el tiempo pasa muy pronto en este deporte. Hace dos años era una promesa (aunque tenía ya 24 años); el año pasado apuntaba a ser figura; y ahora es un talento desperdiciado. Si siguen así las cosas, pronto será un semiretirado.

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