Los adolescentes de la actualidad están preocupados por su futuro y decepcionados de los políticos
Aunque nunca ha sido sencillo ser adolescente, una nueva encuesta demuestra que la generación actual de jóvenes estadounidenses se siente especialmente inquieta: preocupada por su vida, desencantada por el rumbo que está tomando el país y pesimista acerca de su futuro.
En una encuesta publicada el lunes por Common Sense Media, un grupo de defensa de los menores, solo una tercera parte de los participantes de 12 a 17 años dijo que las cosas marchaban bien para los niños y los adolescentes de la actualidad. Menos de la mitad dijo que creía que les iría mejor que a sus padres cuando crezcan, una visión pesimista que, según demuestran otros datos, comparten los adolescentes de muchos países ricos.
No solo se trata de la ansiedad propia de los adolescentes. En otra encuesta, de Gallup y de la Walton Family Foundation, cuya última entrega también fue publicada el lunes, a través del tiempo se les han hecho preguntas a los jóvenes y se ha visto cómo han cambiado sus respuestas. Este sondeo reveló que es mucho menos probable que los miembros de la generación Z, de 12 a 27 años, califiquen su vida actual y futura mejor de lo que lo hicieron los miléniales cuando tenían la misma edad.
De quienes tienen entre 18 y 26 años, solo el quince por ciento dijo que su salud mental era excelente, lo cual implica un descenso importante de 2013 y 2003 cuando un poco más de la mitad afirmó eso.
En conjunto, estas encuestas nos brindan una idea detallada de las perspectivas de los adolescentes, a quienes pocas veces se les encuesta en sondeos de alta calidad.
“Los datos son bastante crudos: nuestros chicos no están bien”, señaló James P. Steyer, fundador y director general de Common Sense Media.
Tal vez estas impresiones de los jóvenes estén planteando un reto para las campañas presidenciales en relación con las personas que apenas obtuvieron el derecho al voto en el país: parece que han descendido la participación y el compromiso de los jóvenes, los cuales ayudaron al presidente Joe Biden, sobre todo en 2020.
“Las únicas opciones que han tenido los jóvenes durante toda su vida han sido Trump o Biden”, comentó Kristen Soltis Anderson, socia fundadora de Echelon Insights, una empresa de sondeos republicana y una de las encuestadoras que realizó el sondeo de Common Sense Media. “Tal vez vean eso y digan: ‘No gracias’”.
No es que los futuros votantes sean apáticos con respecto a las políticas públicas; según las encuestas, esta generación suele apasionarse sobre temas como el cambio climático, el aborto y la guerra en Medio Oriente.
No obstante, en el sondeo de Common Sense Media, casi dos terceras partes de los encuestados de 12 a 17 años dijeron que los políticos y los funcionarios electos no tenían en consideración ni las necesidades ni las experiencias de los jóvenes. Los varones y los encuestados blancos fueron un poco más propensos a decir eso, y solo el siete por ciento de los adolescentes dijo que los políticos representaban muy bien a los jóvenes.
“Pese a que los electores jóvenes se concentran mucho en temas concretos, no están vinculados de manera especial con ninguno de los dos partidos y creen que todo el sistema político está fracasando”, comentó Celinda Lake, presidenta de Lake Research Partners, una empresa de sondeos demócrata y otra de las encuestadoras encargadas del nuevo sondeo.
Un problema de importancia mayúscula para los adolescentes que participaron en todas las encuestas fue la educación. Cuando Common Sense Media les planteó una pregunta abierta sobre lo más importante que se podía hacer para mejorar la vida de los niños, la mayoría, uno de cada cinco, dijo que mejorar o reformar el sistema educativo.
Más de la mitad de los adolescentes señalaron que las escuelas públicas de primaria y secundaria estaban haciendo un trabajo apenas razonable o malo. Solo el ocho por ciento dijo que hacían un trabajo excelente.
El 60 por ciento señaló que la pérdida del aprendizaje durante la pandemia era un problema. Margaret Spellings, directora general del Centro de Política Bipartidista y secretaria de Educación en la presidencia de George W. Bush, afirmó que los adolescentes “tienen toda la razón”.
“Tenemos que hacer que estos chicos se pongan al día o, de lo contrario, tendrán un mundo de sufrimiento en sus vidas y, por consiguiente, en nuestro país”, aseveró.
Cuando Gallup les preguntó a los adolescentes cuáles eran las tres palabras que describían mejor cómo se sentían en la escuela, las respuestas más comunes fueron aburridos, cansados y presionados.
Solo una cuarta parte dijo que estaba muy convencida de que la escuela estaba haciendo un buen trabajo en prepararlos para el futuro. Comentaron que querían que su formación estuviera más centrada en aprendizajes prácticos que los prepararan para la vida laboral, explicó Romy Drucker, directora del programa educativo en la Walton Family Foundation.
“Lo que estamos escuchando es que a muchos alumnos les parece desactualizado el bachillerato”, comentó Drucker.
Un tema relacionado fue la salud mental. En la encuesta de Common Sense Media, el 65 por ciento dijo que la salud mental de los niños y los adolescentes de su comunidad era mala o apenas razonable. Las chicas fueron más proclives que los varones a decir eso. Las respuestas fueron muy uniformes en todas las razas.
En la actualidad, los jóvenes tienen una mayor conciencia de los problemas de salud mental y se les estigmatiza menos cuando hablan de ello. Su preocupación se ve en el incremento de las tasas de hospitalización y de suicidio.
Hay otros indicadores también relacionados con el bienestar y las aspiraciones que han descendido un poco. La encuesta de Gallup, reveló que, en comparación con los miléniales cuando tenían esa edad, es un poco menos probable que los adolescentes de 13 a 17 años digan que tienen algún amigo en el que pueden confiar, que hacen ejercicio con regularidad o que tienen pensado ir a la universidad.
Según Matthew Biel, jefe de la división de psiquiatría infantil y juvenil del hospital de la Universidad de Georgetown, un factor importante en la crisis de la salud mental es “la digitalización de nuestras vidas y, sobre todo, las redes sociales”.
Los adolescentes están de acuerdo. Cuando en la encuesta de Common Sense Media se les preguntó cuál era la causa principal de los problemas de salud mental, la mayor parte señaló que el impacto negativo de las redes sociales y el internet, y la segunda mayor parte que era el hostigamiento, incluso en internet.
“Los problemas de salud mental son en sí mismos un asunto de salud pública y creo que también una señal de que hay una sensación general de angustia, incertidumbre y desajuste”, explicó Biel.
Los adultos compartían muchas de las preocupaciones de los adolescentes. En una encuesta complementaria de Common Sense Media, entre 1000 posibles electores, una mayoría afirmó que las cosas no estaban marchando bien para las familias.
Ocho de cada diez personas mencionaron que les preocupaban las oportunidades económicas futuras de sus hijos, y eso fue lo mismo en el caso de todas las razas, géneros y partidos distintos.
c.2024 The New York Times Company