Abandono, desidia y vandalismo: así está Doha, la ciudad donde la selección argentina levantó la Copa del Mundo
El 18 de diciembre de 2022, la selección argentina levantó el ansiado trofeo dorado en el Mundial que se disputó en Qatar. Tras una ardua contienda ante Francia, que forzó la definición por penales, el equipo dirigido por Lionel Scaloni hizo historia en Medio Oriente. El Estadio Lusail, el escenario que albergó este partido definitorio, deslumbró por su impactante arquitectura, al igual que el resto de las canchas donde 32 selecciones pudieron formar parte de esta edición mundialista.
Con la repercusión que genera un Mundial, Qatar no solo necesitó invertir en los estadios de fútbol. Para ser sede de este evento, que reúne a las mejores selecciones, el país desarrolló una infraestructura para darle alojamiento a las personas que llegaron continuamente en busca de un hospedaje. Para ello, el Gobierno de ese país debió focalizarse en las periferias para poder explotar su territorio y así construir hoteles y complejos repletos de departamentos que eran requeridos por los turistas.
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Los esfuerzos dieron su fruto durante un mes, donde el país registró una impactante ola de personas, de diferentes nacionalidades, que le dieron color y brillo a una nación que hoy en día, en diferentes lugares, aparece deshabitada, con falta de limpieza, sin brillo y con luces tenues a nueve meses del último partido de la Copa del Mundo.
Sin una cultura muy vinculada al deporte, los ocho estadios que albergaron el Mundial se encuentran abandonados y con grandes signos de deterioro. Una clara muestra es el Lusail Stadium, donde se disputó la final del certamen, el cual, según un video publicado en la cuenta de TikTok de @superinteresante, está completamente abandonado, despilfarrando así una inversión inicial de 2 mil millones de dólares.
Ubicado a 15 kilómetros de Doha, este estadio que estuvo a cargo de ingenieros británicos fue una de las creaciones más impactantes. Sin embargo, a partir del 19 de diciembre, el día posterior a la finalización del Mundial, las autoridades lo sacaron de su agenda y el abandono es total: carteles sucios, escaleras oxidadas, accesos completamente despintados y por sobre todo, el vandalismo de quienes ven una oportunidad única para quedarse con algún objeto preciado.
Qatar se encuentra en silencio. No se ven camisetas de fútbol a la vista. Los locales gastronómicos dejaron de estar saturados de gente. Doha volvió a ser el centro de la atención, mientras que, a kilómetros de esta lujosa ciudad, los hoteles lucen abandonados y el estadio 947, que fue sede de varios encuentros decisivos del Mundial, fue completamente desmantelado al ser armado con containers que son reutilizables.
Otro de los puntos neurálgicos que le dieron vida al Mundial fueron los reconocidos fans-fest donde se congregaron la mayoría de los fanáticos que no pudieron acceder a los costosos tickets para el evento. Con carpas abarrotadas de personas y diferentes vallas para delimitar los accesos, este lugar, creado en las afueras de Doha, es parte del estado de abandono absoluto de lugares que quedaron completamente olvidados tras el 18 de diciembre.
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Con las temperaturas agobiantes que reinan en Qatar, sus habitantes continúan su vida normal a nueve meses de un acontecimiento histórico -y hasta impensado- para este país que recibió un gran aporte económico para ser sede de una Copa del Mundo que será recordada por los tiempos en Argentina.