Tras denunciar agresión de un médico, residente del Hospital General de Tijuana fue señalada falsamente como agresora

Tras denunciar agresión de un médico, residente del Hospital General de Tijuana fue señalada falsamente como agresora
Tras denunciar agresión de un médico, residente del Hospital General de Tijuana fue señalada falsamente como agresora

La Dra. Amapola García Bernal es una residente de medicina que, al denunciar agresión por parte de un médico del Hospital General de Tijuana, fue expulsada de la institución. Además, se le acusó de ser la autora del hostigamiento y acoso que supuestamente había estado ocurriendo en el nosocomio.

En conversación con San Diego Red, la Dra. García Bernal declaró que la primera queja presentada en el Departamento de Enseñanza del hospital se emitió en julio de 2022. Esta queja recibió seguimiento y se levantó un acta administrativa. Sin embargo, en la resolución se le indicó que se consideraba que ella quería desprestigiar al doctor y que, dado que su historial en el hospital era intachable, lo mejor era que dejara el asunto.

Cuando se levantó el acta, se encontraban presentes testigos, incluyendo al jefe del Departamento de Enseñanza de aquel momento, su Jefe de Servicio y Recursos Humanos. Desafortunadamente, esto no fue suficiente para que otras autoridades de la institución tomaran medidas a favor de la joven.

La doctora indicó que su intención era obtener alguna medida de seguridad, ya que continuaría teniendo comunicación con el doctor y temía enfrentar un nuevo altercado con él, que en esta ocasión podría escalar a violencia física. A pesar de contar con testigos del incidente ocurrido en 2022, su caso no recibió más seguimiento.

El hospital acusó a la doctora de ser ella la agresora

Meses después, y mientras se encontraba en un proceso de demanda, el Hospital General de Tijuana informó a la Dra. Amapola García Bernal que al doctor se le había aplicado únicamente un extrañamiento (una observación escrita que se hace a un servidor público que ha cometido una falta). Ella decidió no continuar con la situación, pues su prioridad era concluir la residencia.

Más adelante, le informaron sobre supuestas quejas hechas por residentes de nuevo ingreso, las cuales estaban dirigidas al servicio de cirugía general y la presentaban como la agresora, distorsionando los hechos en su contra. La Dra. Amapola asegura que nunca tuvo acceso a copias de esas quejas escritas y que no se le permitió realizar una adecuada contestación para defenderse.

Además, García Bernal indica que comenzaron a generar un expediente en su contra y a proporcionarle reportes que, según esto, se habían realizado uno o dos años antes, pero con fechas alteradas. Este hecho le resultó extraño a la doctora, pues a pesar de haber solicitado en múltiples ocasiones que se le mostraran dichos documentos, ninguna autoridad le proporcionó copias.

Es importante resaltar que el Comité de Enseñanza e Investigación organizó una junta con personas con las que la Dra. García Bernal tenía poca interacción y discutió el tema que estaba ocurriendo dentro del hospital. La doctora señala que en esta reunión se realizó una votación sobre quién estaba a favor y en contra de su despido, reunión a la cual ella no fue convocada.

En enero de 2024, la Dra. García Bernal fue expulsada del Hospital General de Tijuana y puesta a disposición del estado para que la Enseñanza a nivel estatal decidiera su situación. Durante este período, fue enviada a Rosarito, donde permaneció durante tres semanas. Finalmente, el 26 de febrero, el jefe de Enseñanza Estatal, que había llegado desde Mexicali, le informó que sería despedida.

Antes de su expulsión, la doctora había presentado un amparo para obtener la documentación necesaria y responder conforme a la ley, pero le cerraron las puertas.

“Me truncaron la carrera” aseguró la doctora

Al final de la conversación con la doctora, ella indicó que recibió y posee una cédula de médico general. Sin embargo, al ser dada de baja definitiva del sistema de residencia, ya no se le permite completar ni reiniciar su formación académica en otro lugar.

La joven solicita al gobierno del estado, al secretario de salud y al rector de la Universidad Autónoma de Baja California que su caso sea analizado de manera imparcial y sin abuso de poder.