Hay denigración racista hacia César Chávez detrás de la demanda sobre su nombre en letreros de Fresno | Opinión

César Chávez fue uno de los principales líderes de los derechos civiles en Estados Unidos, que luchó por conseguir mejores salarios y condiciones laborales para los trabajadores del campo, muchos de ellos aquí, en el Valle de San Joaquín.

Pero esa verdad histórica no aparece en la demanda presentada contra Fresno por el cambio de nombre de tres calles por parte del Concejo en honor al icono latino.

En su lugar, la demanda saca a relucir imágenes negativas y manidas de Chávez: “César Chávez era muy divisivo, alienó a muchos granjeros, empacadoras y tiendas de comestibles y tomó represalias contra los que no se afiliaron a su sindicato”.

El cambio de nombre de la calle no tiene nada que ver con la agricultura ni con la sindicalización de los trabajadores, que Chávez ayudó a organizar a través de la Unión de Campesinos. De hecho, las referencias a Chávez en la demanda son todas negativas. ¿Por qué centrarse en él?

Que conste que Chávez es un héroe estadounidense que inspiró reformas muy necesarias en el trato a los trabajadores agrícolas. Lo hizo usando medios no violentos, como huelgas de hambre, boicots y marchas.

Este es solo uno de los aspectos de la demanda que me parecen censurables. Hay más.

César Chávez Boulevard

Los antecedentes de la controversia son los siguientes:

En marzo, por 6 votos a 1, el Concejo aprobó cambiar el nombre de un tramo de 10 millas de Kings Canyon Road, Ventura Street y California Avenue por el de César Chávez Boulevard.

Estas carreteras fueron identificadas por primera vez por el Concejo en 1993, cuando intentó cambiarles el nombre tras la muerte de Chávez ese año. Una reacción violenta llevó a un miembro del concejo a rescindir su apoyo y la iniciativa murió.

Los habitantes latinos que participaron activamente en la campaña de 1993 son ahora ancianos, y el concejal Miguel Arias dijo que algunos de ellos ya han fallecido. El concejo actual quería recuperar el cambio de nombre antes de que fallecieran otros más, para que vieran que sus esfuerzos anteriores no habían sido en vano.

Sin embargo, como en 1993, la cuestión no está exenta de debate. Los propietarios de los negocios de las vías afectadas denunciaron el costo de crear papelería con sus nuevas direcciones. Otros habitantes se refirieron al valor histórico de las carreteras actuales, especialmente Kings Canyon.

También se planteó una tercera perspectiva, la de los habitantes afroamericanos del oeste de Fresno. El reverendo B.T. Lewis, de la Rising Star Missionary Baptist Church, denunció la pérdida de California Avenue, que, según dijo, tenía un significado especial para muchas familias afroamericanas cuyos hijos asistían al Edison High School, que está en esa avenida.

Estos puntos se mencionan en la demanda como razones para impedir que se cambie el nombre de las calles. Pero enmarcar una demanda con mensajes antichavistas evoca la animadversión étnica que despertó cuando se enfrentó a influyentes cultivadores del Valle de San Joaquín. Hasta el día de hoy, algunos de los que se opusieron a la labor de Chávez en defensa de los derechos de los trabajadores, en su mayoría mexicanos, tarde o temprano lo describirán con insultos étnicos. Esta demanda es una reminiscencia de ese trato.

Chávez es venerado

Chávez no solo es venerado por los latinos. Muchos en el movimiento obrero consideran ejemplares sus métodos no violentos. El Presidente Biden tiene un busto de Chávez en el Despacho Oval. Chávez inspiró a generaciones de latinos y no latinos a participar activamente en política, en sus comunidades y en sus juntas escolares.

La población latina de Fresno representa el 50% de los 545,000 habitantes de la ciudad, por lo que dar el nombre de Chávez a un tramo de sus calles tiene sentido. Se podría argumentar que el concejo faltaría a su deber si no hiciera tal renombramiento. La mayoría latina de la ciudad pesó significativamente a la hora de que la Junta Editorial de The Bee respaldara el cambio.

La demanda también argumenta que el cambio de nombre viola la Ley de Calidad Medioambiental de California y debería haberse sometido a revisión. Los proyectos se someten a la revisión de la CEQA cuando”pueden provocar un cambio adverso en el medio ambiente”. Cambiar el nombre de las calles no lo hace.

También es una exageración afirmar, como hace la demanda, que los habitantes y comercios de las vías afectadas se verán “obligados a proclamar ese mensaje de la ciudad en numerosos documentos y señalizaciones y a dar voz a ese cambio de nombre”. En otras palabras, tener que escribir o decir “César Chávez Boulevard” promoverá de alguna manera el mensaje político del concejo de honrar al líder de los derechos civiles.

La demanda también dice que las calles son históricas y que el cambio de nombre debería haber sido revisado por el Comité de Preservación Histórica de Fresno. Pero las calles no se encuentran en el mismo contexto histórico que un teatro o una sala antigua.

Arias me señaló otras dos ironías:

La primera reunión de la UFW a la que asistió Chávez fue en el ahora desaparecido Edison Social Hall, que estaba situado en California Avenue.

Además, el abogado que lleva el caso de Chávez es el mismo que está demandando a funcionarios estatales y federales por los supervisores del Condado de Fresno por el cambio de nombre de Squaw Valley a Yokuts Valley. En ese caso, el argumento es que el control local debería importar. Sin embargo, cuando el concejo de Fresno actúa para cambiar el nombre de algunas calles, el mismo abogado argumenta en contra del control local.

El litigio es previsible pero desafortunado. Se gastará dinero de los contribuyentes para defender a la ciudad. Un juez decidirá si el concejo realizó una consulta pública suficiente antes de votar, otro punto de controversia.

Así pues, este asunto sigue sin resolverse y, por ahora, los nuevos letreros con el nombre de la calle permanecen guardadas. Lamentablemente, la animadversión étnica es muy fuerte en Fresno, y ahora vuelve a encenderse.