Demodex, el ácaro que vive en la piel y provoca inflamación y problemas oculares


Demodex es un ácaro presente en la piel que al multiplicarse puede generar inflamaciones, pápulas y problemas oculares. “Estos parásitos, que están presentes en todas las personas, habitan la unidad pilosebácea de la piel y, en principio, no representan ningún tipo de preocupación, pero sí pueden considerarse un problema cuando se multiplican”, explica el Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

Si bien son imperceptibles para el ojo humano, distintos microorganismos se encuentran presentes y en constante interacción con la piel. En esta microbiota cutánea habitan distintas bacterias, hongos, virus y parásitos. En este último grupo se encuentra al Demodex folliculorum, un ácaro de un tamaño promedio entre los 250-300 µm (más pequeño que un grano de sal) que vive en los folículos de la piel, área también conocida como la unidad pilosebácea.

Karen Valenzuela, dermatóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, lo describe como “un ácaro que se alimenta fundamentalmente de las glándulas sebáceas de la piel. Entre las localizaciones más frecuentes se encuentran la nariz, mejillas, frente, barbilla, pestañas, cejas, orejas, cuero cabelludo, cuello y pecho”.

La dermatóloga enfatiza que su presencia es totalmente normal e inocua para la mayoría de las personas. Sin embargo, también lanzó una advertencia, y es que en ciertos tipos de pieles este ácaro suele multiplicarse de forma excesiva, llegando a causar distintas lesiones, infecciones e inflamaciones, denominadas también como demodicosis.

“Se presentan con granitos rojos, que indican que hay una inflamación. Algo muy característico de cuando una persona tiene demodicosis es que estos granitos se desarrollan en forma asimétrica en la piel. Por ejemplo, uno puede tener más pápulas y más pústulas al lado derecho que el izquierdo o viceversa”, dice la doctora Valenzuela.

En los párpados, una alta concentración de ácaros Demodex se ha relacionado con la blefaritis crónica, así como con otras afecciones oculares, de acuerdo con la Academia Americana de Oftalmología de Estados Unidos. “Los oftalmólogos aún no llegan a un acuerdo sobre la cantidad de ácaros que es ‘normal’, ya que a veces se pueden encontrar grandes cantidades de éstos en personas sanas y sin síntomas”.

Sin embargo, un número creciente de oftalmólogos cree que el Demodex puede estar siendo pasado por alto en los pacientes. Esto puede ser cierto porque los médicos aún no tienen claro qué es lo primero: una afección ocular inflamatoria que permite la proliferación de ácaros, o una población de ácaros fuera de control que provoca una afección ocular inflamatoria. Además, los ácaros pueden pasar desapercibidos si los médicos no los buscan específicamente.

“Debe investigarse la presencia de ácaros Demodex si tiene síntomas crónicos de blefaritis que no responden a los tratamientos estándar, como las compresas calientes y los exfoliantes de párpados”, dice el doctor Gerami Seitzman, experto en córnea. “El enrojecimiento, la inflamación, la picazón, los orzuelos recurrentes, la pérdida de pestañas y/o la triquiasis, pueden ser síntomas de que el Demodex es el culpable”, añade.

La plataforma Síntesis de Conocimientos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile explica que la prevalencia de demodicosis es cercana a 90 por ciento en la población adulta general. Además, es ligeramente mayor en hombres, principalmente entre los 25 y 35 años, y poco frecuente en ancianos y en menores de 5 años.

En el caso de la piel, este ácaro causa distintas lesiones, infecciones e inflamaciones, denominadas también como demodicosis. “Se presentan con granitos rojos, que indican que hay una inflamación. Algo muy característico de cuando una persona tiene demodicosis es que estos granitos se desarrollan en forma asimétrica en la piel. Por ejemplo, uno puede tener más pápulas y más pústulas al lado derecho que el izquierdo o viceversa”, comenta la doctora Valenzuela. N

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Mira a este robot sonreír con piel “viva”