Defender Taiwán o unirse al Ejército chino: la polémica propuesta de un juego de mesa
Taipéi, 4 oct (EFE).- Cuando los amigos de KJ Chang vieron por primera vez el próximo lanzamiento de Mizo Games, la reacción inicial fue de indignación. Todos sabían de su amor por los juegos de guerra, por la historia y la política, pero desarrollar un título que simulaba la invasión china de Taiwán era ir demasiado lejos.
“Como era excesivamente cruel, me dijeron que se sentían tristes cuando veían los anuncios”, comenta Chang, acompañado por un póster del juego en cuestión, que muestra al icónico rascacielos Taipei 101 desmoronándose en medio de una gran explosión.
Lejos de amilanarse ante las críticas, el estudio pretende lanzar a principios del próximo año “2045”, un juego de mesa basado en uno de los grandes conflictos del presente: los jugadores tendrán que defender Taiwán del invasor comunista o unirse al Ejército Popular de Liberación (EPL) para lograr la “reunificación” de China.
“Entiendo que la mayoría de los taiwaneses simplemente quiere pasárselo bien y este juego es presión constante”, reconoce en una entrevista con EFE Chang, fundador de una compañía, Mizo Games, que ha recaudado más de 108.400 dólares para financiar este proyecto.
Taiwán o China: sólo puede ganar uno
Como simulador de guerra, “2045” consta de cinco rondas en las que el objetivo será controlar las ciudades más importantes de Taiwán. Al haber un único ganador, la partida puede terminar con victoria de las fuerzas taiwanesas o del Ejército chino, lo que enfrentará a los participantes a “decisiones difíciles” prácticamente todo el tiempo.
“En este juego, los jugadores no trabajan juntos para combatir al enemigo, sino que actúan de forma egoísta, como lo harían en la vida real, preocupándose por su interés personal”, apunta Chang al exponer las mecánicas de un título que hace de la “traición” un elemento clave de la jugabilidad.
“Aunque me toque un personaje favorable a China, puedo elegir combatir contra las fuerzas chinas; y si juego para las fuerzas gubernamentales o de autodefensa (de Taiwán), también puedo escoger el bando del EPL”, explica.
De esta forma, una persona partidaria de la independencia de Taiwán podría verse a sí misma trabajando por la invasión de la isla, lo que crea momentos “muy divertidos” durante las partidas. “Estamos confiados respecto a las mecánicas de este juego, porque en los testeos hemos visto cómo en la quinta ronda la situación puede cambiar por completo”, añade el creador de la obra.
Polémica en torno a “2045”
Ante la pregunta de si había recibido presiones durante el desarrollo del título, Chang esboza una sonrisa cargada de ironía. “Estoy acostumbrado a escuchar opiniones críticas, pero me sorprende que incluso la gente que apoya a Taiwán dice que no vemos un futuro brillante para la isla. Y en el lado prochino creen que hemos diseñado este juego para ver el mundo arder”, constata con resignación.
Esto también ha tenido efectos comerciales. Los responsables de Mizo Games están en Alemania estos días para participar en la Essen Spiel, una de las ferias de juegos de mesa más importantes del mundo, a donde solían acudir en compañía de otros estudios taiwaneses. Sin embargo, este año Chang y sus compañeros estarán solos en el evento: sus colaboradores le retiraron su apoyo tras conocer la existencia de “2045”.
“Somos conscientes de que, a la hora de participar en exhibiciones locales o en el extranjero, tendremos que hacerlo por nuestra cuenta”, dice el fundador de Mizo Games.
El creador no rehúye la polémica de fondo: la obra aborda sin complejos una cuestión de vital importancia para los más de 23 millones de taiwaneses que, día tras día, conviven con la posibilidad de ser invadidos por la segunda potencia económica del mundo. Una amenaza que, en opinión de Chang, no se está tomando en serio.
“En Taiwán, la mayoría de la gente está centrada en el béisbol, en la bolsa de valores o en viajar alrededor del mundo, pese a que en Europa y Norteamérica piensen que somos (un lugar) muy peligroso”, asevera el fundador de Mizo Games, subrayando su esperanza de que esa invasión nunca se llegue a concretar.
“Pero si realmente pasa, creo que la situación sería similar a la del juego, y las decisiones que tomemos en ese momento serán muy importantes. Hemos testeado este juego cientos de veces y cada una de ellas es como un multiverso, vemos finales muy diferentes”, sentencia Chang sobre una guerra que sería, por sí misma, el peor de los desenlaces.
Javier Castro Bugarín
(c) Agencia EFE