El debate en el Congreso sobre el trabajo infantil migrante está inmerso en la lucha por la inmigración

Un niño migrante, que trabaja el turno nocturno en una fábrica, mira su teléfono en un restaurante pequeño de comida rápida en el barrio de Little Village en Chicago, el 14 de abril de 2023. (Jamie Kelter Davis/The New York Times)
Un niño migrante, que trabaja el turno nocturno en una fábrica, mira su teléfono en un restaurante pequeño de comida rápida en el barrio de Little Village en Chicago, el 14 de abril de 2023. (Jamie Kelter Davis/The New York Times)

WASHINGTON — Semanas después de que las revelaciones de que en Estados Unidos se explota de manera habitual a niños inmigrantes para obtener mano de obra barata provocaran indignación bipartidista y llamados de acción en el Capitolio, el Congreso no ha abordado el asunto, que ha quedado empantanado en una larga guerra partidista sobre la política migratoria.

La legislación para combatir el trabajo infantil en las empresas no ha llegado a ninguna parte y en la actualidad cuenta con escaso apoyo republicano, mientras que los esfuerzos de los demócratas para aumentar el financiamiento a las agencias federales para que proporcionen más servicios de apoyo a los niños migrantes que cruzan la frontera no acompañados tienen grandes probabilidades en la Cámara de Representantes, donde el Partido Republicano ha prometido recortar de manera radical los presupuestos de las agencias.

Por el momento, las propuestas republicanas para endurecer la investigación de los adultos que patrocinan a los niños inmigrantes y acelerar el regreso de los menores no acompañados tienen pocas posibilidades de éxito en el Senado, liderado por los demócratas.

En cambio, mientras el Congreso se prepara para sumergirse en un enconado debate sobre la política migratoria en los próximos días, republicanos y demócratas se replegaron a sus esquinas opuestas y abandonaron cualquier esperanza inicial de abordar la cuestión del trabajo infantil de forma bipartidista.

Los republicanos señalaron las condiciones de explotación de las empresas que emplean a niños migrantes, documentadas en una investigación de The New York Times, para justificar un paquete de medidas migratorias de mano dura. En febrero, el Times informó que, a medida que el número de niños que cruzan la frontera sur se ha disparado hasta alcanzar niveles nunca antes vistos, muchos han aceptado trabajos peligrosos, como en fábricas, mataderos y obras de construcción, que infringen las leyes laborales vigentes desde hace mucho tiempo.

La legislación del Partido Republicano, que se votará en la Cámara esta semana, restablecería una serie de políticas estrictas impulsadas durante el gobierno de Trump, incluidas medidas para mantener a los niños migrantes en centros de detención y acelerar su deportación.

Carteles de ofertas de empleo fuera de un vivero, con descripciones en inglés y español, en Homestead, Florida, el 31 de agosto de 2022.  (Kirsten Luce/The New York Times)
Carteles de ofertas de empleo fuera de un vivero, con descripciones en inglés y español, en Homestead, Florida, el 31 de agosto de 2022. (Kirsten Luce/The New York Times)

Los demócratas, desesperados por evitar cualquier apariencia de ayudar a los republicanos en su lucha contra las políticas migratorias del presidente Joe Biden, calmaron sus críticas sobre el manejo de la situación por parte del gobierno y, en cambio, dirigieron su ira contra las empresas que emplean a niños migrantes.

El resultado es que el espacio político para llegar a un consenso en el Congreso sobre una solución política que ayude a proteger a estos niños de la explotación se está acortando.

Janet Murguía, presidenta de UnidosUS, una organización latina de defensa de los derechos civiles, dijo en una entrevista: “Es complicado, pero esto realmente tiene que ser sobre la protección de los niños y no sobre las políticas en general de la frontera”, y acusó a los republicanos de “jugar a la política” y a los demócratas de ser “tímidos” a la hora de abordar el problema. “Es evidente. Debería ser fácil encontrar apoyo bipartidista en esto”, agregó.

El gobierno de Biden ha tomado medidas para cambiar algunas de sus políticas y prácticas desde que el Times reveló el aumento del trabajo infantil migrante. El Departamento de Salud y Servicios Humanos, responsable de poner a los niños migrantes no acompañados al cuidado de adultos de confianza, ha designado un equipo para apoyar a los niños después de que salen de los refugios del gobierno, y ofrece servicios legales y de gestión de casos a más niños. El inspector general del departamento también está llevando a cabo una evaluación del sistema de investigación de antecedentes utilizado para colocar a los niños migrantes en hogares.

El Departamento del Trabajo puso en marcha varias iniciativas para mejorar el cumplimiento de la legislación sobre trabajo infantil y el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas declaró el mes pasado que su departamento iba a añadir una nueva misión para hacer frente a los delitos de explotación, incluida la atención a los niños migrantes que se han visto obligados a trabajar.

Sin embargo, hay pocos indicios de que se esté dando un impulso significativo a la promulgación de leyes que puedan poner fin a la explotación de los niños migrantes como trabajadores. En el primer arrebato de indignación de los legisladores, tanto republicanos como demócratas expresaron su enojo por el asunto y criticaron al gobierno de Biden. Destacados miembros de ambos partidos enviaron varias cartas a los secretarios del gabinete para exigirles que explicaran cómo es que los menores no acompañados acababan desempeñando trabajos peligrosos en agotadores turnos de fábrica. Los legisladores de base redactaron leyes bipartidistas para aumentar las multas a las empresas que violen las leyes sobre trabajo infantil.

Pero cuando el Congreso celebró sus primeras audiencias de supervisión sobre el tema el mes pasado, la cuestión había quedado relegada a un segundo plano en la lucha que se avecinaba en la Cámara de Representantes por un proyecto de ley de seguridad fronteriza y en una campaña republicana cada vez más intensa para destituir a Mayorkas por la situación de la frontera sur.

Incluso en una serie de audiencias organizadas específicamente para abordar la tendencia del trabajo infantil migrante, los republicanos han utilizado el tema para condenar las políticas generales de inmigración del gobierno de Biden.

“Esta es una crisis agravada por la agenda de fronteras abiertas del presidente Biden”, dijo el mes pasado la representante republicana de Washington y presidenta de la Comisión de Energía y Comercio, Cathy McMorris Rodgers, durante una audiencia de supervisión con el inspector general del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

En una audiencia de supervisión de la Comisión Judicial del Senado, el senador republicano Josh Hawley reprendió a Mayorkas por este asunto y sugirió que debería costarle el puesto.

“Usted ha facilitado en todo momento esta esclavitud moderna de los niños”, gritó Hawley. “¿Por qué no debería ser procesado por esto?”.

Al mismo tiempo, los demócratas han moderado sus críticas al gobierno de Biden por la crisis, aunque algunos de ellos han seguido declarando que la gestión del gobierno es inaceptable. Han reservado sus palabras más duras para los republicanos, cuyas políticas propuestas, argumentan, empeorarían una crisis humanitaria.

“Es difícil tomar en serio a un partido que se jacta de su preocupación por los niños explotados y, al mismo tiempo, despoja a los menores no acompañados de protecciones fundamentales”, dijo durante una audiencia reciente el representante de Nueva York Jerrold Nadler, principal demócrata de la Comisión Judicial.

c.2023 The New York Times Company