La “batalla de Madrid”: Díaz Ayuso arrasa y el PSOE se desploma
MADRID.- Fueron las elecciones regionales más importantes de la historia de la Comunidad Autónoma de Madrid. Nunca antes una contienda exclusiva de la capital había adquirido una dimensión tan nacional. La gran favorita, la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular (PP), obtuvo una clara ventaja, con más del 95% de los votos escrutados , y ganaría 65 de los 136 escaños del Parlamento regional, el doble de escaños que en los anteriores comicios, en 2019, y quedó en el umbral de los 69, la mayoría absoluta: le bastará con la abstención de Vox para gobernar.
La presidenta madrileña arrasó hasta el punto de lograr más escaños que los tres partidos de izquierda juntos, lo que le permitirá gobernar con comodidad y sin necesitar a Vox para cada ley. El bloque de la derecha se refuerza con claridad y saca 78 escaños (65 del PP y 13 de Vox) frente a los 58 de la izquierda (24 del PSOE, 24 de Más Madrid y 10 de Podemos). Hace solo dos años, la diferencia entre ambos bloques era de cuatro escaños. Ahora pasa a 20. Madrid gira así claramente aún más a la derecha, pero gracias al espectacular aumento del PP, porque Vox se queda con un resultado muy similar al de hace dos años.
“Hoy empieza un nuevo capítulo en la historia de España”, proclamó una emocionada Díaz Ayuso desde el balcón de la sede del PP, ante cientos de seguidores. ”Hoy desde Madrid, desde el kilómetro 0, vamos a recuperar el orgullo [...] la convivencia, la unidad y la libertad que necesita España”, añadió la dirigente madrileña, y afirmó que tras esta victoria para los conservadores el gobierno de izquierda de Pedro Sánchez “tiene los días contados”.
A causa de esta resonancia nacional, la campaña había sido de las más ásperas que se recuerdan, con descalificaciones, algún altercado en la calle, debates con los candidatos que la bronca no permite terminar, e incluso amenazas de muerte anónimas. Por esta polarización extrema, y a pesar de tener lugar todavía en plena pandemia, los expertos esperan una importante movilización electoral, que podría superar la tasa de participación del 64% de las últimas elecciones. A primera hora de la mañana, se formaron colas en numerosos colegios electorales.
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Este hecho contrastaría con la mayor abstención registrada en todas las contiendas desde la llegada de la Covid-19. Por ejemplo, en las elecciones catalanas de febrero, la participación cayó casi 20 puntos. Una novedad destacable es que por primera vez la convocatoria con las urnas cae en un día laborable en lugar de un domingo. “No está claro cómo va afectar, pero creo que podría beneficiar a la derecha”, sostiene el sociólogo Juan José Domínguez. Los trabajadores tienen derecho a cuatro horas de permiso para poder votar.
Según los datos oficiales, a las 13 la participación era del 28%, dos puntos más que en 2019. Los expertos sostienen que un factor clave en estas elecciones será la movilización de las ciudades satélite del sur de Madrid, conocido como el “cinturón rojo”, como Parla. Esta ciudad, de casi 130.000 habitantes, es una gran feudo del PSOE, que ha ostentado la alcaldía desde 1980 con la única excepción de 4 años. En el colegio de Pinar de los Ríos, un 32% de los parleños ya había acudido a las urnas, casi un 6% más que en la última contienda.
“Soy de izquierdas, y lo que más me preocupa es el empleo y la salud. He votado por el PSOE, porque su candidato es un hombre tranquilo que no entra en polémicas”, comenta Rai, una joven madre de origen dominicano. Ahora bien, por celebrarse en pandemia, estas no son unas elecciones convencionales, y podrían darse trasvases de votos de lo habitual. “Yo he votado normalmente al PSOE, pero esta vez votaré a Ayuso. Con su decisión de permitir la apertura de la hostelería cuando en el resto de España estaba cerrado, ha salvado muchos empleos”, asegura Joaquín Rodríguez, camarero de un bar del centro.
Adversario
El principal adversario de Díaz Ayuso es Ángel Gabilondo, el candidato del Partido Socialista, aunque la presidenta lo ha ignorado para confrontar directamente al presidente Pedro Sánchez. Gabilondo ganó las últimas elecciones ante una entonces desconocida Díaz Ayuso, pero la impresión generalizada es que su candidatura se ha deshinchado, e incluso podría haber un progreso de Más Madrid, una escisión socialdemócrata de Podemos. Estos últimos han apostado fuerte situando de cabeza de lista a Pablo Iglesias, que abandonó la vicepresidencia del Gobierno para concurrir en Madrid.
En el flanco de la derecha, Ciudadanos, que ha sido un incómodo socio de gobierno para Díaz Ayuso estos dos años, podría quedarse fuera del Parlamento. La absorción de sus votantes, desencantados por su errática política de pactos, pudo ser una de las razones que llevaron a la presidenta a la convocatoria de elecciones anticipadas. Sin Ciudadanos, la ultraderecha de VOX podría ser el único socio disponible para que el PP pudiera conformar una mayoría, algo que no ve con buenos ojos el ala moderada del partido, con el presiente gallego, Núñez Feijoo a la cabeza.
Las encuestas apuntan a una victoria de la derecha, pero el margen no es holgado, sobre todo si Ciudadanos no supera el umbral del 5% y no obtiene ningún escaño. Por lo tanto, los expertos no descartan una sorpresa, sobre todo si hubiera una fuerte movilización de los barrios del cinturón obrero de la capital, emplazado en el sur. Las urnas cerraran a las 20 (15 en la Argentina), y se espera que unas tres horas después el recuento se halle ya en una fase avanzada.
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Uno de los principales tema de la campaña ha sido el debate en torno a la política laxa de lucha contra la epidemia de Covid-19 aplicada por Díaz Ayuso, y que ha disparado la tensión con el gobierno central. Mientras en buena parte de la península los bares y restaurantes estaban cerrados, en Madrid podían abrir hasta las 23. Otro tema central ha sido la política fiscal. La inefable presidenta ha prometido una baja generalizada de impuestos, mientras que el PSOE proponía no tocarlos, y la izquierda defendía subirlos.
El resultado final de la “batalla de Madrid” podría marcar el devenir de la política española durante los próximos años, al menos por lo que respecta a la estrategia de la derecha. En todo caso, la contienda capitalina servirá para tomar el pulso a una sociedad que ha vivido los estragos de una durísima pandemia y se asoma con una mezcla de esperanza y miedo al retorno a una cierta normalidad que podría incluir una crisis social de dimensiones considerables.