‘El día que pise la luna desempeñaré al cien por ciento mi vocación’


Estudiar la composición, estructura y evolución de los astros es parte del trabajo que la astrofísica francesa Fatoumata Kébé realiza con el sueño de algún día llegar a la luna y mirar la tierra desde ahí para cumplir uno de sus sueños: ser astronauta.

Con esta meta de por medio, Kébé se dio a la tarea de escribir un libro dedicado a la luna, el único satélite natural de la tierra que gira alrededor de ella.

El libro de la luna (editorial Blackie Books) es una oda al inseparable satélite de la tierra al que Fatoumata Kébé le dedica siete capítulos. Entre estos, su nacimiento, descubrimiento y composición con bases científicas, pasajes mitológicos y misiones espaciales como Apolo XI y el viaje de Laika, la primera perra rusa que llegó al espacio.

El libro de la luna es también un registro de los efectos que produce este satélite sobre los océanos de la tierra como las mareas; el cenit y el nadir o los maravillosos eclipses que gran parte de la humanidad ha logrado apreciar.

Para Fatoumata Kébé, la luna no es solo un objeto de estudios científicos a pesar de ser un astro que ha sido estudiado con diversas perspectivas.

“Para mí, la luna no es solo un objeto de estudio científico, es más que eso. Ha jugado un papel importante en la vida diaria de la gente de todo el mundo. Y para mí habría sido un desperdicio no hablar de la parte mitológica de la luna”.

Incluso, “traer tantos aspectos como fuera posible sobre la luna: científico-técnico y también mitologías”, cuenta en entrevista con Newsweek en Español tras su primera visita a México y América Latina.

NACE UN LIBRO DE LA LUNA

Cuenta Fatoumata Kébé, quien además es astrónoma y educadora francesa con especialidad en la contaminación del espacio, que la realización de este libro nació de una serie de palabras clave relacionadas a este astro.

Entre las palabras que detectó previo a escribir este libro fueron: eclipse, luna de sangre y países que tienen una visión especial de la luna como Estados Unidos y Rusia.

Con el tiempo, su lista reunió 200 palabras clave que desarrolló desde el ámbito científico, técnico, mitológico y el cine, como el apartado que dedica a la hipótesis de Stanley Kubrick.

Si bien la autora señala haber disfrutado cada capítulo de su libro, menciona que nunca imaginó que la invitaran a México para hablar de su obra con traducción al idioma español.

“Es simplemente increíble. A los jóvenes les digo que lo intenten. Hay que intentarlo porque no se sabe lo que hay detrás y yo lo he intentado. Hoy, de hecho, estoy aquí”, cuenta entusiasmada.

Fatoumata Kébé descubrió la astronomía a los ocho años, cuando encontró en casa la enciclopedia astronómica de su padre. Con el paso de los años también se convirtió en divulgadora de la ciencia para barrios desfavorecidos en África y Francia.

Con énfasis en las infancias y juventudes, creó la fundación Éphemérides, un espacio en el que organiza talleres de divulgación de la astronomía entre jóvenes sin recursos para acercarlos e interesarlos en la ciencia. En África realiza estas mismas actividades en colegios e institutos.

Fatoumata Kébé
La luna merece que alguien cuente su historia, pues lleva milenios inspirando novelas, poemas, canciones. Eso argumenta la autora. (Imagen: especial)

VISIBILIZAR EL TRABAJO DE LAS MUJERES EN LA CIENCIA

Si bien el quehacer científico, al igual que otros sectores, se creyó por décadas único para los hombres, más mujeres que también trabajan en la ciencia se han dedicado a visibilizar su trabajo y señalar algunas injusticias laborales o académicas.

Explica Kébé que de las mujeres que ya están en la ciencia, muchas de ellas con doctorado, pocas llegan a tener oportunidades reales para desempeñar su carrera o especialidades. Incluso, pocas llegan a tener puestos de investigadoras en ciencias.

Otro de los detalles que llega a afectar el quehacer de las mujeres dedicadas a la ciencia es ser juzgadas al igual que los hombres, dejando de lado que también son madres o se ocupan de las actividades del hogar.

“Hay especificidades que no se toman en cuenta y que deberían ser tomadas, por ejemplo, la maternidad y el hecho de que, a veces, van a tener huecos en el CV y es por maternidad”, señala.

“Dan más chance a un hombre tener financiamiento para una misión o para puestos que a una mujer. La realidad es saber cómo tomar en cuenta esas problemáticas específicas de las mujeres para que puedan quedarse en la ciencia y tener los mismos chances que los hombres”, añade la autora.

CIENCIA AL ALCANCE DE TODAS

Incluso, desde la sociedad impulsar que la gente sepa que la ciencia está al alcance de todas y todos para romper con la premisa de que “la ciencia es algo de hombres”. Derribar esa idea permitirá que desde la familia acerquen a niñas y niños —por igual— a las ciencias.

En este sentido, la astrofísica enfoca su labor como divulgadora en las infancias y juventudes para romper con esos estereotipos.

“Tenemos un pequeño programa para chicas, pero, sobre todo, tenemos un programa para chicos y chicas que están en la misma situación que viven en barrios de clase trabajadora, donde la educación no es la misma que en un barrio agradable y donde veremos menos oportunidades, en términos de orientación profesional y actividades científicas”.

“Para las chicas, en general, son pequeños talleres de intercambio con mujeres científicas para que sea normal ver a más mujeres científicas”, añade.

—¿Cómo imaginas que será el día en que pises la luna?

—De hecho, cuando veo la luna en el cielo, me digo que refleja la luz del sol. En ese momento me digo a mí misma: ‘El día en que estaré en la luna, allí realmente llevaré a cabo al 100 por ciento mi vocación, la de ser una astrofísica y la de ser una astronauta. N

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