La importancia y el origen del año bisiesto y el 29 de febrero

Sabemos que un año tiene 365 días, pero no siempre es así. El 2024 es año bisiesto y eso significa que hay un 29 de febrero. ¿Por qué pasa esto? ¿Cuál es el origen del año bisiesto? Te explicamos un poco más de este fenómeno.

Para eso necesitamos hablar de la invención del calendario gregoriano, que es el que todavía nos rige en la actualidad.

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La Tierra NO tarda 365 días exactos en rodear al Sol

La Tierra tarda 365.2422 días en dar una vuelta al Sol. Ese excedente de decimales es lo que obliga a realizar ajustes en el calendario cada cierto tiempo.

En realidad tarda 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos  y a esto se le conoce como Año Trópico. Pero si dejáramos que esas horas se acumularan año con año, sin hacer ninguna corrección, se haría un desfase en el calendario.

Como lo explica el Instituto de Geografía de la UNAM: si consideramos las 0 horas del 1 de enero del 2024 como inicio de año y nos guiáramos por el Año Trópico, “para 2029 el inicio del año tendría lugar el 2 de enero a las 4 horas” y en cinco décadas el año empezaría a mediados de octubre.

Para lograr sincronizar el año trópico con el año cronológico, alrededor de cada 4 años “se añade” un día, y entonces tenemos 366 días en vez de 365.

Eso es un año bisiesto y ese día extra se manifiesta con el 29 de febrero, pues es el mes más corto del año.

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El origen del año bisiesto: de Julio César al papa Gregorio

La intención de arreglar este desfase se remonta a miles de años atrás. En la antigua Roma, Julio César se vio obligado a añadirle 90 días a un calendario que corría muy desfasado. Así el 46 A.C se conoció como el “año de confusión”, pues tuvo un total de 445 días.

A ese lo siguió un año de 365.25 días que añadía un año bisiesto cada cuatro años. Pero eso no fue suficiente y los desfaces continuaron.

Para el año 1582 el papa Gregorio XIII ordenó eliminar 10 días a fin de ajustar fechas y ajustar las normas del año bisiesto en su calendario gregoriano, actualmente vigente.

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No necesariamente hay un año bisiesto cada cuatro años

En la escuela nos enseñan que hay un año bisiesto cada cuatro años, pero la realidad es que NO siempre es así.

Y es que si solo lo hiciéramos cada cuatro años, ocurriría un desfase nuevamente en varios cientos de años. Para evitar eso, el calendario gregoriano dice que los años divisibles entre cuatro serán bisiestos (2024/4= 506.0).

Sin embargo, hay otra regla para los años centenarios (como el 1900 o el 2000), pues estos serán bisiestos si son divisibles entre 400.

Así, el 2000 (2000/400= 50.0) fue bisiesto, mientras que el 2100 (2100/400= 5.25) será un año “normal” con 365 días.