El 'Walkie Talkie': la curiosa forma del llamado 'edificio más feo' de Londres

El 20 Fenchurch Street ha sido un edificio apaleado por críticos que no perdonaron algunos errores de nacimiento y tampoco su "fealdad"

El Walkie Talkie se levantó como un gigante en medio del circuito financiero de Londres (Foto:Getty)
El Walkie Talkie se levantó como un gigante en medio del circuito financiero de Londres (Foto:Getty)

La Torre Fenchurch 20 es un referente del circuito financiero de Londres y desde que se terminó de construir hace casi una década, ha sido objeto de críticas y causa de disgustos a los que tuvo que hacer frente su creador, el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, fallecido en marzo pasado dejando un extenso, y a veces polémico, legado.

La edificación 20 Fenchurch Street recibe el apodo de Walkie Talkie por su parecido con el aparato de comunicación, aunque también ha sido llamada la “lupa” por el efecto reflector de la luz de sus ventanales que ha resultado ser más que una molesta consecuencia del diseño del rascacielos.

Muchos también han criticado el edificio por considerar que es una estructura armatoste que rompe la armonía del paisaje y que, en resumen, es fea.

Sin embargo, los beneficios de su diseño interior son aprovechados por los que trabajan y visitan la torre a diario que flotan en un espacio luminoso y cálido, con muchas comodidades y buenas vistas.

En cualquier caso, la torre es ya parte importante del paisaje londinense y su bello jardín ubicado en el último piso, el Sky Garden, es una parada obligada para cualquier turista que visite la capital británica y quiera capturar las mejores vistas de la ciudad.

Viñoly: Entre luces y rayos

Rafael Viñoly nació en Uruguay el 1 de junio de 1944, estudió Arquitectura en Argentina y después se fue a vivir a Estados Unidos donde se estableció y creció como profesional.

En 1983 estableció la firma Rafael Viñoly Architects en Nueva York y su trabajo cuenta con más de 600 estructuras repartidas en varias partes del mundo incluyendo Japón, Países Bajos, Emiratos Árabes y su Uruguay natal.

Viñoly dejó un legado de cientos de obras maravillosas que están esparcidas por buena parte del mundo (Foto:Getty)
Viñoly dejó un legado de cientos de obras maravillosas que están esparcidas por buena parte del mundo (Foto:Getty)

Viñoly tenía afinidad por creaciones que alojaran instituciones con usos prácticos pero complejos como hospitales, laboratorios o centros de investigación científica.

A lo largo de su carrera recibió varios galardones entre los que se cuentan la Medalla de Honor del American Institute of Architects de Nueva York, el doctorado honorario de la Universidad de Maryland y también fue premiado con la Medalla de Oro de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos al recibir el título de “Arquitecto de las Américas” en 2016.

En un perfil sobre Viñoly, la revista AD dice que el arquitecto evitaba ceñirse a un estilo de diseño concreto y que sus proyectos respondían a necesidades específicas de la obra, a los propósitos de la estructura.

AD recoge la cita de Viñoly: “La arquitectura no es simplemente un esfuerzo artístico, ni un mero reto técnico u organizativo; es una práctica social con un impacto considerable en el entorno colectivo, mucho más allá de los efectos de su visión inicial".

Y esa filosofía se observa con nitidez en algunas de sus obras como el Centro de Atención e Investigación del hospital de la Universidad de Chicago o el puente sobre la Laguna Garzón de Uruguay en las que el arquitecto encontró el maridaje perfecto entre utilidad práctica y sensibilidad hacia los potenciales usuarios.

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Así que, más allá de los rayos que se le atribuyen, la luz del arquitecto prevalece en muchas buenas obras.

Viñoly murió el 2 de marzo pasado de un aneurisma en la ciudad de Nueva York a los 78 años de edad pero su firma se mantiene viva en su estudio de Estados Unidos.

Más arriba que abajo

El Sky Garden de la terraza del Walkie Talkie es una visita obligada para los turistas de Londres (Foto:Getty)
El Sky Garden de la terraza del Walkie Talkie es una visita obligada para los turistas de Londres (Foto:Getty)

El inmenso Walkie Talkie está ubicado en la orilla norte del Támesis, es vecino del Swiss Re de Norman Foster y el edificio LLoyd’s de Richard Rogers, y estos tres gigantes posan para las fotos como la típica imagen del distrito financiero de Londres.

El edificio de Viñoly tardó una década en construirse y se estrenó en 2014. Esto quiere decir que aunque es un gigante, es el más joven del grupo.

La parte de abajo de la torre es más pequeña y a medida que se van subiendo sus 37 pisos se va expandiendo. Las energías se invierten de tal forma que el jardín se puede encontrar en sus techos, a 160 metros de altura.

Con una inversión que sobrepasó las 200 millones de libras (unos 240 millones de dólares) la obra de Viñoly consiste en un vestíbulo de doble altura y después se alzan 32 pisos de oficinas que se distribuyen rodeando un núcleo conformado por escaleras y ascensores.

El 20 Fenchurch Street de Londres desde un dron. (Foto: Manuel Romano/NurPhoto via Getty Images)
El 20 Fenchurch Street de Londres desde un dron. (Foto: Manuel Romano/NurPhoto via Getty Images)

La idea del diseño es que los trabajadores de esas oficinas puedan disfrutar de las buenas vistas del exterior y que la iluminación natural se aproveche al máximo.

El gran jardín de la terraza de tres pisos es un capítulo aparte y se podría considerar el tesoro del Walkie Talkie con la buena noticia de que se puede visitar sin costo alguno, aunque hay que reservar porque el aforo es limitado.

El Sky Garden fue diseñado por el afamado estudio de arquitectura paisajista Gillespies y cuenta con una variedad de especies de plantas mediterráneas y sudafricanas resistentes a la sequía.

Entre las especies con flores se cuentan el lirio africano, el lirio antorcha y el ave del paraíso, además de la lavanda francesa, entre otras hierbas aromáticas.

El jardín se puede disfrutar, además, desde alguno de los restaurantes que están dispuestos en el área y mientras se observan las alucinantes vistas de 360 grados de toda la ciudad.

Sin embargo, el maravilloso jardín no pudo evitar que el Walkie Talkie recibiera el premio al edificio más feo del año 2015.

Un premio purulento

El premio Carbuncle Cup nació gracias a las críticas del entonces príncipe Carlos a las edificaciones modernas en Londres (Foto:Getty)
El premio Carbuncle Cup nació gracias a las críticas del entonces príncipe Carlos a las edificaciones modernas en Londres (Foto:Getty)

El rey Carlos III de Inglaterra ha sido un crítico de la arquitectura moderna desde que era el joven príncipe de Gales y gracias a su crítica al entonces proyecto de ampliación de la Galería Nacional de Londres en Trafalgar Square que culminó en 1991, nació la Carbuncle Cup, lo que se podría traducir como el premio al Forúnculo o Absceso.

La obra de ampliación de Robert Venturi, Denise Scott Brown y Barry Edward fue calificada por el príncipe de Gales como “un absceso monstruoso en el rostro de un amigo muy querido y elegante” y en este mismo discurso que fue bautizado como “carbuncle speech”, o “discurso del absceso”, el hoy monarca se preguntó por qué en la arquitectura moderna “todo tiene que ser vertical, plano e inflexible, o ángulos rectos”.

La revista de arquitectura Building Design aprovechó el purulento speech para crear el Carbuncle Cup que es entregado cada año, desde 2006, a los edificios más feos del Reino Unido y en 2015 el ganador fue el Walkie Talkie de Viñoly.

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Las críticas sobre el rascacielos surgieron en 2013, un año antes de que el edificio se hubiera terminado de construir, pero que ya se mostraba en todo su esplendor causando daños con el reflejo de sus ventanas.

El problema surgió cuando los cristales sin protección solar y la forma cóncava de la fachada norte canalizaron la luz del sol convirtiéndola en un rayo potente que lograba alcanzar altas temperaturas por un par de horas al día.

Ese “rayo de la muerte”, como se le llegó a llamar, afectaba las vitrinas de los comercios cercanos, levantaba la pintura de los vehículos estacionados bajo el reflejo e incluso derretía algunas de sus partes.

Un Jaguar XJ que estaba estacionado cerca de la torre en construcción recibió los rayos durante las dos horas más calientes y sufrió daños en uno de sus espejos retrovisores y en la insignia, daños que fueron reparados por la constructora del edificio por un costo de casi de 1.500 dólares.

Fue un incidente que se elevó a escándalo después de que un grupo de periodistas de Sky News hiciera el experimento de freír un huevo en una sartén que fue ubicada en el lugar en el que pegaba el rayo.

Las cámaras capturaron el momento en el que el huevo se freía, se metía en un sandwich y era devorado ante los espectadores.

El arquitecto salió al paso a las críticas y aseguró que nunca imaginó que los reflejos del sol sobre su obra iban a ser tan calientes. Él y su equipo calcularon que las temperaturas no superarían los 36 grados pero llegaron a los 72 grados celsius.

También achacó a la burocracia la existencia de consultores que le asesoraron mal en cuanto al clima y su efecto sobre la estructura.

The Guardian cita las declaraciones que Viñoly ofreció en 2013 en Londres en las que aseguró que el diseño original del edificio había presentado persianas horizontales en su fachada orientada al sur, pero que probablemente fueron eliminadas durante la reducción de costos a medida que se desarrollaba el proyecto.

“Cometimos muchos errores con este edificio”, admitió Viñoly entonces y aseguró: “nos encargaremos de eso”.

Entonces se instaló una especie de escudo formado por lamas horizontales de aluminio que controlaba la incidencia de los rayos del sol y no afectaron la estética de la torre.

Pero el Walkie Talkie no fue la única obra de Viñoly con un rayo chamuscador. Su Hotel Vdara en Las Vegas también reportó el mismo problema.

El diseño curvo del hotel también refleja un rayo cuando le pega el sol a determinadas horas y va a dar al área de la piscina donde se escenificaron varias quemaduras sobre la piel de los usuarios y algunas de sus pertenencias.

En este hotel han dispuesto sombrillas para intentar aliviar el efecto del sol sobre las ventanas y, en consecuencia, sobre los huéspedes.

Fuentes: The Guardian, Building Design, El País Uruguay, Sky News, Revista Architectural Digest

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