Se cumple un año más de la creación como estado de BC
CIUDAD DE MÉXICO, enero 15 (EL UNIVERSAL).- Este domingo se conmemora un año más de la fundación del estado de Baja California. Su fundación fue el 16 de enero de 1952, cuando se publicaron reformas a los artículos constitucionales 43 y 45 en el Diario Oficial de la Federación.
Si bien es uno de los estados más jóvenes de la República Mexicana, la historia del proceso a través del cual se transformó en estado es altamente significativa por lo que revela de la formación de la región fronteriza norteña y de la nación en general durante el periodo de
consolidación posrevolucionaria, señala el investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte, Lawrence Douglas Taylor Hansen, en su artículo "La transformación de Baja California en estado, 1931-1952".
Baja California está ubicado en el extremo noroeste de la República Mexicana, limitado al norte con California (Estados Unidos de América), al este con Sonora y el mar de Cortés, al sur con Baja California Sur, y al oeste con el océano Pacífico. Está conformado por
Ensenada, Mexicali, Tecate, Tijuana, Playas de Rosarito, San Quintín y San Felipe.
El proceso por medio del cual la parte septentrional de la península de Baja California se convirtió en estado fue bastante complejo, al ser sujeto a fuerzas internas y externas que tenían sus raíces en los acontecimientos del siglo pasado.
A lo largo del siglo XIX y de las primeras décadas del siglo XX, la región bajacaliforniana permanecía despoblada y aislada del resto de México, señala Taylor Hansen.
Un elemento interesante en este proceso de convertir a Baja California en Estado fue que las propuestas procedieron de diversos sectores de la ciudadanía que se organizaron, agrupando a los miembros más destacados de sus comunidades en diversas asociaciones.
Podemos mencionar al Comité Pro Estado Libre de Baja California, al Partido Acción Cívica, al Partido Pro Estado Libre y al Consejo Territorial del Comité Pro Estado.
Su organización política de Baja California fue evolucionando a la medida de sus necesidades. El 14 de diciembre de 1887 se expidió un decreto que dividió al territorio en Distrito norte y Distrito sur, con la misma extensión territorial de los partidos, siendo gobernados cada uno por un jefe político.
De acuerdo con Lawrence Douglas Taylor, la elevación del Distrito Norte de Baja California a la categoría de territorio, constituyó un retraso de varias décadas. Como ya se indicó, a partir de 1888 la península se había quedado dividida en dos subregiones distintas
que, debido a alguna anomalía, habían sido denominadas como "distritos".
En 1920, el presidente Adolfo de la Huerta envió al congreso un proyecto de reformas a la Constitución nacional, con la recomendación de que se asignará la categoría de territorios a estos distritos. Aunque se aprobó el cambio, el asunto se quedó archivado y nunca
adquirió la forma de disposición legal.
Sería hasta 1917 que los primeros movimientos dirigidos hacia la conversión de Baja California en estado comenzaron a surgir formalmente y continuaron a lo largo de las siguientes dos décadas, hasta ver realizada su meta a principios de los cincuenta.
Para 1929, Álvaro Obregón elimina los municipios mediante la Ley Orgánica del Distrito y Territorios Federales, pasando a ser Delegaciones. En ese año se forma el primer comité Pro-Estado de Baja California, presidido por el Gral. Miguel Santacruz, e integrado por Ricardo Romandía, Alfonso Cota, Luis Vargas Piñera; Luis Amador, H. Sotelo y F. Márquez, quienes posteriormente (1933) se unieron con gente como Alberto Amador, Genaro Castro Gessenius, Santiago Ortega y Josefina Rendón para formar, con el mismo propósito, el partido Acción Cívica.
En diciembre de 1930, el presidente Pascual Ortiz Rubio decretó la creación del Territorio Norte de la Baja California, del Territorio Sur de la Baja California y del Territorio de Quintana Roo. La primera de las entidades quedaba dividida en tres delegaciones: las de Mexicali, Tijuana y Ensenada, que tenían sus cabeceras ubicadas en los pueblos del mismo nombre.
En forma previa al inicio de su régimen en diciembre de 1934, el presidente Lázaro Cárdenas había ideado una serie de proyectos para el desarrollo y la incorporación de los territorios federales a la nación. Estos proyectos, que llegaron a ser conocidos colectivamente como el Plan Pro-Territorios Federales, consistían en medidas para impulsar la economía, la organización política y la vinculación de estas regiones con el resto del país. Otro objetivo importante de dicho plan consistió en fortalecer el sentimiento nacional en aquellas regiones lejanas del país. En un discurso sobre la reconstrucción integral de los territorios Norte y Sur de Baja California y el de Quintana Roo, que pronunció el 28 de septiembre de 1936, indica el investigador Taylor Hansen.
El gran reto del programa cardenista referente al mejoramiento de las comunicaciones en el noroeste, consistió en ligar a Baja California con el sistema ferroviario del resto del país.
Cárdenas tenía conocimiento de primera mano de las dificultades en llevar a cabo tal empresa, que se anunció oficialmente en mayo de 1936, ya que había atravesado el desierto de Altar en una ocasión.
El programa cardenista para la construcción de caminos en la región pudo aprovecharse de los trabajos iniciados durante el régimen de Cantú, y que habían sido continuados por varios de sus sucesores, en particular por los gobernadores Rodríguez y José Inocente Lugo. Bajo el régimen cardenista, el camino entre Tijuana y Ensenada fue extendido hacia el sur hasta el puerto de San Quintín, a unos 100 km al sur de Ensenada, llegando a constituir el primer tramo en la carretera transpeninsular que eventualmente se extendería por toda la península. Hacia el este, se amplió el antiguo Camino Nacional hasta San Luis Río Colorado. Para mayo de 1940, se había prolongado este camino hasta Santa Ana, Sonora, como parte de la proyectada Carretera Federal Número 2 a México.
"El eslabón más importante en el proceso de la integración de Baja California con el resto de México durante la década de 1940, fue el de la segunda guerra mundial, por un lado, se estrecharon todavía más los lazos entre la región y el resto de la República, y por otro, se
dio un enorme estímulo al crecimiento de la zona. El auge en el desarrollo de la región se debió a las demandas impuestas por la guerra en términos de alimentos y otros materiales, junto con la mano de obra mexicana para las industrias bélica y agrícola de Estados
Unidos", indica Taylor Hansen.
El auge en la economía, a su vez, empujó la reanudación del movimiento pro estado. De hecho, dicho movimiento había seguido en pie a lo largo de los años de guerra, como había sido ilustrado por la propuesta que un tal Juan M. Carrasco Cuéllar presentó al Congreso de
la Unión, en septiembre de 1943, para que el Territorio Norte de Baja California fuera convertido en estado. Carrasco Cuéllar argumentaba que la población combinada de los Territorios Norte y Sur era más que suficiente para cumplir con la cifra estipulada por
la Constitución. También señalaba que el territorio Norte ya contaba con casi ese número de habitantes.
El creciente desarrollo en general de las actividades agrícolas, industriales y comerciales de la región, indicó que ya contaba con el segundo requisito constitucional: el de tener ingresos propios para cubrir los gastos implícitos en la organización y el funcionamiento
del aparato estatal.
De acuerdo con la página del gobierno de Baja California, durante la campaña presidencial de 1945-1946, Miguel Alemán había prometido que, al llegar al poder, convertiría el territorio en estado federal. Cumplió con esta promesa hacia finales de su administración cuando, a mediados de noviembre de 1951, envió al Congreso de la Unión la iniciativa de ley para la conversión del territorio en estado, que fue aprobada por la legislatura nacional y estatal en enero del año siguiente.
El 16 de enero de 1952 se publica el decreto expedido por Miguel Alemán y aprobado por el Congreso el 31 de diciembre del año anterior, el cual reforma los artículos 43 y 45 constitucionales, mediante los cuales el Territorio Norte de la Baja California se integra a la
Federación como Estado con la misma extensión territorial y límites correspondientes.
Para el 29 de marzo de 1953 se realizaron las primeras elecciones en el Estado. Los partidos contendientes fueron el PRI, el PAN, el FPP (Federación de Partidos del Pueblo) y la UNS (Unión Nacional sinarquista). Los tres últimos presentaron candidatos comunes. Los ganadores de esta elección fueron los siete candidatos del PRI.
16 de agosto de 1953 se promulgaría la Constitución Política del Estado de Baja California.
Para octubre del mismo año, se realizaron las elecciones de Gobernador y la primera Legislatura en el Estado y fueron las primeras elecciones en México en que votaron las mujeres.
Los candidatos a gobernador participantes fueron Dr. Francisco Cañedo Lizárraga por el PAN, Braulio Maldonado por el PRI y Maurilio Vargas por el FPP; resultando ganadores, tanto en la gubernatura como en las diputaciones, los candidatos del PRI. Cabe señalar que por la reforma constitucional de 1953, la Licenciada Aurora Jiménez de Palacios, es la primera mujer por Baja California al Congreso de la Unión.
El 1 de diciembre tomaría posesión como gobernador del Estado el Lic. Braulio Maldonado.