La cueva turca de Ballica cautiva a los visitantes con sus estalactitas y estalagmitas

Famosa por sus estalactitas, raras formaciones geológicas y diferentes terapias para tratar de combatir el asma, la cueva de Ballıca, en la provincia turca de Tokat, en el norte de Anatolia, atrae a miles de visitantes cada año.

Incluida en la denominada Lista Indicativa del Patrimonio Mundial de la UNESCO, la cueva atrajo a 90.000 turistas en 2024. Según la UNESCO, este espacio natural se formó en un periodo estimado de 3,4 millones de años.

El interior de la cueva está formado por piedras calizas de cristal kárstico, y sus estalactitas y estalagmitas se formaron a lo largo de millones de años. Es una de las cuevas más grandes y magníficas de Turquía, y conserva intacto cierto misterio, con secciones que aún no se han abierto a los visitantes, así como partes que aún están por descubrir.

La cueva de Ballıca mantiene una temperatura media de 18 grados centígrados y un nivel de humedad del 54%. Esto, así como sus altos niveles de oxígeno, la hacen especialmente atractiva para los enfermos de asma y EPOC, ya que les ayuda a respirar con más facilidad.

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Los estudios sobre la cueva comenzaron en los años 80, seguidos de exámenes sistemáticos y científicos en la década siguiente. Hoy día, muchos pozos, bóvedas y fosas de la cueva siguen siendo objeto de estudio.

Para saber más sobre este tema, vea el vídeo colocado en la parte superior del artículo.