Cuba no levanta cabeza en el Clásico Mundial al caer ante Italia. Peloteros de Grandes Ligas siguen sin impactar

Esta debió ser una incursión histórica para Cuba en el Clásico Mundial. Hasta el momento, sin embargo, viene siendo una pesadilla que pudiera terminar muy pronto si no ocurre una reacción inmediata, porque todo apunta a que el recorrido en Taichung será bien breve.

La selección de la mayor de las Antillas cayó el jueves en la mañana 6-3 ante una Italia que, sin grandes nombres ni estridencias, movió muy bien sus fichas y anotó cuatro carreras en la décima entrada para conquistar su primera victoria bajo el mando del Salón de la Fama Mike Piazza.

Con el choque empatado a dos carreras, Italia utilizó la regla del corredor en segunda para irse arriba y luego para explotar en la cara de los cubanos con una ofensiva certera y oportuna, dos adjetivos que no aplican para nada en un ataque que se suponía mejorado con la llegada de peloteros probados en el mayor nivel del béisbol.

Cuando Cuba parecía encaminarse a una segunda derrota, el bate de Erisbel Arruebarrena apareció con un sencillo que remolcó a Alfredo Despaigne con la carrera del empate en la octava entrada que en ese momento levantó los ánimos y borró algo de preocupación.

La selección antillana no había podido producir nada hasta la séptima entrada, cuando Lorenzo Quintana, quien en la temporada pasada formó parte de la organización de los Miami Marlins, pegó un sencillo al jardín central que remolcó a Arruebarrena.

Esa fue la primera anotación frente a una Italia que había pisado la goma en par de ocasiones: en la sexta entrada con un elevado de sacrificio de Brett Charles Sullivan y en la séptima con un doble remolcador de Miles James Mastrobuoni que complicaba enormemente a los cubanos.

Una vez más el pitcheo estuvo más dominante que la ofensiva para ambos conjunos, pues Italia contó desde el inicio con el experimentado Matt Harvey, un hombre que algún momento estaba entre los cinco mejores lanzadores de Grandes Ligas, mientras que Cuba dependía de los envíos de Roenis Elías.

Después de un tremendo invierno en la República Dominicana, Elías trabajó de manera soberbia en esta apertura del Clásico al caminar sin muchos problemas a lo largo de cinco entradas con apenas dos hits permitidos, tres ponches y un pasaporte.

Pero como sucediera en el choque inaugural de la isla, cuando Yariel Rodríguez también trabajó de manera eficiente, los relevistas del mánager Armando Johnson no pudieron contener el ataque contrario, como bien lo demostró el caso de Onelki García y sus cuatro carreras permitidas en la décima entrada.

Si a eso se le suma el silencio de los principales bateadores antillanos, pues el cuadro oscuro en que se mueve Cuba dentro de su grupo en Taichung se comprende mejor

y los bates cubanos quedaron por debajo de lo esperado.

Si el miércoles Johnson dijo no estar alarmado por la poca producción de sus refuerzos de Grandes Ligas, después de esta segunda derrota la alarma no puede ser mayor, cuando restan apenas dos partidos en esta ronda inicial y todavía no llega un triunfo.

Tanto Yoan Moncada, como Luis Robert Moirán -conectó un sencillo sin importancia en el décimo- y Yoenis Céspedes han hecho el viaje solo para ser parte de la nómina, pero sin implicaciones reales en el devenir de una Cuba que ahora vive con el agua al cuello en Taiwán.

Decir que Cuba está obligada a ganarle a los locales en el desafio pactado para las 11 de la noche de este jueves es una verdad tan grande como un templo. Si ahora se mueven sobre una cuerda floja, otro fracaso confirmaría su peor actuación en Clásicos Mundiales.