Cuatro focos de conflicto que se avivaron en las ex repúblicas soviéticas le plantean nuevos desafíos a Rusia

Vista del asentamiento de Sotk, que al parecer fue alcanzado por los bombardeos azeríes durante los recientes enfrentamientos fronterizos con Azerbaiyán, el 14 de septiembre de 2022.
Vista del asentamiento de Sotk, que al parecer fue alcanzado por los bombardeos azeríes durante los recientes enfrentamientos fronterizos con Azerbaiyán, el 14 de septiembre de 2022. - Créditos: @KAREN MINASYAN

No es sólo Ucrania. Las turbulencias en las ex repúblicas soviéticas amenazan con extender la desestabilización en toda la región, lo que podría plantear nuevos desafíos para Rusia. Aunque Armenia y Azerbaiyán alcanzaron el alto el fuego este jueves en la frontera, tras dos días de enfrentamientos que dejaron más de 170 muertos, el frágil proceso de paz mediado por la Unión Europea (UE) corre peligro de extinguirse en cualquier momento.

Combates entre Armenia y Azerbaiyán

Los combates, que estallaron el martes, terminaron la noche del miércoles al jueves “gracias a la implicación de la comunidad internacional”, indicó el Consejo de Seguridad Nacional armenio.

Rusia, tradicional mediador en el Cáucaso, anunció un alto el fuego el mismo martes por la mañana, pero este fue incumplido durante dos días, y ambos países se acusaron mutuamente de bombardeos.

El miércoles, Armenia indicó haber perdido a 105 militares, y acusó a Azerbaiyán de haber ocupado 10 kilómetros cuadrados de su territorio. Bakú reconoció a su vez este jueves la muerte de 71 soldados entre sus filas, al actualizar un balance anterior que daba cuenta de 50 fallecidos.

Los enfrentamientos, que obligaron a huir de sus casas a cientos de civiles armenios residentes en la zona fronteriza, son los más graves desde la guerra que ambos países libraron en 2020 por el control de la disputada región de Nagorno Karabaj, que se saldó con más de 6500 muertos y obligó a Armenia a ceder territorios a Azerbaiyán. Antes de ese año, ambos países libraron otra guerra en la década de 1990 a propósito de Nagorno Karabaj. El conflicto se llevó por delante más de 30.000 vidas.

Nagorno Karabaj es un enclave de mayoría armenia, que hizo secesión de Azerbaiyán con el apoyo de Ereván.

Los nuevos enfrentamientos amenazan con hacer descarrillar un proceso de paz apadrinado por la UE. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, se reunieron en Bruselas el 31 de agosto, dos semanas antes de estos últimos enfrentamientos armados.

Enfrentamientos entre Kirguistán y Tayikistán

Entretanto, dos guardias fronterizos tayikos murieron y otros 16 resultaron heridos el miércoles en un tiroteo en la disputada frontera entre Kirguistán y Tayikistán, una zona de tensiones recurrentes entre los dos países de Asia Central.

Por el lado de Tayikistán, la administración de la ciudad fronteriza de Isfara, citada por la agencia Ria Novosti, informó de “dos guardias fronterizos muertos, seis heridos” y de “seis civiles que recibieron metralla”. Por su parte, Kirguistán informó de cuatro heridos: dos guardias fronterizos y dos civiles, uno de los cuales fue hospitalizado en estado “extremadamente grave”.

Según el gobierno de Kirguistán, los tayikos dispararon contra los guardias fronterizos kirguises en las localidades de Boulak-Bachy y Pasky-Aryk, en la región fronteriza de Batken, al sureste de Kirguistán.

Militares kirguises en la frontera entre Kirguistán y Tayikistán
Militares kirguises en la frontera entre Kirguistán y Tayikistán

“Hombres barbudos vestidos de negro, sin ninguna insignia, fueron vistos disparando indiscriminada e innecesariamente contra civiles, infraestructuras, casas y otras propiedades”, dijo el servicio de guardia de fronteras de Kirguistán en un comunicado.

Las autoridades tayikas, a través de la agencia oficial de noticias Khovar, acusaron a las fuerzas kirguisas de haber abierto fuego con morteros y ametralladoras contra un puesto fronterizo tayiko.

Casi la mitad de los 970 kilómetros de frontera entre las dos antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central está en disputa y los avances en la delimitación fueron muy lentos en los últimos años.

Distanciamiento de Kazajistán

Mientras la tensión se acumula en la región, el presidente chino, Xi Jinping, expresó hoy su apoyo a Kazajistán, un aliado tradicional de Moscú que se distanció de Rusia desde la invasión de Ucrania, y viajó luego a Uzbekistán para asistir a una cumbre regional, en el marco de la cual se reunirá con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Durante su reunión, Xi aseguró que quería ayudar a Kazajistán a “salvaguardar su independencia nacional, su soberanía y su integridad territorial”, según la cadena de televisión estatal china CCTV.

Columna de camiones militares rusos en el aeropuerto de Almaty, en Kazajistán.
Columna de camiones militares rusos en el aeropuerto de Almaty, en Kazajistán.

La invasión rusa de Ucrania, otra exrepública soviética, generó preocupación en Kazajistán por las ambiciones rusas, especialmente porque el país cuenta con una gran minoría étnica rusa. Desde entonces, este aliado tradicional de Moscú se ha distanciado un poco del Kremlin.

Xi también prometió pronunciarse “categóricamente contra la injerencia de cualquier fuerza en los asuntos internos” de Kazajistán, en referencia a los disturbios que sacudieron el país centroasiático en enero y que las autoridades achacaron a naciones extranjeras no identificadas.

Georgia acumula tropas

Georgia, otra ex república soviética que tomó partido por Ucrania desde el comienzo de la guerra, comenzó a acumular fuerzas alrededor de Osetia del Sur, según un informe de inteligencia recogido ayer por los medios ucranianos.

Osetia del Sur es un Estado con reconocimiento limitado situado en el Cáucaso meridional. Este territorio fue anexado al Imperio ruso. Posteriormente en la época de la URSS, quedó bajo el tutelaje de la Georgia soviética, bajo el nombre de Óblast Autónomo de Osetia del Sur.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el entonces líder de Osetia del Sur, Anatoly Bibilov.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el entonces líder de Osetia del Sur, Anatoly Bibilov. - Créditos: @Getty Images

Durante el colapso de la URSS, Georgia proclamó su independencia de la actual Federación Rusa el 9 de abril de 1991 y se convirtió en un Estado soberano, reclamando como parte de sus territorios a Osetia y Abjasia. La inclusión de estos territorios supuso problemas en la región. El conflicto escaló hasta una guerra secesionista contra Georgia, tras la que Osetia declaró formalmente la independencia unilateral el 28 de noviembre de 1991, convirtiéndose en una república independiente de facto.

Tras la segunda Guerra en 2008 con Georgia, Rusia fue el primer país en reconocer oficialmente la independencia de Osetia del Sur al igual que la de Abjasia, lo que ha generado fuertes tensiones entre Moscú y Tiblisi. El líder de esta región separatista, Anatoli Bibílov, incluso expresó este año su deseo de convocar a un referéndum para ingresar en la Federación Rusa.

Por su parte, las autoridades georgianas afirmaron el miércoles que el gobierno está discutiendo convocar a un referéndum para que la gente vote si ir o no a la guerra con Rusia para recuperar Abjasia y Osetia del Sur.

Agencias AFP y ANSA