“¡Cuídate, Cuba, de tu propia Cuba!”, un compendio de lúcidos y certeros artículos

Algunos de los más importantes poetas contemporáneos, en algún momento de sus carreras, escribieron ensayos y artículos periodísticos. Octavio Paz, por ejemplo, publicó en 1931, Mar de día, su primer poemario; solo para que algún tiempo después, cuando escribió su obra, El laberinto de la soledad, pasara a ser considerado uno de los grandes ensayistas de nuestro tiempo. Otros, como Rubén Darío, Cesar Vallejo y Gastón Baquero, también fueron -al margen de sus obras poéticas- cronistas, editores y directores de diarios y revistas.

Y es que la poesía y el periodismo fueron, para ellos, dos maneras diferentes de entender la vida. Como hoy también lo son para los poetas cubanos que aquí en Miami tratan de descifrar -entre endecasílabos y artículos de opinión- la tragedia de la isla.

Uno de ellos, Joaquín Gálvez, quizás el más representativo de los poetas exiliados de su generación, es el mejor ejemplo de cómo se puede convivir, literariamente hablando, entre la poesía y el periodismo. Su primer libro en prosa, ¡Cuídate, Cuba, de tu propia Cuba! (Neo Club Ediciones, 2024), es una prueba de que ambos géneros, a pesar de sus singularidades, pueden servir para canalizar las más apremiantes inquietudes.

El libro está estructurado en tres secciones. En la primera se agrupan textos cuyos temas, variopintos, van desde cómo la Nueva Trova fue utilizada por el régimen castrista con fines propagandísticos hasta las repercusiones del llamado intercambio cultural propugnado por el presidente Barak Obama.

Sobre el primero, escribe: “El Movimiento de la Nueva Trova no tuvo durante sus primeros años la acogida del pueblo cubano. Fue siempre visto como lo que realmente fue, un movimiento político más que cultural, fabricado por el régimen con fines propagandísticos”. Y sobre el segundo, reflexiona: “Muchos lo vieron con buenos ojos, como una forma de ir abriendo espacios de libertad. Por otra parte, los más escépticos -entre los que me incluyo- lo vieron como un arma estratégica del castrismo con el fin de tener una base influyente para hacer prevalecer su agenda”.

El contenido de la segunda sección es también sobre Cuba, solo que sus textos están escritos, no en forma de artículos de opinión como los de la primera, sino como pequeñas crónicas, viñetas y divertimentos sobre el quehacer cultural de Miami y revestidas todas de un ingenioso humor criollo. Un vistazo a algunos de sus títulos nos da una idea de lo que tratan: Instrucciones para convertirse en un poeta reconocido, Génesis de la metatranca, Elogio del mayimbe, Decálogo del buen escritor cubano y Pepito: el líder de los cubanos.

En la última sección, certeramente titulada Mas allá de la ínsula, Gálvez se ocupa de temas que nada tienen que ver con Cuba. Y lo hace, no con la extensión de los ensayos, pero sí con su profundidad. Algunos tratan, por ejemplo, sobre el nacionalismo catalán y el estado actual de la democracia en Estados Unidos. Otros, sobre las nuevas formas del activismo político y las diferencias que existen entre las dictaduras teocráticas y las ideológicas.

Muchos de los poetas que han incursionado en el periodismo no han podido evitar que en sus artículos se advierta, aunque levemente, un inconfundible tono lírico. Sin embargo, Gálvez ha conseguido que en sus textos no asomen hipérboles ni metáforas que pongan al descubierto su formación poética. En ellos, se limita a exponer de una manera directa sus puntos de vista sobre los más polémicos temas.

¡Cuídate, Cuba, de tu propia Cuba!, es un abarcador compendio de lúcidos y certeros artículos con el que Joaquín Gálvez debuta, exitosamente, como periodista.

Desde su llegada al exilio ha publicado los poemarios Alguien canta en la resaca (2000), El viaje de los elegidos (2005), Trilogía del paria (2007), Hábitat (2013), Retrato desde la cuerda floja (2016) y Desde mi propia isla (2022). Es coordinador de la tertulia La otra esquina de las palabras y dirige la revista digital Insularis.