¿Cuántos menores de edad viven en centros penitenciarios? Acá te decimos cómo ayudarlos

En marzo de este año, había en las cárceles de este país 13,299 mujeres privadas de su libertad. Para tener una idea de lo que representa esta cifra, el número de mujeres internadas en centros penitenciarios alcanza casi para llenar tanto el Auditorio Nacional (10,000 personas) como la Arena México (4,000).

Pero no se trata de una población fija. Por ejemplo, en 2022, ingresaron a los diferentes centros penitenciarios del país 11,357 mujeres y salieron 10,336. Es decir, año con año muchas mujeres son privadas de su libertad y, aunque logren salir, las huellas que dejan esos lugares son permanentes.

Casi la mitad de las internas (46.8%) del 2022, de acuerdo con los datos del INEGI, tenía menos de 30 años; en contraste, 13.7% tenía 50 años o más. De las que cuentan con sentencia (poco más del 50%), prácticamente una cuarta parte pasará menos de 5 años; 16.6% entre 5 y 10 años; la mitad entre 10 y 50 años, y sobre una de cada 10 pesa una sentencia mayor a los 50 años.

Entre toda esta ola de datos hay un sector del que poco se habla: las mujeres privadas de su libertad que ingresan embarazadas, así como aquellas que tienen hijos menores de 6 años.

A ellas se les permite tener a sus hijos en los centros penitenciarios hasta que llegan precisamente a los 6 años. En 2022, el INEGI reportó que la cantidad de mujeres privadas de la libertad que se encontraban embarazadas y/ o en periodo de lactancia fue de 258, de las cuales 61.2 % se encontraba en periodo de lactancia. Adicionalmente, había 317 mujeres internadas que tuvieron consigo a sus hijas e hijos menores de 6 años.

En total, en 2022, en los centros penitenciaros del país vivían 325 menores de edad, de los cuales 155 eran niños y 170, niñas. La mayoría (37.4%) era menor a un año, casi 50% no mayor a dos años y sólo 13.5% estaba entre 3 y 6 años.

Esos niños, como cualquier otro, tienen necesidades básicas. Desde artículos de primera necesidad, como pañales, toallitas húmedas, leche en polvo y comida envasada, así como talco, champú, jabón, biberones, ropa, toallas, platos y cubiertos. Pero también conforme crecen necesitan juguetes, libros y artículos para entretenerse.

Tú puedes donar

Ahí es donde entra Alas para Crear. Se trata de una organización mexicana sin fines de lucro que tiene como objetivo construir segundas oportunidades para personas en situación de cárcel, reinserción y exclusión.

Año con año, lleva a cabo una campaña para recolectar estos artículos que requieren los niños que están con sus mamás en los centros penitenciarios, y a quienes estamos afuera nos permite darle una segunda vida a los juguetes y libros infantiles.

Además de los artículos de primera necesidad, también se pueden donar libros de cuentos infantiles o juguetes didácticos que no requieran pilas. Hay que destacar que los juguetes y libros donados tienen que estar en buen estado y completos (que no les falten piezas), también deben funcionar correctamente y estar limpios. Los libros y cuentos no deben estar rayados ni rotos, y si te animas a regalar una pelota debe estar inflada.

Esta campaña termina hasta el 17 de mayo y forma parte de uno de los programas que lleva a cabo Alas para Crear entre este sector de la población en los estados de Hidalgo, Puebla y Tlaxcala. Se trata del programa Alito, que busca coadyuvar en el desarrollo integral de infantes que viven con sus madres en prisión o se encuentran en contextos de riesgo social.

Y, además de promover la entrega de estos materiales, ofrece talleres de desarrollo humano, salud emocional y habilidades para la vida cotidiana, talleres recreativos y talleres de estilos de crianza positiva.

Así que ya lo sabes, si quieres ayudarlos puedes ponerte en contacto con ellos en su sitio web, o en su Instagram o Facebook. También puedes enviar un correo a contacto@alasparacrear.org o al teléfono 7712923409.

Nota del editor: Esta publicación se realiza con información del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, el INEGI y Alas para Crear como parte de las acciones de responsabilidad social de Grupo Editorial Criterio.