¿Podrá Israel lograr sus objetivos con una invasión terrestre de Gaza?
Los líderes de Israel declararon que Hamás será borrado de la faz de la Tierra y que Gaza nunca volverá a ser como antes.
“Todo miembro de Hamás es un hombre muerto”, dijo el primer ministro Benjamín Netanyahu después de que milicianos del grupo mataran a 1.300 personas en un brutal ataque dentro de Israel el 7 de octubre.
Este viernes, Israel ha dicho que está ampliando sus operaciones terrestres en Gaza y se espera que lance una invasión terrestre más amplia para lograr sus objetivos.
Una vez que esté convencido de que Hamás está derrotado, su objetivo declarado es retirarse completamente de Gaza. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, habla de un "nuevo régimen de seguridad" allí, sin responsabilidad israelí en la vida diaria.
El objetivo de la llamada operación “Espadas de hierro” parece ser mucho más ambicioso que el de cualquier otra antes planeada en Gaza por el ejército israelí.
Pero, ¿cuán realista es ese objetivo militar y cómo podrá ser cumplido?
Una invasión terrestre de la Franja de Gaza implica combates urbanos casa por casa y acarrea enormes riesgos para una población civil de más de dos millones.
Las autoridades de Gaza, gobernada por Hamás, dicen que más de 7.000 personas ya han muerto y que cientos de miles más han huido de sus hogares.
Las fuerzas israelíes tienen la tarea adicional de rescatar a los 220 rehenes retenidos en sitios desconocidos por toda Gaza.
"No creo que Israel pueda desarticular a todos los miembros de Hamás, porque es una idea extremista del Islam", dice el analista militar Amir Bar Shalom de la Radio del Ejército de Israel. "Pero puedes debilitarlo tanto como puedas para que no tenga capacidades operativas".
Debilitarlo podría ser un objetivo más realista que desmantelarlo por completo.
Israel ya ha librado cuatro guerras con Hamás y todos los intentos de detener sus ataques con cohetes han fracasado. Un portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijo que el objetivo principal era que Hamás ya no tuviera la capacidad militar para "amenazar o matar a civiles israelíes".
Michael Milstein, director del foro de estudios palestinos de la Universidad de Tel Aviv, coincide en que destruir a Hamás sería muy complicado. Dice que sería pretencioso creer que se podría desarraigar la idea que encarna a Hamás, una rama de los Hermanos Musulmanes que ha influido en los movimientos islamistas en todo el mundo.
Dice que aparte de los más de 25.000 efectivos de su ala militar, Hamás tiene otros 80.000 a 90.000 miembros más que forman parte de su infraestructura de bienestar social o Dawa.
En última instancia, el Ministro de Defensa dijo que los próximos 75 años de existencia de Israel dependerían en gran medida del resultado de esta guerra.
Una invasión terrestre cargada de riesgos
El operativo militar está a la merced de varios factores que podrían descarrilarlo.
El ala armada de Hamás, las Brigadas Izzedine al Qassam, se habrán preparado para la ofensiva israelí. Habrán colocado dispositivos explosivos y planeado emboscadas. Tienen a su disposición su conocida y extensa red de túneles para atacar a las fuerzas israelíes.
En 2014, batallones de infantería israelí sufrieron grandes bajas ocasionadas por minas antitanques, francotiradores y emboscadas, mientras que cientos de civiles murieron en combates en un vecindario en el norte de Ciudad de Gaza.
Esa es una de las razones por las que Israel ha exigido la evacuación de la mitad norte de la Franja de Gaza al sur del río Wadi Gaza.
Los israelíes han sido advertidos de que la guerra podría durar meses y una cifra récord de 360.000 reservistas se han reportado para labores militares.
La pregunta es cuánto tiempo podrá Israel continuar su campaña mientras crece la presión internacional para un alto el fuego, con un creciente número de muertos, cortes de suministro de agua, energía y combustible, y advertencias de la ONU sobre una catástrofe humana en desarrollo.
“El gobierno y el ejército sienten que tienen el respaldo de la comunidad internacional, por lo menos de los líderes occidentales. La filosofía es ‘movilicémonos, tenemos suficiente tiempo’”, indica Yossi Melman, uno de los principales periodistas experto en seguridad e inteligencia de Israel.
Sin embargo, cree que tarde o temprano los aliados de Israel intervendrán si empiezan a ver imágenes de gente muriéndose de hambre.
La presión también aumentará a medida que sigan aumentando las víctimas civiles.
"Es muy complicado porque se necesita tiempo y la administración estadounidense no te permitirá permanecer en Gaza durante uno o dos años", dice Milstein.
El rescate de rehenes
Muchos de los rehenes son israelíes, pero también hay un gran número de ciudadanos extranjeros y con doble nacionalidad entre ellos, lo que significa que otros gobiernos -incluidos Estados Unidos, Francia y Reino Unido- tienen interés en esta operación y en su liberación segura.
El especialista estratégico francés, coronel Michel Goya, dijo que las FDI tenían una opción clara: conservar la vida a los rehenes o ir a "hacerle a Hamás el mayor daño posible".
Los llamamientos desgarradores de las familias de aquellos que están secuestrados por Hamás también están aumentando la presión sobre los líderes de Israel.
En 2011, Israel canjeó más de mil prisioneros a cambio de la liberación de un soldado, Gilad Shalit, retenido por Hamás durante cinco años.
Pero Israel pensará dos veces antes de considerar otra amplia liberación de prisioneros, porque uno de los hombres liberados en ese intercambio fue Yahya Sinwar, que desde entonces se ha convertido en el líder político de Hamás en Gaza.
La mirada atenta de los países vecinos
Lo que también podría afectar la duración y el resultado de una ofensiva terrestre es la reacción de los vecinos de Israel.
El cruce fronterizo egipcio de Rafah con Gaza se ha convertido en un punto focal humanitario, y sólo cantidades limitadas de ayuda llegan a Gaza. Los ciudadanos extranjeros y los palestinos con pasaportes extranjeros han estado esperando para irse.
"Cuanto más sufran los habitantes de Gaza tras la campaña militar israelí, más presión enfrentará Egipto, para que parezca que no ha dado la espalda a los palestinos", dice Ofir Winter, del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel.
Pero eso no llevará a El Cairo a permitir un cruce masivo de habitantes de Gaza hacia el norte del Sinaí. El presidente Abdel Fattah al-Sisi ha advertido que cualquier intento de trasladar a los habitantes de Gaza a la península del Sinaí llevaría a los egipcios a "salir y protestar por millones".
El rey Abdulá de Jordania también ha hablado de una "línea roja" para cualquier posible intento de expulsar a los refugiados palestinos de Gaza: "Ni refugiados en Jordania, ni refugiados en Egipto", advirtió.
La frontera norte de Israel con Líbano también está bajo cuidadosa observación.
Hasta ahora se han dado varios ataques a través de la frontera de parte de milicianos islamistas del grupo Hezbolá, pero aunque las comunidades de ambos lados han sido evacuadas, hasta ahora la violencia no constituye un nuevo frente contra Israel.
Irán, el principal patrocinador de Hezbolá, ya está amenazando con lanzar “nuevos frentes” contra Israel.
Ese país fue el foco de la advertencia del presidente de EE.UU. Joe Biden cuando dijo: “Para cualquier país, cualquier organización, cualquiera que esté pensando en aprovecharse de esta situación, tengo estas palabras: ¡No lo hagan!”.
Dos portaaviones estadounidenses, el USS Gerald Ford y el USS Eisenhower, han sido enviados al Mediterráneo oriental para enfatizar ese mensaje, y 2.000 soldados estadounidenses han sido puestos en alerta para responder a los acontecimientos que se están desarrollando.
¿Cuál es el final de la partida en Gaza para Israel?
Si Hamás queda significativamente debilitado, la pregunta sería qué lo reemplazaría.
Israel retiró su ejército y miles de colonos de la Franja de Gaza en 2005 y no tendrá intención de regresar como fuerza ocupante. El presidente estadounidense, Joe Biden, dice que "sería un gran error".
Un vacío de poder también crearía riesgos muy graves y Milstein advierte que el riesgo de resolver un problema consiste en encontrar diez nuevos.
Ofir Winter cree que un cambio de poder podría allanar el camino para el regreso gradual de la Autoridad Palestina (AP), expulsada de Gaza por Hamás en 2007.
La Autoridad Palestina actualmente controla partes de Cisjordania, pero es débil allí, y persuadirla para que regrese a Gaza sería muy complicado.
La comunidad internacional podría proporcionar una solución provisional, como lo hizo cuando la ONU gobernó Kosovo después de que las fuerzas serbias se retiraron en 1999, pero Israel desconfía ampliamente de la ONU.
Otra opción podría ser crear una administración, dirigida por los alcaldes, tribus, clanes y organizaciones no gubernamentales de Gaza, con la participación de Egipto y Estados Unidos, la Autoridad Palestina y otros estados árabes, dice Milstein.
El propio presidente de Egipto no ha mostrado ningún interés en controlar Gaza, pero ha señalado que si "un Estado palestino desmilitarizado se hubiera creado hace mucho tiempo en negociaciones, no habría una guerra ahora".
En última instancia, la devastada infraestructura de Gaza tendrá que ser reconstruida tal como estaba después de guerras anteriores.
Israel querrá restricciones aún más estrictas a la entrada de "bienes de doble uso" a Gaza que podrían tener un propósito militar y civil. Y ha habido llamados a ampliar la zona de seguridad a lo largo de la valla con Gaza para brindar mayor protección a las comunidades israelíes.
Cualquiera que sea el resultado de la guerra, Israel querrá asegurarse de que un ataque similar nunca vuelva a ocurrir.
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