Cráter de Batagaika, la entrada al inframundo de Siberia

El Cráter de Batagaika a vista de satélite.

En el interior de la taiga siberiana, en medio de un frondoso bosque nórdico, yace un abismo al que los habitantes locales de Yakutia llaman “una puerta hacia el inframundo”, ya que creen que conecta esta vida con la siguiente. Se trata del Cráter de Batagaika, y pese a que lógicamente no se trata de una entrada el infierno, en realidad es un funesto presagio lo que ha de venir. Algo que provoca temor entre los expertos, y cuya existencia presumiblemente está relacionada con el cambio climático.

Este cráter siniestro, que se extiende más de kilómetro y medio de longitud y alcanza una profundidad de cerca de 120 metros, apareció sin previo aviso hace unos 25 años, y de acuerdo con los estudios geológicos, ha estado creciendo a una tasa anual de más de 18 metros. Sin embargo, fuera del Batagai, un pueblo rural en el distrito de Verkhoyansk de la República de Sajá que queda cerca, pocos han oído hablar de este fenómeno natural .

Imagen aérea cenital del Cráter de Batagaika.

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En algún lugar a comienzos de la década de los 90, una empresa limpió un área de bosque para convertirlo en suelo industrial. No tenían ni idea de que al talar los árboles etaban dando inicio a un suceso geológico catastrófico. Aquel rincón de Yakutia, tradicionalmente uno de los lugares más fríos de la Tierra, comenzó a recibir oleadas de calor sin precedentes a causa del calentamientlo global. El calor hizo que las capas de hielo glaciar expuestas al exterior se derritiesen, y hablamos de agua congelada desde hace al menos 200.000 años. Finalmente, un día, la tierra comenzó a ceder y a colapsar.

Los científicos llaman a estos lugares megadrepresiones, es decir un inmenso vacío o termocarso en la geomorfología de un paisaje de permafrost. El permafrost es la capa helada que recubre el suelo de la tundra durante todo el año sin derretirse, o al manos así era hasta que las temperaturas comenzaron a subir. Estos abismos repentinos, como el del cráter de Batagaika, surgen cuando el permafrost se deshiela rápidamente, lo cual crea ‘heridas’ en el terreno que terminan por hundirse en el lodo saturado. Pueden permanecer activas durante décadas, y aunque en principio puedan resultar aterradoras, en realidad estas depresiones por descongelación son una característica bastante típica de entornos árticos como el de Siberia.

Imagen tomada desde el interior del Cráter de Batagaika.

Sin embargo para algunos científicos como Julian Murton, profesor de geología en la Universida de Sussex, la megadepresión de Batagaika no es normal. Para él y otros colegas, esta anomalía es el heraldo de algo peor y potencialmente irreversible. Murton es uno de los pocos expertos que se encuentra estudiando el cráter, al que lleva visitando desde 2009 gracias a la colaboración que le brinda la Universidad Federal Noreste de Yakutia.

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El lugar es un filón para los paleontólogos, que gracias a su presencia pueden estudiar cómo era la vida en este rincón del noreste de Siberia durante la edad del hielo. El equipo de Murton ya ha encontrado el cadáver momificado de un bisonte entre los sedimentos, así como los restos congelados de un buey almizclero, de un mamut y de un caballo de 4.400 años de antiguedad.

Imagen aéra lateral del Cráter de Batagaika.

El cambio climático está provocando ahora que estos sumideros naturales surjan por toda la frontera siberiana como si un sarampión se hubiese contagiado. En la región norteña de Krasnoyarsk, los cráteres emergen igual de rápido y muchos investigadores creen que el causante de este fenómeno es la variación en las condiciones climáticas. Según sostiene Murton, el registro geológico indica que la última vez que hubo tantos hundimientos en Siberia fue hace 10.000 años, durante la transición de la edad del hielo paleolítica al actual holoceno.

Para muchos, existe aún un temor mayor relacionado con este fenómeno, y es que existen antiguos virus latentes atrapados en el permafrost de la tundra siberiana que podrían verse liberados con el deshielo. Sea como sea, el cráter de Batagaika nos indica que el planeta está cambiando de forma innegable, y que deberíamos preparanos para lo que vendrá.

Me enteré leyendo Siberian Times.