A Cristina Rodlo le asusta el terror

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 20 (EL UNIVERSAL).- Subirse a un elevador era, para Cristina Rodlo, de los momentos que más miedo le daban en su vida, y prefería subir por las escaleras cualquier cantidad de pisos, a fin de no utilizar el modo eléctrico de transporte.

Si debía ocupar alguno, la actriz hacía uso de todas sus cualidades de simulación para que nadie notara el pavor que en ese momento experimentaba.

"Me sentía con claustrofobia, temblaba, y hacía todo para que nadie se diera cuenta. Le tenía un pavor grave, hasta que un día dije: ok, ya eres adulta, enfréntalo; respira y hazlo", recuerda.

Mariano Palacios, en tanto, sintió el mayor temor de su existencia cuando era un adolescente y se quedó solo tras una cita con el odontólogo.

Su mamá le dijo que llegaría tras la consulta, pero pasaron los minutos y nada. El actor contaba entonces con 12 años de edad, pero ya sabía de noticias sobre secuestros y muerte.

"Vi que no regresaba y me puse a llorar, dije: ya le pasó algo y ya no regresó. No fue así, pero ese ha sido el día con más miedo que he tenido", revela.

Los dos tuvieron que temblar en pantalla y la ficción con "El vestido de la novia", cinta de terror, que se puede ver en la plataforma streaming de ViX+.

Bajo la dirección de Roque Fabella, la historia sigue a Sara, una joven pronta a contraer matrimonio, pero no encuentra el vestido perfecto, hasta que le cae una prenda que trae una maldición con él.

Al tenerlo en su posesión, éste le provoca apariciones que van incrementándose en fuerza, cuyo resultado de anteriores dueñas ha sido la muerte.

"El terror ha sido lo más complicado para mí, tiene que haber mucha comunicación porque una cosa es lo que te imaginas, otra lo que el director ve y una más lo que el de efectos visuales va a hacer, entonces, tiene que haber un entendimiento en eso", comenta Rodlo.

"El vestido de la novia" se filmó en 2018 en calles del Centro Histórico, así como las colonias Roma y Toriello Guerra.

El sonido estuvo a cargo de Sergio Díaz y Fernando Cámara. El maquillaje corrió a cargo de Roberto Ortiz.