Cristina Kirchner y Lula finalmente no se vieron, pese a que el kirchnerismo apostaba a que se reunieran

Cristina Kirchner recibió en el Senado a presidentes de distintos países, pero no fue a verla Lula da Silva
Cristina Kirchner recibió en el Senado a presidentes de distintos países, pero no fue a verla Lula da Silva

Cristina Kirchner no pudo conversar en privado con Luiz Inácio Lula da Silva durante la estadía del presidente brasileño en Buenos Aires. El encuentro no estuvo nunca en la agenda oficial del líder del PT, pero en el Frente de Todos se esperaba que ambos líderes se reunieran. En el oficialismo entendían que resultaba lo más natural, dada la amistad que siempre los unió, la cercanía de sus agendas políticas y la solidaridad que han manifestado bajo la teoría del “lawfare”.

Había trascendido que el encuentro entre la vicepresidenta argentina y el mandatario brasileño se daría el lunes por la tarde. Pero con el correr de las horas el cónclave no se produjo y la expectativa pasó al día siguiente. Para el martes a la noche, cuando culminaba la extensa jornada diplomática de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en el hotel Sheraton de Retiro, tanto en el entorno cercano de Cristina como en la comitiva brasileña se sumieron en un fuerte hermetismo. “No hay información sobre el tema”, se limitaron a decir cerca de la comitiva de Lula cuando culminaba su paso por la Argentina para dirigirse a Montevideo.

Más allá de lo ajustado de su agenda, Lula nunca se acercó al Senado y no se dieron a conocer los motivos. Trascendió extraoficialmente que hubo un desencuentro entre ambos en torno al lugar en donde reunirse: mientras que Lula solicitó que el encuentro fuera en el hotel de Retiro (el martes por la mañana), la vicepresidenta habría ofrecido conversar con el líder del PT en su despacho de la Cámara alta. Esa versión no fue confirmada o desmentida ni por los colaboradores del brasileño ni por el entorno de la vice.

Lula da Silva visitó hoy en Uruguay la chacra del expresidente José "Pepe" Mujica
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Cristina, por su parte, sí pudo recibir en sus oficinas a otros presidentes de la región como Gustavo Petro (Colombia), Luis Arce (Bolivia) y Xiomara Castro (Honduras), que le permitieron a desarrollar una agenda paralela a la de Fernández. La exmandataria publicó fotos y videos de esas visitas al Senado. El Presidente y su vice no se cruzan ni siquiera en ocasiones como esta, donde la Argentina es sede de una alta cumbre regional.

“En la comitiva brasileña comentaron que resultaba rara la situación entre el Presidente y la vicepresidenta, que hace que haya que verlos por separado, que uno de los dos puede ofenderse”, deslizó un colaborador del Gobierno que siguió de cerca todo el paso del líder del PT. Fernández, que pretende fortalecer su imagen a partir de su sintonía con Brasil, pudo lucir una nutrida actividad con el mandatario del gigante sudamericano.

En la Casa Rosada resaltan, además, que Lula expresa continuamente gratitud hacia Fernández, por la visita que el presidente argentino le hizo al líder del PT cuando estaba preso. “La agenda de Lula la armó Cancillería”, soltaron en el campamento kirchnerista.

Quien se refirió al tema fue el excanciller Celso Amorim, asesor en política exterior del mandatario, que dio a entender que Lula privilegió sus encuentros en el marco de la Celac y no tuvo tiempo para “intervalos” que le permitieran juntarse con la líder del kirchnerismo. “No hay ningún problema con Cristina, somos muy amigos de Cristina, pero como ya se señaló, aquí Lula vino primero para una bilateral, con la programación completa, sin intervalos, ningún intervalo”, dijo.

El presidente de Brasil, Lula da Silva, recibe un regalo de las Abuelas de Plaza de Mayo
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Agendas paralelas

El lunes, Lula había mantenido una extensa agenda de reuniones en la Casa Rosada, empezando por la bilateral con Alberto Fernández -que se extendió más de lo programado- y que apenas le dio tiempo para volver a cambiarse al Sheraton, donde se hospedó, para luego asistir a una muestra fotográfica y un concierto con reconocidos músicos argentinos organizada para homenajearlo en el CCK. Estaba previsto que el mandatario brasileño escuchara solo seis canciones, pero se quedó hasta el final. “Estoy aquí no solo para participar de la Celac, sino también para decirle al compañero Alberto Fernández que Brasil volvió”, dijo Lula durante la velada. El evento estuvo a cargo del ministro de Cultura, Tristán Bauer, un funcionario referenciado en el kirchnerismo.

La cumbre de la Celac del martes, cuyo cierre originalmente estaba previsto para ayer a las 17, se estiró hasta pasadas las 20. Los líderes regionales hicieron un alto en la agenda durante la tarde para desarrollar diversas reuniones bilaterales y luego retomaron el cónclave para formalizar el cierre. En particular, Lula mantuvo encuentros mano a mano con la primera ministra de Barbados, Mia Mottley; el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el director general de la FAO, Qu Dongyu. También mantuvo conversaciones informales con otros mandatarios. No dejó el hotel en toda la jornada.

Y hoy partió a Uruguay a media mañana, para dirigirse allí a la residencia de Suárez y Reyes para reunirse con su par, Luis Lacalle Pou, el mandatario que cuestionó la “ideologización” de la CELAC.

Una reunión entre Cristina y Lula hubiera implicado un hito de importante volumen político tras la condena en primera instancia que recibió ella en la causa Vialidad. El kirchnerismo comenzó a proclamar que hay que “romper la proscripción” de la vicepresidenta con una demostración popular, pero también dio muestras de que quiere llevar su caso a los foros internacionales, como ocurrió con el informe que el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, presentó en la ONU el lunes. Cerca de la vicepresidenta se miran, desde hace tiempo, en el espejo de Lula.

En ese sentido, en las últimas horas, el diputado Leopoldo Moreau, considerado por la vice en materia judicial, manifestó: “Ha llegado la hora de que al Estado de Derecho lo salgamos a buscar, en un camino similar al de Lula, en tribunales y organismos internacionales, al amparo de tratados que, desde la reforma de 1994, tienen categoría constitucional. Es necesario hacerlo, no solo para buscar la Justicia que aquí se niega, sino también para demostrar, particularmente a los más jóvenes, que en nuestra patria y en nuestro continente la verdadera rebelión contrahegemónica es enfrentar a las mafias con la herramienta de la democracia”.