La crisis política se intensifica en Francia y crece la presión sobre Hollande

La crisis política provocada en Francia por el 'caso Cahuzac' se intensificó este jueves a raíz de la revelación de la posesión por un allegado del presidente François Hollande de sociedades 'offshore' en las Islas Caimán, mientras arrecian las presiones de la oposición para que haya cambios en el Gobierno. (AFP | Bertrand Langlois)

La crisis política provocada en Francia por el 'caso Cahuzac' se intensificó este jueves a raíz de la revelación de la posesión por un allegado del presidente François Hollande de sociedades 'offshore' en las Islas Caimán, mientras arrecian las presiones de la oposición para que haya cambios en el Gobierno. François Hollande, que se encuentra en Marruecos para una visita de Estado de dos días, habló de un "golpe considerable" tras la inculpación por fraude fiscal de Jérôme Cahuzac, exministro de Presupuesto, y aseguró que las autoridades necesitaban "continuar la moralización de la vida política". "Iré hasta el final, hasta el final, de estas cuestiones porque no dudo de la aplicación estricta de estos textos cuando existen y de la introducción de nuevos textos cuando son necesarios", subrayó el presidente y aseguró que hay que "poner fin" a los casos que humillan a Francia desde hace años. Después del caso Cahuzac, otro asunto podría salpicar a Hollande. El diario Le Monde afirmó el jueves que Jean-Jacques Augier, tesorero de la campaña presidencial del jefe de Estado, es accionista de sociedades offshore en las Islas Caimán, un paraíso fiscal. "No sé nada de estas actividades. Si no se ajustan a la ley fiscal, pido que la administración se ocupe y permita hacer las verificaciones si son necesarias", respondió Hollande. Por su parte, Augier declaró al diario que "nada de esto es ilegal", recalcó que no posee "ni cuenta bancaria personal en las Caimán ni inversiones personales directas en ese territorio" e indicó que el presidente Hollande no estaba al tanto de esos negocios. Esas revelaciones, que se producen en el marco de la publicación de una gran investigación sobre los paraísos fiscales realizada por una red de 36 medios de información del mundo, complica los esfuerzos de Hollande para cerrar el caso de las mentiras de Jérôme Cahuzac y de su cuenta secreta en el extranjero. Hollande anunció el miércoles proyectos de ley para moralizar la vida pública, pero éstos fueron considerados insuficientes por la oposición de derecha, por la extrema derecha y por la izquierda radical. Son "cataplasmas en una pata de palo", ironizó el dirigente del Partido de Izquierda (izquierda radical) Jean-Luc Mélenchon. Siguiendo los pasos del ultraderechista Frente Nacional, el dirigente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), principal partido de la oposición de derecha, Jean-François Copé, exhortó al presidente a "cambiar completamente su gobierno". "La única salida posible es una reorganización gubernamental de gran amplitud, incluyendo al primer ministro, para permitir a François Hollande dar un poco de serenidad al país", dijo. El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, reaccionó a los rumores de remodelación ministerial y declaró "trabajar primero en lo que tenemos que hacer antes de especular". También pidió a Jérôme Cahuzac que renuncie "a sus indemnizaciones" de exministro, a través de su cuenta de Twitter. Una de las dos ministras ecologistas del gobierno, Cécile Duflot (Vivienda), reclamó el miércoles en el Consejo de Ministros una "respuesta fuerte, tanto el fondo como en la forma" al escándalo Cahuzac, dio a conocer este jueves su entorno. En el campo socialista, Anne Hidalgo, candidata a la alcaldía de París, admitió la necesidad de plantearse la cuestión de un nuevo gobierno, pero "es posible que no en caliente". Buena parte de la prensa francesa considera que la situación es "insostenible" para Hollande, como titula el diario Le Parisien. Algunos periódicos citan a ministros, bajo petición de anonimato, que se refirieron a una posible remodelación ministerial. También la prensa europea estima que el "tsunami político" fragiliza aún más al presidente francés, cuya popularidad estaba ya a niveles muy bajos en las encuestas de opinión. Según una encuesta del instituto CSA, realizada después de la confesión de Jérôme Cahuzac, la confianza en François Hollande cayó al 29%. Un estudio, que había sido llevado a cabo antes por TNS Sofres, le daba incluso un 27%, uno de los niveles más bajos registrados desde 1981 por un presidente en el undécimo mes de su mandato, afectado por las malas cifras del paro. Uno de sus ministros, Bernard Cazeneuve, que reemplazó a Cahuzac en el Presupuesto, minimizó las repercusiones del caso de su predecesor. "Se trata de una falta individual muy grave", pero "no de un sistema de corrupción que alcanzaría a un partido, un grupo o un Estado", dijo. No obstante, el caso sigue pesando sobre el ejecutivo. Acusado de haber protegido a Jérôme Cahuzac, que estaba bajo su autoridad, el ministro de Economía, Pierre Moscovici, no cesa desde el martes de recusar alegaciones en su contra respecto a una actitud de tolerancia o de encubrimiento en este caso. Ilustración del clima envenenado que reina en el gobierno, el ministro del Interior, Manuel Valls, declaró que si él hubiera sido primer ministro habría depuesto "sin duda" a un ministro que le hubiera faltado al respeto. Valls evocaba las palabras de su colega de Industria, Arnaud Montebourg, quien dijo al primer ministro Jean-Marc Ayrault que estaba administrando "Francia como el consejo municipal". La crisis política provocada en Francia por el 'caso Cahuzac' se intensificó este jueves a raíz de la revelación de la posesión por un allegado del presidente François Hollande de sociedades 'offshore' en las Islas Caimán, mientras arrecian las presiones de la oposición para que haya cambios en el Gobierno.