Crimen acecha a tradición en Taxco

TAXCO, Gro., abril 8 (EL UNIVERSAL).— Lo llamaremos Jesús. Es flagelante y este jueves se despidió como penitente tras 25 años de participar en la tradición de Semana Santa en Taxco, Guerrero.

Jesús se convirtió en penitente después de que su padre violó a una de sus hermanas. Al padre lo encarcelaron y la hermana entró en una espiral de secuelas por la violación. En ese tiempo, Jesús comenzó a beber hasta que se topó con una de las hermandades.

Recuerda que sus primeras penitencias las ofreció por el perdón de su padre y para que su hermana sanara sus heridas. Durante 25 años ha cargado con peticiones ajenas. Este jueves fue su último flagelo, pero por poco no lo logra. Hace unas semanas, cientos de penitentes —encauzados y flagelantes— tenían dudas de participar. Integrantes de la organización criminal La Familia Michoacana los amenazó, los hostigó e intentó extorsionarlos.

Hace dos meses, ese grupo se acercó a los líderes de las hermandades para exigirles los datos de los flagelantes y encruzados. Los querían obligar a que les compraran las cruces que utilizan los flagelantes y los rollos de varas de zarzamoras de los encruzados. Por las cruces exigían mil 500 pesos, cuando su precio oscila en 800, por el rollo de varas de zarzamora 3 mil pesos, cuando cuesta mil 200.

Los hombres de La Familia Michoacana llegaron hasta Jesús, le exigieron que les comprara una nueva cruz. Se negó. Primero, porque no necesitaba una nueva. Segundo, porque con la que participó este jueves es la misma con la inició hace 25 años y con esa pensaba retirarse.

"Yo me negué porque si uno acepta es cosa de nunca acabar, primero me van a pedir esto, después otra cosa y así hasta que ellos quieran", explica Jesús.

A principios de marzo, unos 50 penitentes se trasladaron hasta Chilapa para reunirse en la Catedral con el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José Jesús González Hernández. Ahí le pidieron que interviniera para evitar que los extorsionaran. Días después, el obispo se reunió con el alcalde Mario Figueroa Mundo y las extorsiones cesaron.

"Por un momento pensamos en no participar, lo platicamos, votamos al final por sí hacerlo, pero muchos por miedo decidieron no colaborar, calculo que de 500 que salieron el año pasado, éste van a participar unos 300", explica.

Jesús afirma que muchos de los penitentes que participaron tuvieron miedo. Lo explica: Como parte de la preparación para ser encruzado o flagelante tienen que someterse a un retiro espiritual. Éste se realiza 15 días antes de la celebración de la Semana Santa. Lo cancelaron. No quisieron correr el riesgo de que cuando estuvieran en el encierro llegaran los criminales y los agredieran o se concretara la extorsión.

"Esta va a ser mi última participación y la voy a hacer por la paz, principalmente por mi pueblo Taxco, porque estamos bien llenos de problemas, con el gobierno, los sicarios (...) para mí es lo que más me llega el sentimiento, el dolor de lo que estamos viviendo".

La noche del jueves, Jesús ofreció su flagelo para que en Taxco se terminen los secuestros, sobre todo los que ocurren contra los menores de edad que, dice, en muchos casos son reclutados forzosamente por las organizaciones criminales.

Taxco desde hace años está sumido en un proceso de violencia que ha desplegado ese catálogo de terror que recorre el país: balaceras, desapariciones, asesinatos, masacres y, desde 2021, la extorsión enmarañó a la ciudad. Casi todos los comerciantes, empresarios, artesanos son obligados por La Familia Michoacana a compartirles parte de sus ganancias.

Jesús sabe bien lo que se vive en Taxco. Hace un año huyó de la ciudad por el acoso de esta organización criminal. Estuvo seis meses en ese autoexilio.

La celebración de Semana Santa en Taxco terminó este viernes, pero, dice Jesús, nadie les garantiza que en los siguientes días reanuden las extorsiones o vengan las represalias por negarse a las exigencias de la organización criminal.