Crean el material más caro de la Tierra

Científicos asociados a la Universidad de Oxford acaban de anunciar un logro sorprendente tanto científica como económicamente. A través de un laboratorio asociado a la universidad, llamado Designer Carbon Materials, estos sabios británicos han sido capaces de crear el material más caro del mundo (si nos atenemos al gramaje del mismo) ya que pesa el equivalente a un tercio de cabello humano. Como eso seguramente no os diga mucho, digamos que cada gramo vale 133 millones de Euros. La muestra que acaban de vender alcanzó las 22.000 libras esterlinas, lo cual no está mal para algo que apenas pesa 200 microgramos. ¿De qué se trata? Sigue leyendo…

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El nombre del laboratorio, escindido hace un año de la propia universidad, debería de haberos dado una pista. Se trata de carbono, y no, no hablamos de grafeno, el material en el que muchos ven el “santo grial” de la nueva electrónica. Hablamos de bucky-bolas o fullerenos, así llamados en honor al arquitecto estadounidense Bucky” Fuller, creador de la cúpula geodésica, por su peculiar forma (véase foto inferior).

Un fullereno es una minúscula molécula compuesta por 60 átomos de carbono en forma de balón de futbol. Lo curioso de estas bolas de Fuller, es que solo se crean en el espacio. En 1985 se encontraron en la Tierra formando parte de rocas del período pérmico, pero si llegaron allí fue a causa de pasados impactos de meteoritos sucedidos en aquella remota época.

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¿Por qué despiertan tanta atención? Bien, los científicos creen que estas estructuras, que ahora han conseguido ensamblar en la Tierra por primera vez, podrían emplearse para construir relojes atómicos con un grado de exactitud jamás alcanzado hasta la fecha. Pero no solo eso, en la actualidad ya contamos con relojes atómicos sumamente exactos, pero su tamaño es realmente grande (pensad en un armario).

Bien, empleando Buckybolas los científicos creen que podían desarrollar versiones diminutas de estos híper-exactos relojes, lo que permitiría integrarlos en los dispositivos GPS. Si se lograse algo así, el margen de error de los posicionamientos en la Tierra empleando navegadores por satélite bajaría a solo 1 milímetro, mientras que en la actualidad este margen es de 5 metros.

Se espera además, que con el tiempo la miniaturización permita crear relojes del tamaño de un microchip, por lo que no es de extrañar que terminen formando parte de nuestros futuros smartphones. Y las aplicaciones no paran ahí. ¡Pensad en los proyectados automóviles que conduzcan solos! Moverse por carreteras atestadas con los márgenes de error actuales de nuestros dispositivos GPS es simplemente imposible. En cambio, con 1 mm de margen, el logro parece mucho más fácil de alcanzar.

La persona que ha permitido el logro de manufacturar fullerenos en la Tierra es el doctor Kyriakos Porfyrakis (véase primera foto), de 45 años, que lleva trabajando en este campo desde 2001. ¡Ahora ya sabéis por qué se ha llegado a pagar un fortunón por una molécula tan pequeñita!

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Me enteré leyendo The Telegraph.