Tras las críticas, la pareja de Gabriel Boric “reformula” el rol de primera dama y dijo a qué se quiere dedicar

El presidente chileno Gabriel Boric y su pareja Irina Karamanos
El presidente chileno Gabriel Boric y su pareja Irina Karamanos

SANTIAGO DE CHILE.– Irina Karamanos, pareja del presidente de Chile y primera dama del país, anunció el martes que deja la presidencia de una de las seis fundaciones a su cargo, decisión que marca el inicio de una reformulación del puesto.

Karamanos, directora de la Dirección Sociocultural de la Presidencia de Chile, anunció que tras un cambio de estatutos “ya no será la primera dama quien presida el directorio” de la Fundación Integra, encargada de administrar 1200 guarderías y preescolares públicos a lo largo de Chile.

“Ayer el directorio de Fundación Integra aprobó por unanimidad la modificación de estatutos. Esto significa que ya no será la primera dama quien presida el directorio. Será nombrado por el Ministro de Educación con criterios de idoneidad profesional”, explicó en su cuenta de Twitter.

“Este es el comienzo de un camino que transitaremos paulatinamente con las cinco fundaciones restantes para acercarlas institucionalmente a los ministerios con los que se vinculan temáticamente”, continuó.

“Ahora comienza una etapa de acercamiento paulatino y definitivo de las fundaciones a los ministerios, para poder lograr darles estabilidad programática. Esto lo hacemos manteniendo intacto el estatuto laboral y también el carácter de fundación privada”, añadió.

De esta forma, las presidencias de los directorios de Integra, la Fundación Tiempos Nuevos, que tiene bajo su coordinación al Museo Interactivo Mirador (MIM) y Chilenter serán designados por el titular de Educación, Marco Antonio Ávila, informó Emol.

En tanto, la de Prodemu quedará en manos de la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, mientras que la de Artesanías de Chile y la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI), será designada por su par de Cultura, Julieta Brodsky.

En una entrevista con el diario El País el viernes y publicada hoy, Karamanos había dicho que “la figura de primera dama no es tan democrática como esperamos que sean las instituciones”.

El paso dado este martes “responde a una innovación institucional, reflejo del compromiso con la probidad y nuevas formas de hacer política”, señaló por su parte el presidente Gabriel Boric.

Su nuevo rol

La politóloga y socióloga, de 32 años, dividió al feminismo chileno cuando anunció en marzo que pese a su negativa inicial asumiría el cargo de primera dama de Chile, con el “fin de reformularlo desde dentro”.

Además de dirigir las seis fundaciones sociales, Karamanos paticipa en actividades protocolares, entre ellas acompañar al presidente Boric a una reciente gira a Estados Unidos.

La reformulación completa del cargo se concretará “de aquí a fin de año”. En paralelo, “voy a estar acompañando al presidente en distintas actividades protocolares en calidad de su pareja”, agregó.

“Todas las actividades que tiene como presidenta de las fundaciones es lo que va a dejar de hacer, pero ella sigue y mantiene exactamente igual sus actividades en cuanto a pareja del presidente”, explicó a la AFP el gabinete de prensa de Karamanos.

Irina Karamanos
Irina Karamanos

El cargo de primera dama no está regulado en Chile. Tradicionalmente no recibe remuneración pero maneja un presupuesto millonario y tiene oficina en el palacio presidencial de La Moneda.

Pareja de Boric desde 2019, de ascendencia griega y alemana, Karamanos estudió en la Universidad de Heidelberg, en Alemania, y forma parte del Frente Feminista del oficialista partido Convergencia Social.

Su decisión de asumir las funciones de primera dama (que en Chile supone adoptar automáticamente la dirección de seis fundaciones, aparte de las labores protocolares) fueron criticadas por el movimiento feminista, que aspiraba a que Karamanos no ocupara el cargo, como la propia pareja lo había manifestado en campaña. En Chile había un precedente: en el primer gobierno de Michelle Bachelet, entre 2006 y 2010, estas funciones fueron delegadas a personas idóneas a las que se remuneraba por su trabajo.

Al tomar la decisión, hubo críticas. Y lo sabíamos. Internamente fue un debate muy interesante: ¿se puede interrumpir una continuidad al ingresar como agente político a un espacio poco convencional para desplegar el feminismo? Consideramos que requería de un liderazgo político para evitar que –si no lo habitábamos– se pudiera reproducir mecánicamente hasta el infinito. Por eso preferimos ingresar y mirar qué había dentro, para luego proponer las transformaciones. Y hay que estar muy pendiente de cuál es el ritmo de los cambios culturales al plantear la transformación”, planteó a El País.

Sobre su futuro, Karamanos expresó: “Mi principal apuesta –para mí y las siguientes personas que sean parejas de un presidente o presidenta– es que haya una libertad respecto de la decisión de cuánto se quiere involucrar en el papel protocolar y diplomático y que pueda continuar con su trayectoria profesional. En mi caso, me gustaría volver a hacer investigación en centros de estudios, en la universidad”.

Agencias AFP y ANSA