La CPI confirma en apelación la condena a 25 años de prisión al excomandante ugandés Ongwen

La Haya, 15 dic (EFE).- La Corte Penal Internacional (CPI) desestimó este jueves el recurso del ex niño soldado y excomandante ugandés del Ejército de Resistencia del Señor (ERS), Dominic Ongwen, y confirmó su condena a 25 años de prisión por crímenes de guerra y de lesa humanidad, al considerar que fueron cometidos “cuando era ya un adulto”.

La Sala de Apelaciones consideró que Ongwen tuvo “un papel clave” en las atrocidades cometidas por el ERS, entre las que se incluyen matrimonios forzados, violaciones y reclutamiento de niños soldado, por lo que rechazó los 90 motivos de apelación presentados por la defensa y confirmó la sentencia de 25 años de prisión, que ya tuvo en cuenta como atenuante su secuestro como niño soldado.

Ongwen, vestido con un traje oscuro, camisa azul y corbata de rayas rojas y negras, estuvo presente en la sala escuchando la interpretación de la lectura de la sentencia a través de unos auriculares.

Los jueces de la Sala de Apelaciones desestimaron los argumentos de la Defensa de que la condena no tuvo en cuenta la supuesta coacción sufrida por Ongwen en el ERS, consideraron que tampoco queda probado que sufriera una enfermedad mental y subrayaron que cometió las atrocidades de las que se le acusa como un adulto y en posesión de sus facultades, así como que su secuestro por parte del ERS no justifica la comisión de esos crímenes.

No obstante, la jueza Luz del Carmen Ibañez Carranza, que leyó el fallo, mantuvo un voto disidente parcial a favor del motivo 12 argumentado por la Defensa en la apelación, que se refiere a la condena doble al imputado por los mismos hechos, y consideró que deberían haberse tenido en cuenta las circunstancias personales de Ongwen y su dignidad arrebatada cuando era un niño, algo que podría haber justificado una reducción de la condena.

Cree que la condición de “victima” de Ongwen como niño soldado no terminó al cumplir los 18 años y se debió tener en consideración el adoctrinamiento violento al que fue sometido cuando era un niño y cómo eso afectó a su desarrollo hacia la vida adulta, pero la jueza está también “convencida” de que el acusado “debe ser condenado por sus crímenes” porque hay que hacer justicia también para las víctimas de sus actos.

El fondo de este juicio no era la responsabilidad de Ongwen en los crímenes en sí, sino su paso de víctima a verdugo. Su defensa subrayó siempre que fue secuestrado por el ERS en 1988 cuando iba hacia el colegio, y fue sometido desde entonces a un duro régimen de disciplina y adoctrinamiento, por lo que la CPI -señaló- debe tener en cuenta el impacto de aquello en su vida.

No obstante, la Sala de Apelaciones confirmó el fallo dictado el año pasado, que consideró a Ongwen culpable de un total de 61 delitos que suponen crímenes de lesa humanidad y de guerra y que incluyen asesinato, mutilación, violencia sexual y uso de niños soldados en el norte de Uganda entre el 1 de julio de 2002 y el 31 de diciembre de 2005.

Este es uno de los casos más controvertidos hasta la fecha para la CPI, puesto que Ongwen, que ahora tiene 47 años, fue secuestrado cuando era solo un adolescente por el ERS, que lo utilizó como niño soldado, pero más tarde ascendió y se convirtió en una figura importante de uno de los grupos militares más violentos del mundo entre los ochenta y los 2000.

El equipo legal de Ongwen quería que la Sala de Apelaciones dictaminara que se ha cometido un error judicial cuando se declaró a Ongwen responsable de sus atrocidades, puesto que era solo “un chico”, según el que fuera su abogado, Krispus Ayena Odongo.

Pero Ongwen también fue mano derecha de Joseph Kony, el líder del LRA, un grupo militar que secuestró a unos 20.000 niños, a los que obligó a cometer crímenes atroces.

Karim Khan, fiscal de la CPI, pidió en noviembre celebrar una audiencia para confirmar en rebeldía, por primera vez en la historia del tribunal, los cargos contra Joseph Kony, el sospechoso prófugo más antiguo de este tribunal de La Haya.

Su orden de detención se emitió en 2005 por 33 cargos de crímenes de guerra y de lesa humanidad, con acusaciones que incluyen asesinato, trato cruel, esclavitud, violación y ataques contra la población civil.

Imane Rachidi

(c) Agencia EFE