10 cosas impuestas por la pandemia que estaría bien quedarse

El pasado mes de marzo el coronavirus irrumpió en la vida de millones de personas en todo el mundo obligándoles a cambiar su modo de vida, sus rutinas..., poniéndolo todo del revés. Con las primeras dosis de la vacuna llegando a la población, es inevitable pensar en una vuelta a la normalidad que aún tardará en llegar y en todas esas cosas que se harán cuando la crisis del coronavirus acabe y se pueda decir adiós a las mascarillas y a las restricciones. La lista de todo aquello a lo que se le quiere decir ‘hasta nunca’ es larga, pero algunas imposiciones de la pandemia quizá deberían prolongarse en el tiempo e, incluso, quedarse.

Teenager on the balcony of his house locked up by the Coronavirus 19 epidemic in the city of Moncada (Spain)
Teenager on the balcony of his house locked up by the Coronavirus 19 epidemic in the city of Moncada (Spain)
  1. Una compra grande, en lugar de muchas pequeñas

Cuando el Gobierno decretó el primer estado de alarma y millones de personas ser recluyeron en sus casas los movimientos se redujeron a lo imprescindible. La población en general (siempre ha habido excepciones como sanitarios y otras profesiones esenciales) tenía prohibido salir salvo para ir a la farmacia y a hacer la compra. Eso hizo que muchos adoptasen la costumbre de hacer una compra grande, semanal, en lugar de muchas pequeñas. Si había que reducir las salidas a lo imprescindible, lo mejor era ir al súper una vez cada siete días. Para eso lo mejor es hacerse una lista de la compra planificando qué se va a necesitar y comprarlo. Un hábito que no todo el mundo tenía antes de la pandemia, pero que está comprobado que ahorra dinero, tiempo y desperdicio de alimentos.

  1. Hábitos de higiene

No solo el lavarse las manos con agua y jabón o recurrir al gel hidroalcohólico cuando no se tiene un grifo a mano. Toser en el codo en lugar de en la mano sirve tanto para no propagar el corononavirus como para otro tipo de enfermedades. Además, es mucho más higiénico ya que esa zona del brazo no entra en contacto con superficies como si lo hacen las manos. Lo mismo ocurre con la costumbre adquirida, y que muchos supermercados recomiendan, de limpiar las barras de los carros de la compra antes de usarlos. Cuando el coronavirus desaparezca o se reduzca su impacto, no estará de más seguir haciéndolo.

  1. Disfrutar del espacio al aire libre

Tras más de mes y medio sin poder salir a la calle, en especial los más pequeños, los espacios al aire libre han cobrado un nuevo significado. Aún hoy, cuando la recomendación es la de reunirse en el exterior y no el lugares cerrados, siguen siendo una vía de escape. Y no solo los parques urbanos. La montaña y el campo en general se han convertido en una escapada perfecta que seguirá siéndolo después.

  1. El teletrabajo como opción

Recomendado por las autoridades para todas aquellas profesiones y sectores en los que sea posible, el teletrabajo se impuso como la tónica general en muchos países. Ahora que tantos millones de personas han descubierto tanto sus virtudes como sus contraindicaciones, podría pasar de imposición por la pandemia a opción para quienes le sigan viendo más ventajas que inconvenientes.

  1. Cambio de mentalidad

Este ha sido uno de los grandes retos durante esta pandemia que aún dura y cuyos efectos en la salud mental aún están por verse y evaluar hasta dónde llegan, pero lo cierto es que el confinamiento, la incertidumbre y el hecho de que hay infinidad de aspectos que escapan al control individual han obligado a muchos a aprender a relativizar, a ir día a día, sin hacer grandes planes a largo plazo y también a dar una mayor importancia a la salud mental.

  1. Solidaridad a todos los niveles

Aunque todos los días se publican noticas de historias protagonizadas por irresponsables que no miran por el bien común y se saltan las restricciones, lo cierto es que la pandemia ha despertado (sobre todo en sus inicios) una gran ola de solidaridad tanto a nivel local como internacional. Desde la comunidad de vecinos en la que se apoyan unos a otros a gobiernos. Cierto es que el español no ha sido un buen ejemplo en este sentido, pero en la vecina Portugal oposición y Ejecutivo sí supieron ver a tiempo que remar en la misma dirección era lo adecuado.

  1. Apoyo al pequeño comercio

Los autónomos han sido uno de los colectivos a los que más está afectando a nivel económico la crisis del coronavirus. Pequeños y medianos empresarios con negocios con pocos empleados que han visto como los cierres obligados por la normativa les daban una estocada tras otra. De ahí que hayan surgido iniciativas de apoyo al pequeño comercio, a la tienda de barrio o a la librería de toda la vida para intentar salvar la situación. En definitiva, comercio de proximidad.

  1. Ejercicio en casa

Aunque al aire libre apetece más o incluso ir a un gimnasio, se puede hacer ejercicio en casa y estar en forma incluso sin moverse del salón. En estos meses han proliferado los tutoriales y los vídeos con rutinas para poder quemar grasas sin salir de casa. Incluso los hay con consejos para no molestar al vecino de abajo.

  1. Valorar la Sanidad pública

La pandemia ha puesto en evidencia las carencias de la Sanidad pública, los efectos de los recortes en la inversión y la falta de medios de protección en los primeros meses que provocaron que los sanitarios fuesen un colectivo con miles de contagios. Su trabajo se vio reconocido en la iniciativa popular de los aplausos a las ocho de la tarde desde balcones y ventanas. Pero, más allá de eso, ese ‘valorar’ más la Sanidad pública debería seguir vigente cuando todo acabe traduciéndose en más inversión.

  1. Consumo de cultura

La cultura, sector que se ha quejado en incontables ocasiones a lo largo de estos meses de falta de protección, ninguneo y agravio comparativo en cuanto a normativa y restricciones con respecto a otros sectores como el de la hostelería o el juego, por ejemplo, ha demostrado su importancia en esta pandemia. ¿Cómo habría sido el confinamiento sin películas, series, libros, música…?

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