Coronel del MININT dice que ahora es académico y culpa a EEUU por protestas del 11 de julio

Un coronel de la inteligencia cubana invitado a un polémico evento de estudios latinoamericanos el sábado dijo que ahora es un académico a favor del diálogo pero se hizo eco de la línea del gobierno cubano, culpando a Estados Unidos por las protestas del 11 de julio en la isla.

El coronel Abel Enrique González Santamaría, quien tiene un Ph.D. en ciencias políticas y al parecer trabaja en la Oficina del Historiador de La Habana, habló el sábado en un panel virtual en el congreso anual de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, pese a las críticas por su inclusión.

“Existen los elementos probatorios que indican que los hechos del 11 J en Cuba fueron organizados por la extrema derecha anticubana desde el territorio de los Estados Unidos con el empleo de las redes sociales y fundamentalmente con los fondos del gobierno norteamericano”, dijo Santamaría.

No mostró ninguna evidencia en apoyo de su argumento. Anteriormente él había defendido la respuesta del gobierno en un libro que compiló, que argumenta que los manifestantes eran principalmente contrarrevolucionarios y financiados por Estados Unidos.

Las protestas antigubernamentales del 11 de julio en toda la isla fueron en general pacíficas, aunque algunos manifestantes volcaron autos de la policía y arrojaron piedras a los agentes. Videos publicados en las redes sociales mostraron que algunos policías y militares abrieron fuego contra los manifestantes y propinaron golpizas.

Organizaciones independientes como Justicia 11J y Cubalex han rastreado más de 1,400 arrestos relacionados con las protestas, y los jueces cubanos han dictado severas sentencias a cientos de manifestantes, incluidos adolescentes. Amnistía Internacional y Human Rights Watch han documentado varias violaciones al debido proceso y han pedido la liberación de los manifestantes.

Otros académicos en el panel del sábado estuvieron de acuerdo en que las sanciones estadounidenses jugaron un papel en las protestas, pero proporcionaron una visión diferente de los principales factores que llevaron al levantamiento. Resaltaron el papel que jugó la fallida economía central planificada de Cuba, el pobre diseño de la reforma monetaria, las desigualdades raciales y el deseo de más libertades políticas, todo detrás de la frustración expresada por quienes salieron a las calles el 11 de julio.

La Asociación de Estudios Latinoamericanos es el grupo académico profesional más grande que estudia la región, y la invitación de Santamaría generó críticas y llamados a su exclusión del evento.

“Mantener la presencia de este oficial de la Seguridad del Estado no solo pone en peligro a los demás miembros de LASA, sino que demuestra que esa organización, en el caso de Cuba, prioriza a los victimarios por encima de las víctimas,” dijo el candidato a doctor en la Universidad de Guadalajara José Raúl Gallego, quien primero llamó la atención en las redes sociales sobre el tema.

LASA “no se avergüenza en absoluto de incluir a un espía de carrera y oficial de inteligencia de Cuba”, tuiteó la profesora de la Universidad de la Florida Lillian Guerra.

El presidente del panel, el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray, dijo en Twitter que Santamaría fue “desmovilizado” del MININT, y ahora es académico.

Santamaría no respondió a las preguntas que le hizo el Herald durante la sesión, pidiéndole que aclarara las condiciones de su supuesta salida del MININT. En cambio, dijo que había sido académico y autor durante varios años. No abordó su trabajo con el Ministerio del Interior, que abarca la policía, la seguridad del estado y otras agencias de inteligencia.

Alzugaray dijo que las preguntas sobre las sentencias dictadas a los manifestantes “no eran pertinentes para el panel”.

El liderazgo de LASA defendió la participación de Santamaría, argumentando que reflejaba el compromiso de la organización de promover la diversidad de ideas.

Luego de que el Herald publicara una historia sobre su presencia en el Congreso, Gerardo Otero, actual presidente de LASA y profesor de la Universidad Simon Fraser en Canadá, envió un correo electrónico afirmando que su inclusión no era nada fuera de lo común.

“Me parece algo completamente ordinario dentro de las actividades plurales, interdisciplinarias y diversas de LASA que se cuente con un representante del Estado cubano para presentar su postura frente a uno de los eventos más sobresalientes en la vida política de la isla”. dijo Otero. Su respuesta fue distribuida a los miembros de la sección Cuba de LASA en un correo electrónico.

Santamaría participó en las negociaciones para restablecer las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y iCuba durante la administración Obama y lideró discusiones de alto nivel sobre temas delicados como los fugitivos estadounidenses de la justicia escondidos en Cuba, tanto como funcionario del Ministerio del Interior como miembro de la ahora desmantelada Comisión de Defensa y Seguridad Nacional. La comisión estuvo encabezada por el hijo de Raúl Castro, el coronel Alejandro Castro Espín.

Un periodista que trabajó como corresponsal extranjero en Cuba a fines de la década de 1990 y principios de la de 2000 dijo que conoció a Santamaría, quien se hacía llamar “Henry”, la versión en inglés de su segundo nombre. En ese momento, Santamaria era un agente de la Seguridad del Estado que vigilaba a los periodistas extranjeros, dijo el antiguo corresponsal.

“Me pareció muy joven y me imaginé que estaba en entrenamiento porque siempre iba acompañado de un agente mayor que se hacía llamar Rangel”, dijo el ex corresponsal que pidió no ser identificado.

El periodista dijo que almorzó en un par de ocasiones con Henry y Rangel “en algún palacio dilapidado de La Habana”. Durante una de esas reuniones, los agentes le preguntaron si podía “ayudar con los americanos porque me dijeron que yo me llevaba bien con los americanos. Después de que les dije que no, las cosas cambiaron y supongo que me convertí en un enemigo”.