Coronavirus: los países que, como la Argentina, empezaron bien, pero hoy sufren una pesadilla por la pandemia

WASHINGTON.- En medio del rebrote de la pandemia de coronavirus en todo el mundo, algunos países que esquivaron los peores efectos de la primera oleada están viviendo su primer auge de contagios.

Ese crecimiento es más agudo en partes de Europa Central y del Este, donde los mismos países que cosecharon elogios por su reducido número de casos durante el verano boreal, ahora registran algunos de índices de contagios más altos del mundo. Y hay países de América Latina, Medio Oriente y el sur de Asia donde se observa el mismo fenómeno.

"Los países que evitaron la primera oleada no tienen motivos para dejarse estar", dice Yanzhong Huang, experto en salud global del Consejo de Relaciones Exteriores, y agrega que algunos de los países que evitaron la primera ola de la pandemia de gripe de 1918 fueron los más golpeados posteriormente.

La escalada de nuevos casos en algunos países está sobrecargando los recursos sanitarios y obligando a aplicar nuevas restricciones. El lunes, Polonia registró un récord de 7482 casos nuevos, y el gobierno anunció que transformaría el Estadio Nacional de Varsovia en hospital de campaña.

"El número de casos crece a tal velocidad que tenemos que asegurarnos de que habrá lugar donde hospitalizar a los que haga falta", anunció por televisión el vocero del gobierno, Piotr Müller.

En la República Checa, donde el domingo se registraron 5059 nuevos casos, el mes pasado renunció el ministro de Salud, y fue reemplazado por el epidemiólogo Roman Primula, que hizo un llamado a los médicos polacos que trabajan en el extranjero para que regresen al país para aliviar el sobrecargado sistema de salud.

La semana pasada, en un menaje al país, Primula advirtió que en las próximas semanas "se producirá un significativo aumento de las hospitalizaciones, de los casos graves y de los fallecimientos".

Fin de fiesta

Hace apenas un par de meses, Polonia y la República Checa eran considerados casos exitosos de gestión de la pandemia: en junio, por ejemplo, el diario alemán Die Welt opinaba que "Polonia se mantuvo firme mientras otros flaqueaban". Por entonces, ese país de 38 millones de habitantes tenía menos de 23.000 casos confirmados.

A principios de julio, a pesar de las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), miles de personas participaron de una celebración en Praga para decirle "adiós" al virus, que había causado apenas 12.000 contagios en un país de 10 millones de habitantes.

"Queremos festejar el fin de la crisis del coronavirus", le dijo a los periodistas el organizador de la fiesta y propietario de un bar local, Ondrej Kobza. Ahora Polonia tiene más de 183.000 casos confirmados, y la República Checa, unos 174.000.

La República Checa informó el lunes 492 casos nuevos cada 100.000 habitantes en los últimos siete días, una de las escaladas más rápidas en todo el mundo. Polonia tuvo 140 casos nuevos cada 100.000 habitantes, una cifra más alta que otros graves focos de contagio del mundo, como España y Estados Unidos.

Hay otros países vecinos de Europa Central y del Este que también viven su primera verdadera ola de contagios, como Eslovenia, uno de los primeros en declararse "libre de virus", en mayo. Y hay países que parecen estar experimentando una nueva oleada de contagios más pequeña o más lenta, a pesar de haber tenido respiro inicialmente.

Durante el invierno austral, la Argentina y Paraguay fueron verdaderas islas de estabilidad, mientras el virus arrasaba el resto de la región. Pero desde las últimas semanas del invierno ambos países viven un auge de casos que suscitó preocupación y obligó a adoptar nuevas restricciones.

Esta semana, la Organización Deportiva Suramericana confirmó la postergación por varios meses de los Juegos Suramericanos 2022 a realizarse en Asunción del Paraguay, ya que "la evolución de la pandemia del Covid-19 se ha tornado impredecible".

Sri Lanka, un caso de éxito inicial en el sur de Asia, vive desde principios de ese mes una escalada de contagios que obligó a imponer un estricto toque de queda y a prohibir las reuniones de mucha gente.

El virus también se está esparciendo salvajemente y por primera vez en algunos países de Medio Oriente. En respuesta al auge de casos, Jordania impuso toque de queda los fines de semana, y el Líbano cerró bares y discotecas.

Túnez, que según algunos expertos había "derrotado" al virus, va batiendo día a día su propio récord de contagios. Al principio de la pandemia, el país había recurrido a una cuarentena a nivel nacional, y ahora ha optado por toques de queda focalizados.

En algunos casos, el rebrote parece responder a factores políticos. Judyth Twigg, profesora de la Universidad Virginia Commonwealth y especialista en salud global, apunta a la fatiga de la gente ante las restricciones de los gobiernos, tanto en la República Checa como en otras partes de Europa.

"Son países que hace seis meses establecieron cuarentenas estrictas porque sabían que sus sistemas de salud no estaban en condiciones de manejar un auge de casos moderados o graves", dijo Twigg. "Con el paso de los meses, sin embargo, los líderes populistas respondieron a la presión pública para reabrir las economías y las actividades sociales, y obviamente, se encontraron con el virus".

En algunos países que también tomaron medidas proactivas, como Taiwán y Vietnam, aún no se han registrado oleadas similares, mientras que numerosos países africanos, incluidos países enormes, como Nigeria, parecen haber mantenido la primera ola bajo control. Pero las nuevas oleadas en países que antes habían eludido grandes picos de contagios muestran que una victoria inicial no necesariamente significa un éxito consolidado.

Huang señala que durante la primavera y el verano boreales de 1918, el Imperio Austrohúngaro se había salvado de la primera oleada de gripe que azotaba el mundo, pero justamente eso puede haberlo dejado más vulnerable a brotes posteriores todavía más letales, cuya devastación podría haber llevado a la disolución del imperio.

Sema Sgaier, directora ejecutiva de la Fundación Surgo y profesora de la Universidad de Harvard, dice que efectivamente parece haber algunos países menos susceptibles a la pandemia: su fundación estima que gran parte del África subsahariana tiene menos probabilidades de sufrir grandes brotes, debido en parte al alto nivel de población joven de muchos de esos países.

The Washington Post

(Traducción de Jaime Arrambide)