Coronavirus: el gobernador de Nueva York, preocupado por las protestas y el coronavirus: "¿Es esto inteligente?"

WASHINGTON (AP).- En medio del caos por las protestas en los Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd, el coronavirus. Cuarenta ciudades decretaron toque de queda. Hubo miles de detenidos. Se incendiaron locales, se saquearon tiendas, se cruzaron los manifestantes con las fuerzas de seguridad, que lanzó balas de goma y gas lacrimógeno. Y en el medio, el coronavirus, en el país con más casos y más muertes del mundo.

Ante esta preocupación, el gobernador de Nueva York, uno de los epicentros del brote, Andrew Cuomo, aseguró que las marchas pueden poner en peligro la larga y dura lucha para contener la pandemia. "Enciendes la televisión y ves estas aglomeraciones masivas que podrían estar infectando a cientos y cientos de personas después de todo lo que hicimos", dijo en su sesión informativa diaria. "Tenemos que tomarnos un minuto y preguntarnos: '¿Qué estamos haciendo aquí?'".

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Cuomo, demócrata, se mostró a favor del reclamo por el asesinato de Floyd, un hombre afroamericano, en manos de un agente de la Policía, dijo que estaba de acuerdo con los manifestantes que luchan contra el racismo y la desigualdad social pero expresó su frustración por la posibilidad de comprometer más de dos meses de "sacrificios sociales y económicos", a días de que la ciudad de Nueva York comience gradualmente a reabrir la actividad económica el 8 de junio.

"Nos llevó 93 días llegar aquí. ¿Es esto inteligente?", se preguntó el gobernador y luego explicó que aunque los manifestantes, en su mayoría jóvenes, usen tapabocas y no demuestren síntomas de Covid-19 podrían estar transmitiendo el virus a sus madres, padres y abuelos.

Por su parte, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, también se mostró consternado y declaró: "Para aquellos que hicieron sentir su presencia, oír su voz, lo más seguro desde el punto de vista sanitario es quedarse en casa, obviamente".

Ayer en Nueva York se registraron manifestaciones en su mayoría pacíficas que fueron interrumpidas por gente que destrozó espacios cerca del Rockefeller Center y las puertas de la famosa tienda Macy's en la calle 34. Asimismo un auto arrolló a un grupo de agentes en una manifestación en Buffalo hiriendo a al menos dos.

El Departamento de Salud de Nueva York recomendó a través de Twitter que quienes participen de las marchas usen barbijo, alcohol en gel y apliquen el distanciamiento con otros grupos, entre otros consejos.

Las protestas se sucedieron en todo el país, desde Filadelfia, donde cientos de manifestantes marcharon por una calle en el corazón de la ciudad, a Atlanta, donde las autoridades emplearon gases lacrimógenos contra la multitud, y Nashville, donde más de 60 efectivos de la Guardia Nacional bajaron sus escudos antimotines a petición de los manifestantes pacíficos que se habían congregado delante del Capitolio del estado de Tennessee en memoria de George Floyd.

Sean Jones, un peatón que vio cómo la gente saqueaba tiendas de lujo en el elegante vecindario Soho de Manhattan, explicó la destrucción así: "La gente está haciendo esto para que la próxima vez, antes de pensar en tratar de matar a otra persona afroamericano, piensen 'Diablos, no queremos que vuelvan a salir a hacer esto".

En Minneapolis, estado de Minnesota, donde ocurrió el crimen el 25 de mayo, los disturbios parecieron estabilizarse en el mismo día en que el hermano de Floyd hizo un llamado a la paz en el lugar donde la semana pasada un agente de policía blanco inmovilizó al afroamericano, ya esposado, sobre el piso poniéndole la rodilla en el cuello hasta que dejó de respirar. Por las marchas, en la última semana más de 5600 personas fueron detenidas por delitos como robo, bloqueo de autovías y violación del toque de queda impuesto para controlar la violencia.

El gobernador de Minnesota, Tim Walz, también dijo que espera un fuerte aumento en los casos de Covid-19 en su estado. "Estoy profundamente preocupado por la superpropagación", aseguró Walz en una conferencia de prensa el sábado. "Vamos a ver un repunte de Covid-19. Es inevitable".

Esta última oleada de incidentes se produjo en el mismo día en que el presidente Donald Trump se presentó a sí mismo como un presidente duro y de ley. Reapareció en público tras dos días y, en declaraciones desde el Rose Garden de la Casa Blanca, amenazó con desplegar a "miles y miles" de soldados. Después dio un sorpresivo paseo a través del Parque Lafayette hasta la conocida como "Iglesia de los presidentes", que sufrió daños durante las protestas.

El país lleva casi una semana sumido en la violencia por la muerte de Floyd. Las protestas se producen tras años buscando reformas policiales por los repetidos casos de fallecidos de minorías bajo custodia de las autoridades, y en un momento en que el país se recupera de un brote de coronavirus y una tasa de desempleo nunca vista desde la Gran Depresión.