Coronavirus en la Argentina: Jaime Durán Barba elogia la "responsabilidad" de Rodríguez Larreta. "No creo que sea el momento para hacer política", dice

Durán Barba asegura que Fernández es "un político moderno", pero critica su adhesión al grupo de Puebla.

"Los de más de 70 años tenemos derecho a vivir, y aportamos a la sociedad", bromea Jaime Durán Barba frente a la computadora de su casa, en Guayaquil. Mientras cumple con la cuarentena en su Ecuador natal, el exconsultor estrella de Mauricio Macri critica a los presidentes como Jair Bolsonaro o Donald Trump, que -evalúa- han hecho "desastres" en el combate al coronavirus y, en especial, en el cuidado de los mayores de edad. "La gente tiene hoy dos miedos: morirse y no tener para comer", dice Durán Barba, y de inmediato avala las políticas sanitarias del presidente Alberto Fernández y del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Se lo nota alejado de las posturas críticas a la gestión presidencial que se hacen desde el "ala dura" del macrismo, a la que adhiere el propio expresidente. "Horacio es responsable. Hoy no creo que sea el momento de hacer política", dice, casi con las mismas palabras con las que el jefe de gobierno porteño se defiende de las críticas internas. En una larga entrevista con LA NACION, el politólogo y académico califica de "absurda" la causa por espionaje ilegal que roza a Macri, aunque evita manifestarse sobre su futuro político y asegura que la Argentina "debe prestigiar a los expresidentes" para que después de un tiempo "no quieran ser candidatos a intendente de Chivilcoy".

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-¿Vio a Macri en la reciente entrevistade la televisión? Habló de un ataque a las libertades públicas.

-A la distancia no tengo tanta información, pero sí se ven problemas. El fondo es que esta pandemia precipita a la Argentina y el resto de los países en una crisis descomunal. Lo que viene es más grande y peligroso que lo que las personas consideran. Si no hay una política real de diálogo con todos los sectores, esto se va a complicar y volver inmanejable. Algunas de las frases que dice el presidente Fernández deberían llevarse a la práctica, como acabar con el odio y las peleas inútiles y unirnos todos los argentinos para hacer algo por el país, porque lo que se viene es espantoso.

-Macri dice, justamente, que está preocupado por lo económico.

-Sí, pero es más que eso. Un artículo estupendo de [Facundo] Manes habla de los daños psicológicos de la pandemia. Estuvimos encerrados durante meses siguiendo un curso intensivo de Internet, yo no sabía que existía Zoom hasta ahora. La gente se incorpora masivamente a la nueva política, la relación directa de persona a persona pasando por encima de partidos, personas, instituciones, Estado. Esto lleva a un grado de ingobernabilidad muy grande. La gente, y lo vimos ayer [por el jueves] manifestando en el Obelisco y otros lugares, no es gente a la que está manipulando alguien, no son partidos, se da en el Líbano, en Estados Unidos. Cuando algunos en el Gobierno dicen que los cacerolazos son manipulados, no es cierto, es gente que se conecta. Las protestas por Vicentin tampoco fueron manipuladas, es gente que se enoja por algo y sale, y va a seguir ocurriendo. Si no nos ponemos sensatos y dejamos de hacer avivadas, el país se va a volver ingobernable.

-¿A qué avivadas se refiere?

-Cosas como la causa de los espías. Pensar que el jefe de la AFI no puede hablar directamente con el Presidente es absurdo. Criticaron mucho a Macri por haber designado a Gustavo Arribas, muy amigo de él, pero pensar que para enviarle información lo hacía a través de espías que se registraban en Casa Rosada y hablaban con una señora encargada de mandar cartas. es un concepto tonto, es obvio que Arribas levantaba el teléfono en cualquier momento y podía hablar con él. Dejémonos de tonterías, me habría encantado que Alberto hubiera convocado a todos los expresidentes al acto del 9 de Julio, a Cristina, Macri, Duhalde, Rodríguez Saá, sería una señal de que estamos haciendo nuestra Argentina, no una Argentina sectaria.

-Pero los seguimientos existieron, Rodríguez Larreta, Santilli, Massot, son querellantes. ¿Quién los ordenó?

-No tengo una idea clara, estoy seguro de que Macri no fue el que hizo eso, tampoco era material que Arribas le mandaba a Macri de la manera cantinflesca que dicen los denunciantes, es un disparate. Mi posición de siempre es que este organismo debe desaparecer, son cuevas donde coexisten grupos con proyectos propios, que venden información, y hacen chifladuras.

-En algún momento provocó enojo en Cambiemos cuando calificó a Cristina como la mujer más importante de la historia argentina.¿Sigue sosteniéndolo?

-Me refería a algo concreto, y quien tenga información distinta que me lo diga. La señora Fernández ha ganado dos veces la presidencia en una sola vuelta, ha tenido una influencia enorme en la política del país. Es una mujer brillante, otra cosa es que esté de acuerdo con sus ideas. He hablado también con Horacio Verbitsky, me parece una persona inteligente y culta, aprendo cuando hablo con él. Tengo muchos amigos que piensan igual que yo y son bobos.

-¿Construyó Alberto Fernández poder propio?

-Fernández tiene una serie de rasgos de líder moderno, no tenía idea de quién era antes de que fuera candidato, por eso pensé que era mala idea y que iba a ser un muy mal candidato. Cuando empezó a asomar se vio una persona con una actitud liberal hacia un hijo que para los conservadores tiene una vida pecaminosa, me parece excelente. Tiene además una pareja brillante con la que no está casado, su perro Dylan que compitió con nuestro Balcarce [se ríe], toca la guitarra.eso le aportó votos y demostró que es una persona de mente abierta. Hay visiones distintas [con Cristina] y la línea de Fernández no ha acabado de asentarse en el país.

-Lo ve con simpatía.

-Indudablemente es más abierto de lo que pretendía el gobierno de Cristina. En general, tenemos una contradicción: somos el país de Borges, de Cortázar, de empresarios originales, podríamos estar en la punta del mundo, pero al mismo tiempo estamos muy ideologizados, las ideologías son del pasado, una religión un poco absurda que hace que muchos argentinos crean que aquí va a triunfar la revolución cubana, que no tiene un centavo y es un pedacito de un naufragio. China y Vietnam son capitalistas, no están angustiados con el pasado.

-Larreta aparece muy cercano y voces dentro de su partido lo acusan de tibio.

-Todo tiene sus tiempos, en este momento la gente quiere no morirse. En cuanto a la pandemia, ha actuado muy coordinadamente con Fernández y Kicillof, y eso es responsable. Si hacemos la cuenta real de muertos por millón de habitantes, por lejos la Argentina es el que mejor ha manejado la pandemia de la región. En este momento, no creo que sea momento de hacer política, están todos preocupados por no morirse y qué van a comer.

-En la Argentina se ve claramente un resurgimiento de la grieta. ¿No colaboró el Pro a fomentar este tipo de divisiones?

-Le aseguro que nunca se fomentó nada de esto. En 15 años nunca tuvimos una reunión para hablar sobre Cristina Kirchner y cómo hacerle daño a ella, o a Lázaro Báez, no era lo que hacíamos. Teníamos una concepción de la política diferente, la de escuchar y llegar a la gente, y en general prescindir del adversario. Algunos criticaban que Hebe de Bonafini tuviera un programa en la televisión pública durante nuestro gobierno, y eso no es precisamente fomentar la grieta, era exageradamente impedirla. Me indignó que en el Obelisco personas que hayan salido a defender la libertad hayan atacado el móvil de C5N.

-Pero los medios relacionados con el kirchnerismo dicen que sí hubo una persecución contra ellos. Cristóbal López fue preso, por ejemplo.

-Si hubiese habido [persecución] no existirían. Macri no hizo eso, tuvo un enorme respeto por la Justicia, que tiene sus propias lógicas. Estuve muy cerca de Mauricio, puedo dar fe. Nunca hicimos eso.

-¿Qué le recomienda a Macri? ¿Será candidato?

-Es mucho su decisión personal, por eso no me metería en eso. En Argentina no estamos acostumbrados a la figura del expresidente, en Estados Unidos los ex presidentes son muy respetados, sus opiniones pesan, pero no están de campaña. En Argentina, como la reelección siempre es posible, los expresidentes terminan siendo candidatos a intendente de Chivilcoy, porque no tienen más nada que hacer. Sería genial que prestigiemos la imagen de los expresidentes, y en tren de utopías, un período de seis años, y nunca más.

-El Presidente adhiere fervorosamente al grupo de Puebla, esto le trae problemas con los países de la región, ¿debería continuar?

-Cuando Fernández le propuso incorporarse a López Obrador, México, con lenguaje elíptico y cortés, dijo que no podía estar ahí, porque tenía otros intereses, como el acuerdo con Estados Unidos. Son personas realistas, y en Argentina. el Grupo de Puebla está formado por sobrevivientes del siglo pasado que mantienen todavía esa religión de la revolución socialista mundial que desapareció y no existe más. Cuba está en quiebra, declaró el default hace seis meses, y Venezuela es una dictadura de militares que se dedican al vudú.