Giuseppe Conte: "Salvini es el gran derrotado de las elecciones regionales"

ROMA.- El día después de elecciones regionales en Emilia Romagna que significaron una derrota para el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini -tal como aseguró el primer ministro, Giuseppe Conte-, en el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, reinaba un clima de satisfaccióncomo no se veía desde hace tiempo.

Pese a sondeos que hace dos meses daban a Emilia Romagna, feudo histórico de la izquierda en el norte del país hasta hace poco considerado inexpugnable, conquistado por la Liga, su gobernador saliente y candidato del PD, Stefano Bonaccini, logró resistir. Ayudado por el movimiento de las "sardinas", que nació a mediados de noviembre en clave anti-Salvini, pero sin identificarse con ningún partido, Bonaccini finalmente le ganó a su rival, la senadora de la Liga y candidata de Salvini, Lucia Bergonozoni, con una diferencia de 8 puntos.

Si bien se esperaba una votación cabeza a cabeza, las cosas en los últimos días de frenesí cambiaron. Gracias a un "boom" de la afluencia (más del 67%), fruto de la movilización impulsada por las "sardinas", a votos que cosechó de electores decepcionados con el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), Bonaccini ganó la pulseada con el 51,42% de los votos, frente al 43,63 de Borgonzoni.

"Estalingrado no cayó", exultaban hoy diarios de centroizquierda como La Repubblica, que destacaron que se trató de la primera derrota en los últimos dos años de Salvini, astro naciente de la política italiana. Pecando de arrogancia y con el objetivo de hacer caer el gobierno de Conte -formado por una inédita alianza entre el PD y el M5E- , "el capitán" nacionalizó y convirtió en un referéndum sobre sí mismo las elecciones de Emilia Romagna, una de las tres regiones más ricas del país y la más roja de todas, donde la izquierda gobierna desde hace 70 años. Y perdió la apuesta.

"Salvini es el gran derrotado de esta competición", aseguró Conte, que destacó que si estas elecciones regionales fueron percibidas como nacionales fue justamente por culpa de quien fue su vicepremier y ministro del Interior en su anterior gobierno, formado por una anómala alianza entre la Liga y el M5E.

Hablando de M5E, uno de los datos más notables de estas elecciones regionales fue el colapso de esta agrupación populista y antisistema creada por el cómico Beppe Grillo, que cometió el error de querer presentarse sola, no junto al PD, tanto en las elecciones que hubo el domingo en Emilia Romagna, al centro norte, como en Calabria, al Sur. En Calabria, tal como se preveía, con Iole Santelli, candidata de Forza Italia, la centroderecha le ganó a la centroizquierda por 25 puntos, algo que le devolvió aire al casi inexistente partido del expremier y magnate Silvio Berlusconi.

Una Waterloo para los "grillini"

En Emilia Romagna, región en la cual, paradógicamente habían nacido los V-Day, es decir, las manfiestaciones del Vaffanculo -traducible como "Vayanse a la m"-, que dieron origen al fenómeno del movimiento antisistema de los "grillini", el M5E corre peligro de extinguirse. El candidato del movimiento, Simone Bonini, ni siquiera alcanzó el 4% de los votos y ni siquiera logró entrar en el consejo regional. En Calabria las cosas fueron aún peor. "Es nuestra Waterloo", decían los grillini, atónitos ante un resultado doblemente humillante y que todo el mundo preveía. Tanto es así que el exlíder del movimiento, Luigi Di Maio, decidió dejar la jefatura del partido cuatro días antes de los comicios -retuvo de todos modos su cargo de canciller-, una movida que seguramente no ayudó.

Lo cierto es que la desaparición del M5E abre un futuro de incógnitas para el gobierno de Conte, que se sostiene sobre una frágil e inédita alianza entre los "grillini", que triunfaron con más del 33% en las elecciones nacionales de marzo de 2018 y el PD, que con este voto pareció resurgir de sus cenizas. Pese a la debacle, el M5E sigue siendo el partido de mayoría relativa en el Parlamento.

En el seno del PD, donde descorchaban champagne por una primera victoria luego de diversas palizas, todo el mundo coincidía en que el pésimo resultado electoral del M5E en las elecciones regionales seguramente significará un cambio en los equilibrios internos. No por nada el secretario general del PD, Nicola Zingaretti, que se aprestaba a festejar en Modena junto a Bonaccini, habló de una "fase 2" del gobierno Conte, figura cercana al M5E. "Queremos un gobierno del hacer para avanzar todos. Conte está trabajando sobre una agenda de trabajo, sostenemos este esfuerzo y haremos de todo para que posiciones distintas sean enfrentadas con espíritu de unidad", dijo Zingaretti, que aludió así a las peleas que hubo hasta ahora entre el PD y el M5E.

La derrota de Salvini significó una baja del aquí tan temido spread, un termómetro de la confianza de los mercados. Y satisfacción también para el expremier Matteo Renzi, líder del partido Italia Viva -una escisión del PD-, que aprovechó para salir a darle una estocada al otro Matteo. "Las payasadas de Salvini no funcionaron. Es más, probablemente asustaron al electorado moderado, decisivo en Emilia Romagna como en el resto del país", indicó, al considerar, por otro lado, que el mensaje desde esta región fue que "el buen gobierno le gana al populismo, el reformismo le gana a la demagogia y la seriedad a la improvisación".